El Duque Frío Y La Marquesa Reencarnada

Eliza, hija de un noble del reino más al norte, donde la magia es común, conoció al duque cuando el era muy joven, ambos aceptaron el matrimonio sin saber que después estaría en peligro, ahora ellos han recuperado su estabilidad como pareja, el duque se ha divorciado de sus otras esposas con eso ha recuperado su matrimonio.

Este día ella está en la sala tomando el té con una visita inesperada, escuchando atentamente.

-Haber si entendí -Se pone sería y pone su taza en la mesa, su mirada cambia de inmediato -

-Duquesa mi hija está en el hospital por culpa del joven duque.

-Mi hijo no es culpable de las estupideces de su hija, además que le quede claro mi hijo no está interesado en su hija, jamás lo obligaría a un matrimonio y menos por una excusa tan absurda.

-Hay chismes por toda la ciudad!

-Eso solo es culpa de su hija, condesa yo creo que ya le di mucho de mi tiempo, haga el favor de retirarse.

-No puedo creer lo que me dice, usted más que nadie debería estar interesada en el matrimonio de su hijo.

-Lo estoy, Pero será con alguien a quien el quiera.

-Si conociera a mi hija.

-Basta! -La voz de un hombre hace que la condesa baje la cabeza y esté asustada-

Es el duque que baja las escaleras, su rostro serio da un aura de miedo

-Que sucede?

-Mi señor...

-Condesa vaya con su hija, su accidente fue culpa de ella, que le quede claro que Kael no será forzado a un matrimonio, si su hija se sigue atravesando en su vida y sale lastimada intenta algo más no respondo, nuestro hijo es lo más valioso que tenemos el será feliz.

El duque toma la mano de su esposa, la condesa solo sale asustada, pensó que sería más fácil hablar con la Duquesa, todos piensan que pueden manipularla, ya que muchos años acepto que su esposo tuviera concubinas.

-Amor esa mujer no me agrada, las mandaré a vigilar.

amor?

Kael estaba en las escaleras, sus padres siempre le han dicho que es importante, aun así hoy se sintió feliz, por qué su padre lo defendió así.

-Que pasa cariño?

-nada madre, solo gracias, esa mujer no me interesa, solo la vi una vez, nunca la había visto.

-Está bien, no te preocupes.

-Gracias madre.

Isabel también había escuchado, había ido para ver a Kael, solo que se escondió por qué no quería interrumpir.

-Bu...

-Oh por dios! Me asustas.

-Perdón, que haces ahí.

-No quise interrumpir.

-Quieres comer conmigo?

-Y tus padres.

-Ellos van a ir con la reina.

-Bueno, está bien, acepto.

-Entonces vamos.

Kael la toma de la mano y salen.

-Espera, no comeremos aqui?

-No, vamos a la ciudad.

-Heee?

-No quieres?

-No es eso, es que...Si nos ven juntos

-Pensé que no importaba por qué somos amigos

-Lo somos, tienes razón... **Por qué estoy tan nerviosa**

Kael la toma de la mano y la jala hacia el, ella no sabe cómo reaccionar, al quedar frente a él

-A mi no me importa si hay chismes, tu eres importante para mí, si el compromiso no se hubiera roto... serías mi esposa, a ti te molesta que te vean junto a mi?

-Nooo, a decir verdad... Tu también eres importante para mí.

Kael y ella se veían a los ojos y el deseo por un beso era obviamente lo que quieren.

-Kael, Isabel, van a salir?

Isabel escucha la voz de su padre y se aleja de Kael quien también se pone nervioso.

-Padre!

-Marquez buen día.

-Este... Interrumpi algo?

-No -Dice Isabel -

-Bueno vayan con cuidado, voy a ver a la Reina, no lleguen muy tarde.

Kael solo toma su mano y camina rápido, se pone la capa para que Isabel no le vea la cara.

-Pasa algo?

-No, solo me puse nervioso

-Mi padre no te hará nada

-Jaja si solo que, me tomo por sorpresa.

Ambos van a la ciudad donde entran a un restaurante no muy lujoso, Kael no sabía de ninguno e Isabel conoce uno donde come algunas veces con sus compañeros de trabajo.

En el palacio el padre de Kael fue con la reina, pues su hijo ya no le dijo sobre los planes que hay.

-Duque.

-Majestad.

El padre de Isabel llegaba corriendo.

