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El Calabozo De Moff.

El Calabozo De Moff.

Status: En proceso
Genre:Yaoi / Comedia / Ángeles / Mundo mágico / Mitos y leyendas / Fantasía LGBT
Popularitas:1.4k
Nilai: 5
nombre de autor: Xie Lian.

BL.

⚠️ Para mayores de 18, la novela puede contener escenas no aptas para menores. ⚠️

Alfred es un hombre que se dedica a desmentir leyendas junto con su hermano. Toda su vida ha sido relativamente tranquila o así lo cree él, en realidad no tiene casi ningún recuerdo. Estos parecen estar tapados con una espesa niebla blanca.
Jamás sintió demasiada intriga sobre el por qué sus recuerdos habían desaparecido, hasta que una extraña leyenda llega a sus manos, de hecho, fue muy conveniente para poder solucionar también el desastre en el cual su hermano se había metido.

Esta leyenda trataba sobre un Ángel y ofrecía una muy buena recompensa, junto con su hermano se embarca en su nueva aventura, que sin que Alfred lo supiera, se convertirá en el camino para desenvolver su pasado y encontrar a alguien que lo ha estado esperando en secreto.

Pd: La imagen de la portada NO me pertenece.
Newt y Thomas son solo una representación.

NovelToon tiene autorización de Xie Lian. para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 3: Advertencia.

Iba como un fantasma errante flotando sin rumbo por el extraño mundo de los sueños. Estaba en un camino oscuro, de la nada a sus costados se desplegaron rectángulos del tamaño de puertas mostrándole diferentes escenas de su vida, algunas de estas puertas mostraban imágenes de un profundo color gris, dejando a la vista que esos recuerdos estaban olvidados.

Había muchas puertas así.

Pasó al lado de una y se detuvo a ver, en esa puerta estaba Hugo y él, riendo y comiendo un helado, recordaba ese día. Fue hace muchos años, cuando su hermano había conseguido su primer trabajo y festejo junto con él invitándole un helado. Estaban muy tranquilos disfrutando y mirando el cielo.

En esos tiempos su vida era muy tranquila, aún no habían iniciado en su trabajo —no remunerado— de ahora como buscadores de leyendas. Todo era relativamente mejor.

Extendió su mano, queriendo entrar y volver a esos tiempos, pero una fuerza extraña lo arrastro hacia adelante y lo tiro directamente dentro de una de esas puertas, no tuvo tiempo a reaccionar antes de verse en vuelto en un ambiente extremadamente violento.

¿Qué estaba pasando?

Lo descubrió enseguida cuando lo hicieron caer de rodillas, no sintió dolor, pero su corazón se encogió cuando levanto la mirada y se encontró con unos intensos ojos de color verde.

Eran tan verdes como la esmeralda.

Un escalofrío le erizó los bellos y un sudor frío recorrió de inmediato su espalda, abrió la boca para hablar, pero el sonido de su voz se perdió entre tantos gritos, sus ojos se movieron de manera frenética por la habitación, antes de nuevamente encontrarse con esa persona, su mente quedo en blanco al ver las enormes cadenas que lo estaban atando.

¿Por qué esto le parecía familiar...? ¿¡No era una escena de la leyenda que acaba de leer!?

Quiso ponerse de pie, protestar, pero su cuerpo no lo obedeció, de hecho, ya no parecía su cuerpo, sino el de alguien más.

Sabía lo que sucedería a continuación, ya lo había leído y a pesar de todo su corazón latía muy rápido. El Ángel encadenado lo miraba ahora con tanta desesperación, casi podía escuchar los latidos frenéticos de su corazón, los cuales parecían fundirse con los suyos.

A pesar de la desesperante situación un sentimiento cálido lo envolvió y sus ojos enrojecieron.

El hombre encadenado que lo miraba con atención tenía miedo, él también tenía miedo, pero era una sensación extraña: No era miedo porque algo pudiera pasarle a él, sino miedo por lo que le podría sucederle al otro.

Sentía una profunda preocupación.

Algo brillo, sabía lo que era, una daga. Se puso de pie y le dio un cabezazo a la persona que lo retenía, esta se hizo hacia atrás con un gemido de dolor mientras él avanzaba.

Sangre.

No tuvo tiempo ni de sentir el penetrante dolor en su abdomen antes de caer.

Después todo fue confuso, sombras vagas moviéndose de un lado a otro, el olor a cobre de la sangre que se intensificaba más y más, y después...unos brazos que lo envolvieron con fuerza mientras murmuraba:

—No me busques.

¿Qué no lo busque?, ¿a qué se refería?

Quería abrir sus ojos y preguntarle, pero él era consciente de que en ese sueño no tenía el control. Unos segundos después sintió que todo su cuerpo se volvía pesado y finalmente se desplomaba del todo a la inconsciencia, pero antes de eso sintió una corriente cálida desplazándose por su cuerpo.

Durmió más profundamente.

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Al despertar descubrió su frente bañada en sudor y no pudo evitar girar su rostro para ver el papel arrugado en un rincón de la habitación.

