Una historia sobre un adolescente Riko que se enamora de una ramera
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**Capítulo 14: La Traición**
**Capítulo 14: La Traición**
La luz del sol se filtraba a través de las ventanas del estudio de Fabiola, iluminando las telas y bocetos que estaban esparcidos por toda la habitación. Era un nuevo día, pero la atmósfera era diferente; había un aire de tensión que no podía ignorar. Había pasado semanas trabajando en su colaboración con Samuel, y aunque al principio se sintió emocionada por la oportunidad, un sentimiento creciente de desconfianza la invadía.
Fabiola había estado tratando de dejar de lado sus temores, pero la sombra de su pasado seguía acechándola. Samuel había sido amable y profesional, pero había momentos en que sus palabras parecían estar cargadas de algo más. "¿Realmente ha cambiado?", se preguntaba mientras repasaba los últimos bocetos de su colección. La ansiedad la consumía, y su instinto le decía que debía tener cuidado.
Esa tarde, mientras se preparaba para una reunión con Samuel, Fabiola decidió hablar con Fernando sobre sus inquietudes. "Siento que algo no está bien con esta colaboración", confesó, sintiendo que la tensión se acumulaba en su pecho. "Aunque Samuel ha sido amable, hay algo en su forma de actuar que me preocupa".
Fernando la miró con atención, comprendiendo la gravedad de sus palabras. "Si sientes que algo no está bien, quizás deberías prestarle atención a tu instinto. Nunca está de más ser cautelosa, especialmente cuando se trata de alguien con quien has tenido una relación complicada", dijo, su voz llena de preocupación.
"Lo sé, pero no quiero que mis miedos me controlen. Estoy tratando de avanzar y dejar atrás el pasado", respondió Fabiola, sintiendo que la frustración comenzaba a crecer.
Fernando tomó su mano, su toque reconfortante. "No estás sola en esto. Estoy aquí para apoyarte en cualquier decisión que tomes. Solo asegúrate de no ignorar tus sentimientos", dijo, su voz llena de cariño.
Con esas palabras en mente, Fabiola se preparó para la reunión. En su camino al estudio de Samuel, sentía que el nerviosismo aumentaba. Había pasado tanto tiempo tratando de superar su pasado, y ahora se encontraba de nuevo en una situación que la hacía sentir vulnerable.
Al llegar al estudio, Samuel la recibió con una sonrisa. "¡Fabiola! Estoy emocionado por lo que vamos a crear juntos. He estado pensando en algunas ideas para nuestra colaboración", dijo, su entusiasmo parecía genuino.
"Me alegra escuchar eso. Espero que podamos trabajar juntos para hacer algo especial", respondió Fabiola, sintiendo que la ansiedad comenzaba a disiparse mientras se sumergía en la conversación.
A medida que discutían ideas, Fabiola comenzó a sentirse más cómoda. Samuel parecía comprometido y apasionado por el proyecto. Sin embargo, a medida que avanzaba la reunión, notó que había algo en su comportamiento que la hacía sentir incómoda. A veces, sus comentarios parecían despectivos, como si intentara desvalorizar sus ideas.
Después de la reunión, Fabiola se sintió confundida. Había momentos en que Samuel parecía genuino, pero otros en los que la desconfianza crecía. "¿Por qué no puedo simplemente confiar en él?", se preguntaba mientras salía del estudio.
Esa noche, Fabiola se sentó con Fernando y le compartió sus inquietudes. "Siento que hay algo que no encaja. A veces parece que está tratando de menospreciar mis ideas", dijo, sintiendo que la angustia la envolvía.
Fernando frunció el ceño, su expresión seria. "Si sientes que te está menospreciando, tal vez deberías hablar con él. No permitas que nadie te haga sentir inferior. Tu voz es importante", sugirió.
Fabiola asintió, sintiendo que el apoyo de Fernando la empoderaba. "Tienes razón. No puedo permitir que eso suceda. Hablaré con él en nuestra próxima reunión".
