Abriella, una princesa es obligada a escapar de su hogar, teniendo que aprender a sobrevivir fuera de este. En el camino se encontrará con personas que la ayudarán a recuperar lo que le robaron. ¿Será capaz de conseguirlo?
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Presentaciones
Al final si logré dormir, pensé que el pensamiento me iba a atormentar durante toda la noche, pero no fue así. Menos mal.
Me levanté en la mañana, estaba amaneciendo, así que para no perder mi rutina decidí cambiarme de ropa y partir con mi entrenamiento.
Gracias al trote mejoré mi resistencia por lo que ahora también estoy entrenando fuerza, mi músculo es igual se tienen que fortalecer para poder ganarle a mi primo.
La rutina que hice hoy día fue. Media hora de trote, luego utilicé bolsas de arroz para usar de peso y entrenar mis músculos, para luego nuevamente a trotar media hora.
Al terminar entré a la casa y me dirigí al baño, éste ya había sido ocupado por Eloísa por lo que todavía tenía las ventanas empañadas por el agua.
Me lavé el cuerpo y la cara, luego me vestí para ir a tomar desayuno con mi amiga y su hijo. Ahora normal comer junto a Erik ya que se sienta la mesa y comparte con nosotras.
— Al parecer hoy día si lograste dormir bien, cuando saliste a entrenar yo ya me encontraba despierta. — Tenía la boca repleta de comida, por lo que no logré responderle al instante — Si te incomoda mucho la pregunta que te voy hacer no es necesario que la respondas, pero me surgió la duda. ¿Por qué entrenas tanto? ¿Tienes alguna meta? Como estado físico ¿O simplemente un día te interesó ser más fuerte?
Al inicio no supe si responderle, pero es mi amiga y ya tengo mucha información mía que le oculto.
— Quiero ser fuerte — Le respondí — A las mujeres normalmente no les interesa eso, ya que prefieren ser delicadas. Yo no busco eso ahora, yo quiero tener la fuerza suficiente para ser capaz de defenderme — No le mentí, simplemente oculté un poco de la verdad.
— Wow, me gustaría tener una iniciativa como la tuya — Dijo mi amiga — Yo me la paso aquí en la casa, sin hacer muchas cosas importantes.
— ¡Pero que dices! Como que no haces cosas importantes, ahora mismo estamos trabajando para que tengas un local para vender y emprender aquí. Eso yo lo encuentro bastante admirable. — Mi amiga se sonrojó y me agradeció por el cumplido.
— ¿Hoy me vas a ayudar con la remodelación o vas a ver al muchacho ese? — Jajaja es una buena pregunta todavía no lo he pensado.
— Todavía no lo sé, ya que no tengo claro prefiero ayudarte para terminar cuanto antes tu tienda y así instalarnos en ese lugar y vivir ahí juntos. Porque pronto Erik va a empezar a crecer y necesitamos estar cerca del pueblo.
— Okis, tienes razón. Margarita hoy día me contó que iba a estar en la casa, así que le voy a llevar a Eric para que no esté solo y juegue con Agustin mientras nosotras arreglamos la casa.
— Esa es una buena idea, si quieres puedes ir arreglar a Eric mientras yo ordeno la mesa del desayuno.
Así funcionan los trabajos en equipo, eso ayuda para que podamos organizarnos y terminar las cosas cuanto antes.
A mí siempre me enseñaron a trabajar en equipo, en el palacio, aunque yo no quisiese me hacían trabajar con otros nobles, claramente liderando al equipo pero trabajamos en equipo y yo daba órdenes y ayudaba.
Era bien sabido que en el palacio daban clases, ya que no existe ni una escuela en donde podamos ir todos. Nos juntábamos en donde vivía y nos enseñaban a todos por igual, claramente yo tenía otras clases aparte de las que tenía en conjunto con ellos.
Luego de terminar de hacer todo y de arreglarnos nos dirigimos a la casa de Margarita, su casa queda más o menos a unas cinco cuadras de la casa que nos entregaron. No queda tan lejos por lo que si es que vivimos ahí se nos acomodaría todo.