¿Qué sueño fue ese?, verdaderamente había sido una pesadilla. Gracias a los cielos ya se había terminado.

Se incorporó en la cama y apoyo sus pies descalzos en el suelo, la sensación de frialdad subió a través de su columna vertebrar y disipo un poco el shock que estaba sintiendo en ese momento solo para ser reemplazado por un dolor de cabeza.

— ¿Alfred?— Hugo se asomó a través de la cortina con una taza humeante.

— ¿Cuándo llegaste?— Pregunto con el ceño apenas fruncido al ver dos grandes círculos negros bajo los ojos del contrarió, los cuales estaban ligeramente rojos. —Debes dormir más.

—En la madrugada llegue a casa. Tú... ¿estás bien?— Al notar que su hermano lo miraba con un gran signo interrogativo en su cara, continúo—. Ayer en la noche no dejabas de temblar—. Rápidamente el pequeño deje de preocupación que había dejado filtrarse en su voz fue reemplazado por un tono de burla. — ¿La princesita estaba teniendo una pesadilla?

Realmente era un dolor de cabeza.

—Piérdete, necesito un café.

—Luego tengo algo que discutir contigo—. Dudo un momento al decirlo y antes de que Alfred volviera a hablar salió disparado de la habitación.

— ¿Y ahora?—. Masaje sus sienes, en este momento no estaba de humor para las estupideces que su hermano vivía haciendo, se preguntaba si algún día este se haría cargo de las consecuencias. La respuesta por el momento era un gran NO.

Se puso de pie y recogió la "carta" del suelo, sin siquiera desdoblar la bola que había hecho la guardo dentro de un cajón, no tenía ni la más mínima energía para volver a leer esa leyenda, con la pesadilla ya había sido más que suficiente.

Inconscientemente se llevó una mano a sus labios, el lugar en dónde había sentido que se iniciaba la corriente cálida en su sueño y suspiro.

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Unos minutos después ya se encontraba duchado y vestido adecuadamente con la ropa más holgada que había encontrado en su armario. Realmente se sentía más cómodo y en paz mientras bebía su café eh indagaba en su escasa memoria. Algo que le había llamado más la atención en ese extraño sueño fueron las puertas, algunas simplemente estaban grises, como con un espeso humo. ¿Por qué no lograba darle un recuerdo a cada una de ellas?

Aunque no se sorprendía, después de todo su memoria había ido en decadencia con los años, pero aun así le dejaba un sentimiento extraño.

Sentía que había olvidado cosas verdaderamente importantes...

Si solo pudiera recordarlas.

Comenzaba a frustrarse un poco, pero tras unos momentos suspiro y dio un gran sorbo al café que ya estaba tibio.

Si no podía recordar, que así fuera. Quizá después de todo no era nada digno o bonito de acordarse.

Estaba bien.

—Hermano—. Levanto una ceja inquisitivamente, Hugo solo lo llamaba así cuando se había mandado alguna macana, a excepción de ayer. (1)

— ¿Qué hiciste?

Hugo soltó un resoplido estridente.

— ¿Acaso ya no puedo llamar a mi hermano, hermano?, ¿desde cuándo eso a merita que hice...algo?— Tartamudeo lo último al notar como los ojos de su hermano brillaban con total incredulidad ante sus palabras. —Bueno, bueno. Me atrapaste, metí la pata en grande...

— ¿Qué hiciste?—. Repitió, odiaba que Hugo diera vueltas al asunto una y otra vez.

—Sera mejor que te sientes.

Alfred sintió como el dolor de cabeza volvía a apoderarse de él y se sentó antes de cometer algún acto de violencia contra su hermano: Como tirarle la taza que tenía en la mano por la cabeza. Para evitar esto dejo la taza amarilla sobre la mesa y miro fijamente al otro hombre.

Hugo claramente se inquietó por esta mirada, un par de ojos café y ojos miel se miraron por un largo tiempo, hasta que el culpable de sus acciones murmuro un "no me mates y no te vayas a enojar" antes de comenzar a hablar, Alfred solo pudo escucharlo en silencio.

Él ya estaba enojado.

—Ayer bebí de más, en verdad. Me pase, hice apuestas muy, muy grandes y las perdí a todas. Las personas que estaban conmigo me tendieron una mala jugada, aliándose para dejarme en la banca rota—. Alfred puso los ojos en blanco, lo cuál no paso por desapercibido por el hablante. — Ey, en verdad lo siento.

— ¿Cuánto debes?—El rostro de Hugo enrojeció, él no quería decirlo. —Habla ya.

—Mil quinientas monedas de oro.

Silencio.

Mucho silencio.

Alfred inmediatamente se deprimió, ¿de dónde sacarían tanto dinero?

— ¿Es en serio?

—Es en serio, lo siento.

¿De que servían las disculpas ahora?, sentía que su cabeza se partiría en dos mientras trataba de manejar su mal genio, estaba usando todo su autocontrol para no regañar hasta por los codos a su hermano.

