Sabrina Saprano es la primogénita del Vizconde Dorca, su padre continuamente la obliga a tener citas a ciegas con posibles pretendientes los cuales terminan en desastre colmando su paciencia.
Ser echada es el propósito de Sabrina para alejarse de competir por el titulo de Vizconde con sus hermanos y hermanas.
Pero sus planes son cambiados debido a que conoce a Archey en el Purgatorio, un reformatorio para nobles.
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RENCOR
Sabrina estaba con Beliu en la habitación, había tocado sólo un poco de su comida, ya sea desayuno, almuerzo o cena debido a lo preocupada que estaba. Archey no apareció en todo el día.
Un caballero entró con la cena de Sabrina, dejándola en el escritorio junto a las otras bandejas, no hubo intercambio de palabras, simplemente el silencio ominoso en toda aquella habitación oscura en dónde solo los ojos azules de Sabrina eran visibles.
El caballero sintió escalofríos sintiéndose en la presencia de un depredador y salió rápidamente.
Paso algunos minutos antes de que Beliu se moviera en las manos de Sabrina, sintiendo el aroma de su dueño cerca.
¡Skuik!
Saltó al suelo y las puertas de acero se abrieron siendo arrojado al suelo un cuerpo cubierto por una capa negra.
Cerraron la puerta casi de inmediato y Sabrina corrió hacía lo que fue lanzado.
Beliu fue el primero en llegar, acariciando su mejilla peluda con la de Archey muy triste, casi llorando.
Skuik... Skuik...
Archey tuvo a penas fuerzas para sonreír ante su único amigo, estaba cansado, moribundo.
«Beliu..., estoy bien... solo... solo necesito dormir un poco... no te sientas mal, mañana... estaré bien...»
Sintió unas gotas caer en su mejilla, demasiado pesad as para ser las lágrimas del roedor. Su vista aunque era borrosa por lo agotado que estaba pudo ver a la perfección a Sabrina llorando.
Se sorprendió de ver algo así, por un momento se había olvidado de la existencia de aquella mujer que ahora lloraba.
[¿Por qué lloras?, no somos nada...]
Sus ojos se cerraron. Recién ahora se acordó el porque estaba recibiendo un castigo de la Reina Viuda, antes sólo peleaba para vivir, olvidándose el como llegó a estar así.
[Sabrina]
«Archey...»
Sabrina abrazó delicadamente a Archey que ya se había desmayado.
«lo siento, es mi culpa» [no debí morder esa piedra mágica]
Sonrió limpiandose las lágrimas con una de sus manos.
«ahora es mi turno de cuidarte, ¿No podías-, ¿Huh?»
Sabrina miró sus manos, aún en aquella oscuridad la sangre fresca de Archey manchado en sus dedos era completamente notorio.
Su mirada se tornó oscura y fría.
«ah..., no me gusta estas cosas, me hace enojar demasiado. La Reina Viuda pagará esto con intereses» [¿Como se atrevió a hacerte sangrar?, ella quedará desfigurada en su lugar]
En verdad estaba muy molesta, ¿Cómo era posible que odiara tanto a una persona a tal punto de hacerle esto?, para Sabrina, la Reina Viuda Meriam había sobrepasado a lo que se consideraba un ser malvado, ella era un monstruo sin precedentes, ya no había humanidad en esa alma.
Miró a Beliu.
«ayúdame Beliu»
¡Skuik!
«¿Puedes traerme algunas toallas limpias a la cama y prender las lámparas, en lo que yo lo llevo a la cama?
El pequeño hámster asintió rápidamente, empezando a prender las lámparas de la habitación.
Sabrina sacó una piedra mágica nivel azul, eso era todo lo que necesitaba para cargar el cuerpo de Archey, después de todo, era era muy débil para cargarlo por si misma.
Rompió la piedra mágica y las manos de Sabrina tuvieron mágia, aunque esto no dudaría mucho.
La mágia rodeó a Archey haciéndolo levitar hasta ser acostado sobre la cama con suavidad, aún así frunció el ceño de dolor.
Sabrina le quitó la capa notando que estaba casi completamente desnudo lleno de heridas frescas.
Beliu pronto apareció con una toalla sobre su espalda, se había esforzado para que quedara limpio mientra lo traía.
Skuik.
«bien hecho Beliu, sigue trayendo más, iré por agua para limpiar la sangre»
El hámster asentía a su único trabajo, no podía hacer más, era un pequeño animalito sin fuerza en si, si esto era lo único en lo que podía ayudar, lo haría muy bien.
Pronto Sabrina traía el agua para limpiar la heridas de Archey.
Se sentó a su lado y empezó a trabajar en el cuerpo marcado de Archey, jamás lo había visto desnudo, tampoco intentó verlo. Pero le importaba poco ahora, estaba más preocupada por curar esas heridas.
También pudo notar cicatrices antiguas que la hizo sentir aún peor cuando recordaba el como reía Archey, este hombre definitivamente ocultaba su dolor igual que ella.
Eran personas sonrientes en el exterior, pero había cicatrices en sus corazones.
Mirando su cara llena de cortes, la limpió con delicadeza, pensando en muchas cosas a la vez.
«... yo, no te puedo simplemente dejar, ¿No es así?, te sacaré, lo prometo, incluso si tengo que hacer algo que no quiero»
***
Archey abrió los ojos ante los rayos del sol entrando por su ventana, parpadeo un par de veces tratando de sentarse, pero no logró hacerlo.
«¡¿?!» [mi brazo se siente pesado]
Miró a su izquierda, Sabrina abrazaba su brazo durmiendo pegada a su lado, aquel muro de almohadas que siempre los separada ya no estaba.
Su mente recordó la mirada dolorosa de Sabrina, de hecho, fue lo último que vio antes de desmayarse.
Sonrió calidamente sin despertarla.
[Me pregunto si abrazabas el florero igual de fuerte que abrazas mi brazo]
Pronto escuchó un diminuto ronquido cerca a su cuello, vio a Beliu dormidito, hecho una peluda y tierna bolita de pelos.
[Se nota cansado, ni la luz del sol lo levanta]
Volvió a mirar a Sabrina, está vez con más detalle, su cabello gris estaba suelto creando algunos flequillos sueltos que Archey no pudo evitar querer acomodar.
Está era la primera vez que rosaba la piel del rostro de Sabrina de esta manera, ellos no tenían contacto, Archey apenas si había logrado acariciar su cabello y no habían llegado a más.
Sabrina empezó a despertar y lo primero que vio fue la mirada sonriente de Archey que le decía un...
«buenos días»
Sabrina dejó de abrazar el brazo de Archey y de forma tranquila se sentó bostezando.
«buenos días, ¿Cómo te sientes?»
«mejor, gracias por cuidarme»
«gaste toda mi medicina y benditas en esto, así que será mejor que no vuelvas a recibir un castigo de la Reina Viuda, mucho más si es por mi»
Archey se quedó un momento en silencio y dijo:
«sólo si prometes ya no volver a comer alguna piedra mágica»
«lo prometo»
«entonces quedemos en ese acuerdo, Sa-bri-na»
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Yaguar-Misi están progresando, lentito, pero seguro.
no podía dejar de leer me desvele terminando la gracias