Los días pasaron, y la tensión continuó creciendo. Fabiola se dedicó a trabajar en su colección, pero cada vez que pensaba en Samuel, la ansiedad la invadía. Su instinto le decía que debía estar alerta, pero quería creer en la posibilidad de una nueva colaboración.
Finalmente, llegó el día de la reunión. Fabiola entró al estudio de Samuel con determinación. "Samuel, creo que necesitamos hablar", comenzó, sintiendo que la tensión se acumulaba en el aire.
"Claro, Fabiola. ¿Qué tienes en mente?", preguntó él, su tono amigable pero con un matiz de curiosidad.
"He sentido que, en algunas ocasiones, tus comentarios sobre mis ideas no son tan constructivos como deberían ser. Quiero que esta colaboración sea positiva para ambos", dijo Fabiola, sintiendo que su voz resonaba con confianza.
Samuel frunció el ceño, como si no entendiera a qué se refería. "No estoy seguro de a qué te refieres. Siempre he querido lo mejor para nuestro proyecto", respondió, su tono defensivo.
Fabiola sintió que su corazón se aceleraba. "A veces, tus palabras me hacen sentir que no valoro mis ideas. Estoy aquí para crear algo juntos, pero necesito sentirme respetada", insistió, sintiendo que la vulnerabilidad se hacía evidente.
Samuel la miró, y por un momento, Fabiola creyó ver una chispa de comprensión en sus ojos. "Lo siento si te hice sentir así. No era mi intención. Quiero que nuestra colaboración funcione", dijo, su tono más suave.
Sin embargo, a medida que la reunión avanzaba, Fabiola no pudo evitar sentir que las promesas de Samuel eran vacías. Aunque parecía querer mejorar, había algo en su comportamiento que la hacía dudar. A medida que discutían los detalles del proyecto, Fabiola comenzó a notar que había cambios en su enfoque. Algunas de sus ideas parecían ser ignoradas o minimizadas.
Finalmente, cuando la reunión llegó a su fin, Fabiola salió del estudio sintiéndose frustrada. Había intentado ser honesta y abierta, pero la sensación de desconfianza seguía ahí. "¿Por qué no puedo dejar de dudar de él?", se preguntaba, sintiendo que la ansiedad la consumía.
Esa noche, Fabiola decidió hablar con Fernando sobre lo que había experimentado. "No estoy segura de que esta colaboración sea lo que necesito. A veces siento que Samuel no respeta mis ideas", confesó, sintiendo que la angustia la invadía.
Fernando la miró con atención. "Si sientes que no es una buena situación, tal vez deberías replantearte la colaboración. No tienes que quedarte en un entorno que te haga sentir incómoda", dijo, su voz llena de apoyo.
"Lo sé, pero no quiero parecer que estoy huyendo de un desafío. Quiero enfrentar mis miedos y demostrar que puedo trabajar con él", respondió Fabiola, sintiendo que la lucha interna continuaba.
Con el tiempo, Fabiola se dio cuenta de que había llegado a un punto crítico en su carrera. A pesar de sus esfuerzos por ser positiva, la desconfianza hacia Samuel seguía creciendo. Había momentos en que se preguntaba si realmente estaba avanzando o si estaba estancada en un ciclo de dudas.
Un día, mientras revisaba los correos electrónicos, recibió un mensaje de Samuel que la dejó helada. "Hola Fabiola, he estado pensando en nuestra colaboración y creo que sería mejor si trabajamos por separado. No siento que nuestras visiones estén alineadas", decía el mensaje.
Fabiola sintió que el aire se le escapaba de los pulmones. "¿Qué? ¿Acaba de terminar nuestra colaboración sin previo aviso?", pensó, sintiendo que la traición la atravesaba. Había estado luchando por mantener la confianza, y ahora se sentía devastada.
Mientras leía el correo una y otra vez, las lágrimas comenzaron a brotar. "¿Por qué me hace esto? Pensé que estábamos construyendo algo juntos", se lamentó, sintiendo que la decepción la consumía. Había puesto su fe en Samuel, y ahora se sentía traicionada.