-Perdón, llegué y vine directo aquí, tengo la información sobre los mercenarios, piensan pasar por esta ruta con ayuda del Márquez.

-Alexander algo del otro socio?

-No, ha sabido esconderse, busque por todo el territorio de mi ex- suegro, el seguirá al pendiente.

-Bien, entonces que venga Luisa, no podemos dejar que estos mercenarios lleguen a la capital o puede haber muertos, tal vez esto haga que la última rata salga.

-O se esconda más.

-Pero no podemos arriesgar a la ciudad, ni a los pueblos que están a su paso, el marqués debe guiarlos, debes matarlo

-Lo que ordene majestad, Kael se quedará en la ciudad.

-Iras con la Duquesa, suerte.

-Asi será majestad.

Por mucho tiempo alguien más ha quedado en las sombras, escondido, Pero es hora de que todo termine, Edward y Lisa no deben heredar problemas del padre de Diana.

-Amor no te preocupes.

-Esto debe acabar, Luciel, iremos a Thaslis, no quiero dejar a Edward con enemigos del pasado.

-Que sucede con el vizconde del Merkt

-Nada, he mandado centinelas y nada no hay nada!

-Calma, si es él se va a equivocar con esta misión, debemos confiar en él, Diana sé que nunca has estado de acuerdo en ejecutar a menores, pero ellos no se tocaron el corazón con Lemira, sus hermanos murieron, incluso Edward era prácticamente un bebé.

-Pero...

-Debe ser toda la familia del marqués...

Diana no estaba convencida de eso, Pero sería un ejemplo para todos.

-Lo pensaré.

-Voy con los niños, te amo

-Yo a ti.

Mientras Isabel está con Kael en la ciudad, van al hospital un rato para ver cómo está la joven Mendoza.

-Doctor Fabián, como está la señorita.

-Isabel!.

El le sonríe y Kael solo está serio, por qué nota que el Doctor lo hace a propósito.

-Joven duque buen día.

-Buen día, la joven está bien, los que están a punto de perder la cordura son mis asistentes médicos y hasta yo.

-Dios! Pero por qué.

-Bueno en palabras simples es insoportable -Dice con cara de fastidio-

-Entrare a verla.

-Claro pase -El le señala el camino-

Kael entra al cuarto pues la habían cambiado a un cuarto cuando se empezaron a quejar los demás pacientes.

-Buen día señorita Mendoza como se encuentra.

-Joven duque! -Le dice con su gran sonrisa - Disculpe que no esté presentable.

-Esta herida por qué lo estaría.

-Si claro.

-Solo vine a decirle que yo pagaré lo del hospital.

-Mi madre fue a ver a la Duquesa, joven duque deme una oportunidad, si usted me conoce estoy segura que...

-Señorita yo no quiero conocerla su comportamiento en el hospital es un claro ejemplo de que usted no es muy amable que digamos.

-No, lo que pasa es que estaría más cómoda en otro lado.

-Saldrá en unos días, entonces irá a su casa

-Puede hospedarme hasta que me recupere... así podemos conocernos.

-No me interesa, jamás la llevaría al palacio, no sé donde saca que podemos conocernos, jamás la había visto.

-Es el destino... Yo soy la mujer que puede hacerlo feliz.

-Que? Acaso esta loca

-No, el destino, ese es mi destino, yo... Usted debe amarme.

La joven empieza a gritar, intenta levantarse y alcanzar a Kael, el doctor entra para agarrarla y que ella no caiga de la cama

-Que pasa?

-Debe amarme, yo soy su destino.

Ambos están confundidos, Isabel entra para ayudar al doctor

-Calma, debes calmarte

-No, tú, por tu culpa él no me ama, tu solo eres un personaje que debe morir...

-Que? **Dijo personaje? No puede ser, acaso será posible**

Isabel abría los ojos por la sorpresa, Kael la toma del brazo y la aleja, pues la joven intenta tomarla del cabello, Kael solo toma él brazo de la joven y pone sus ojos fríos, sus colmillos logran verse y presiona fuertemente.

-Si te atreves a hacerle algo, te juro que te mato, destrozare tu cuerpo, poco a poco sin piedad.

-Kael suéltala, le romperas el brazo.

Kael siente la mano de Isabel en la suya y la suelta, Hasta el doctor se asustó al verlo, sus ojos cambian de color y sus colmillos son impresionantes.

La joven se desmaya de la impresión, otras asistentes entran para ayudar al doctor.