—Eso no es solo una metida de pata, ¡has entrado de lleno a un frasco! (2)

Hugo bajo la mirada, aún más avergonzado, sabía que su hermano estaba verdaderamente enfadado. Y razones tenía.

Alf tomo la taza de café que había apoyado en la mesa, su hermano podía jurar que quería tirársela, pero al contrario de sus expectativas, Alfred se bebió todo el café, que ya estaba frío, de un sorbo. Su rostro estaba alternando entre el blanco y amarillo, finalmente respiro hondo mientras se hundía un poco en su asiento.

Fue su culpa.

Si él no hubiera descuidado a su hermano nada de esto hubiera ocurrido, ¿qué clase de hermano era dejando a Hugo solo en una taberna?, de repente ya no podía enojarse más con Hugo, pero si consigo mismo.

—Bien, lo resolveremos.

— ¿Tienes un plan?

—Trabajar y reunir el dinero.

Hugo sabía que era algo muy difícil de lograr, pero al ver la determinación en la cara de Alfred supo que no valdría de nada discutir con él.

—Bien...

—Antes de eso, necesito otro café—. Dicho esto se puso de pie, taza en mano. Y fue directo a prepararse otro.

Los siguientes días fueron muy ajetreados para los hermanos, ninguno de los dos tenía un trabajo fijo o estable, pero se las arreglaban ofreciendo su mano de obra en diversas áreas, como cortando el pasto—Alfred no le cobraba a las personas mayores por esto—, limpiando, cuidando a algún animal, etc.

Entre los dos era Alfred el cuál trabajaba más, incluso por las noches iba a cuidar viejas casas, casi ni dormía.

Quería saldar la deuda de Hugo lo antes posible, aunque sabía que su hermano había hecho mal, él no podía ignorar la responsabilidad que sentía ante lo que había sucedido, pero tras un mes entero trabajando día y noche solo había conseguido trescientas monedas de plata, y Hugo solo había recaudado unas ciento y poco.

Esto no estaba funcionando, les tomaría tres vidas llegar a pagar la deuda.

— ¿Qué vamos a hacer?, aún tenemos que pagar los gastos comunes.

Alfred sintió un leve tic nervioso en su ojo mientras se bebía el sexto café del día, su pierna se movía de arriba abajo con inquietud, causando un leve sonido de repiqueteo cuando la suela de su zapato impactaba contra el suelo.

—Descansa—. Le hablo a Hugo, el cuál se veía algo demacrado. Alf internamente sintió que se merecía verse así, pero tras pensarlo unos segundos no quería ver mal a su hermano. — Lo resolveré.

Siempre podía resolver todo, por lo tanto Hugo se fue tranquilo a dormir, era una lástima que no notara el estado de su hermano...o quizá lo había notado y no había dicho nada al respecto.

Alfred se recostó en la mesa, cansado. Tenía ojeras profundas y oscuras, la tez más pálida de lo normal. Si alguien externo a su entorno lo viera pensaría que acabo de recibir el resultado de alguna enfermedad terminal.

Sentía que solo tenía una alternativa, pero no quería tomarla. Nada le cercioraba que lo que estaba escrito en esa "carta" fuera real, pero si lo fuera..., seria grandioso. Solucionaría parte de sus problemas.

¿Perdía algo al intentarlo?, no. Por supuesto que no.

Porque además de Hugo, ya no tenía más que perder.

Pero sin dudas todo despertaba un leve sentimiento de sospecha en él.

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

Notas:

1. Macana: Es como mandarse algo malo, en otras palabras mandarse una cagada.

2. Has entrado de lleno a un frasco: Hace alusión a que se encerró solo en una situación complicada.

...ΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩΩ...

Mini escenario:

Alfred: (+Buscando en algún libro como hacer que su hermano no gaste dinero imprudentemente.+)

Enzo: Puedo darte un préstamo bancario, ¿cuánto necesitas?

Alfred: Mil quinientas monedas de oro.

Enzo: Oh... (No manejan la misma moneda.)

Enzo es el personaje de mi otro libro: "Su aroma a Sándalo".

1
𝑳𝒖 𝑮𝒖𝒂𝒏𝒈
Elast y Alfred logran interponerse en el camino del Príncipe y así evitar que este fuera a un destino atroz.
¿Esto solo logro facilitar o dificultar más las cosas?
¡Te invito a seguir leyendo para descubrirlo! 💗
𝑳𝒖 𝑮𝒖𝒂𝒏𝒈
Finalmente Elast y Alfred se embarcaron en la verdadera aventura. ¿Sus lazos se fortalecerán o se volverán aún más flojos?
¡Te invito a leer para descubrirlo!
Annx
Me encanta me está cautivando mucho está historia🥰
𝑳𝒖 𝑮𝒖𝒂𝒏𝒈
Alfred está a nada de encontrarse con el amor de su vida, aunque nada asegura que después de eso las cosas sean más fáciles. 🕺
🥦🐞chatbug💥🐈‍⬛
amooo hermoso
𝑳𝒖 𝑮𝒖𝒂𝒏𝒈: Muchas gracias. 💗
total 1 replies
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