Desesperada, decidió hablar con Fernando. Cuando se encontró con él, sintió que el dolor la invadía. "Fernando, me ha dejado un correo diciendo que termina nuestra colaboración. No entiendo por qué", dijo, sintiendo que la angustia la envolvía.
Fernando la abrazó con fuerza. "Lo siento, Fabiola. Debe ser devastador. Pero recuerda que esto no define tu talento ni tus capacidades. A veces las cosas no funcionan como esperamos", dijo, sintiendo que su corazón se partía por ella.
Fabiola sintió que el apoyo de Fernando era reconfortante, pero la tristeza seguía presente. "He trabajado tan duro para avanzar, y esto se siente como un golpe bajo. ¿Por qué siempre tengo que enfrentar estas traiciones?", se preguntó, sintiendo que la frustración la invadía.
Esa noche, mientras se sentaba en el sofá, Fabiola reflexionó sobre todo lo que había sucedido. "¿Por qué permití que Samuel me afectara tanto? ¿Por qué no vi las señales antes?", se cuestionó. A pesar de sus esfuerzos por avanzar, se dio cuenta de que había dejado que su pasado la afectara más de lo que había imaginado.
Decidida a no permitir que la traición la definiera, Fabiola se tomó un tiempo para analizar su situación. "No puedo dejar que esto me frene. He trabajado demasiado para dejar que alguien me haga sentir menos", se dijo a sí misma, sintiendo que la determinación comenzaba a resurgir.
Con el apoyo de Fernando, Fabiola decidió que era hora de enfocarse en su propia voz y en lo que realmente quería lograr. "Voy a crear mi propia colección, algo que refleje mi viaje y mi crecimiento. No dejaré que la traición de Samuel me detenga", afirmó con convicción.
A medida que los días pasaban, Fabiola comenzó a trabajar en su nueva colección. Se sumergió en su pasión por el diseño, utilizando su dolor como una fuente de inspiración. A través de la creación, encontró una forma de sanar y de reafirmar su identidad como diseñadora.
Fernando la apoyó en cada paso del camino, animándola a seguir adelante. "Eres increíble, Fabiola. Tu talento es único, y esto es solo un obstáculo temporal. No dejes que la traición de alguien más te haga dudar de tu valía", dijo, su voz llena de amor y aliento.
Fabiola se sintió agradecida por tener a Fernando a su lado. Mientras trabajaba en su colección, comenzó a sentir que la confianza regresaba lentamente. La traición de Samuel no tenía que definir su camino; era solo una parte de su historia, no el final.
A medida que completaba su nueva colección, Fabiola se dio cuenta de que había crecido a través de la experiencia. Había enfrentado su pasado, había aprendido a confiar en su instinto y había encontrado su voz. Estaba lista para mostrar al mundo lo que había creado, y no dejaría que la traición de alguien más la detuviera.
Finalmente, llegó el día de la presentación de su nueva colección. Fabiola se sintió nerviosa, pero también emocionada. Había trabajado arduamente y estaba lista para compartir su visión con el mundo. Cuando entró al escenario, sintió que la energía la envolvía. Había superado tanto, y ahora era el momento de brillar.
Con cada prenda que desfilaba, Fabiola sentía que la confianza crecía en su interior. Su colección era un testimonio de su viaje, y cada diseño contaba una historia. Al final de la presentación, recibió una ovación y palabras de aliento. En ese momento, Fabiola supo que había superado la traición y había encontrado su lugar en el mundo.
Mientras abandonaba el escenario, sintió una oleada de alivio y satisfacción. Había enfrentado sus miedos, había sanado sus heridas y había demostrado que la traición no tenía poder sobre ella. Con Fernando a su lado, estaba lista para enfrentar cualquier desafío que la vida le presentara, y su amor seguiría siendo el motor que la impulsaba hacia adelante.