Luego de entregar a Erik fuimos a la casa y empezamos con las remodelaciones.
— Parece que mi invitación no fue aceptada ayer, supuse que no vendrías así que vine con mis compañeros para ayudarlas, señoritas — Bastián, no hinqué momento Bastián llegó pero vino con mucha gente, bueno, no tanta pero en comparación de nosotras que somos dos nos duplican.
— Gracias por la invitación, pero no te conozco así que no me voy a arriesgar para ir a un lugar que probablemente, si es que no fuera buena persona, sea mi perdición.
— Okay, entiendo que seas precavida. Yo ya me presenté si quieres lo hago de nuevo, me llamo Bastian Mistveil, mido un metro ochenta y nueve y tengo veintiún años, si supiera mi tipo de sangre te lo diría. Creo que con esa presentación es suficiente para que me tengas más confianza — Tres años. Tres años mayor que yo, no lo parece, se comporta de una manera muy infantil.
— No es necesario que me digas tu dibujo de sangre. Pero qué bueno que te presentes, ahora puedes presentar a todos tus acompañantes — Dije apuntando a las personas que se encuentran detrás de él. Todos son hombres, ni una mujer.
— Él se llama Ryan, es mi mejor amigo, mide un metro ochenta y tres y tiene vintidos años — Dijo mientras apuntada a un hombre de cabello rojo y ojos azules, su cabello rojo no naranjo, existen algunos pelirrojos que su cabello naranjo. Su cuerpo está lleno de cicatrices ¿En qué se habrá metido?
— Este se llama Alexander, mide un metro ochenta y tiene vinticuatro años— dijo mientras apuntaba esta vez al hombre que estaba de su lado, Alexander tiene el cabello color castaño y sus ojos son cafés. ¿Cafés? Ahora que mira de lado se le ven verdes, parece que son de ambos colores.
— Y por último, Edmont, él mide u mentor ochenta y tres, tiene veinticuatro años, igual que Alexander. — dijo esta vez apuntando a un hombre, éste tiene el cabello de color negro y sus ojos son del mismo color, pero este negro es bastante oscura, se asemeja al negro de un carbón. Trae el cabello largo, si es que yo no me lo hubiera cortado lo hubiera tenido de mí mismo tamaño, pero este lo trae recogido en una coleta — Si es que no escapas, descubrirás cuál es la habilidad de cada uno, por el momento nos vamos a limitar a ayudarlas a arreglar la casa. — Dijo — Sabes, creo que sería bueno que tú también te presentaras a ti y a tu amiga, ya que mis amigos no te conocen y ni uno de nosotros conoce a tu amiga.
— me llamo Gabriela, tengo dieciocho años y mi amiga se llama Eloísa, ella tiene veintiún años y tiene un hijo que se llama Erik. Es demasiado tierno y lindo, por si en un momento le llegan a conocer.
Mi amiga estaba a mi lado, viendo a todos los hombres que se nos presentaron ahora. En todo este rato ella no le ha dirigido a la palabra a nadie, bueno, creo que ninguno de los acompañantes de Bastian han dicho algo igualmente.
Como sabía que mi amiga no les iba a dar una tarea que hacer yo misma fui y les entregué a cada uno una herramienta para así poder avanzar. Le dije a cada uno que es lo que tenían que hacer y me alejé con mi amiga.
— gaby, se ve que todos sos muy buenas personas, así que hay que tratarlos de manera amable así no se van a asustar e ir — Me reí, mi amiga se preocupa en que pueda asustar a unos hombres.
— Tranquila no los voy a asustar, igualmente si lo hago ellos no serán capaces de irse, ya que lo que vi, todos ellos siguen a Bastián, y se ve que él no me va a dejar ir.
Con eso mi amiga quedó más tranquila y nos pusimos hacer cada una de nuestras tareas, ambas pintamos el interior de la casa mientras que los hombres cambiaban las maderas que estaban podridas y colocaban unas nuevas.
Estuvimos así toda la tarde hasta que nos cayó el hambre, así que mi amiga, como están buena persona, los invito a todos a nuestra casa a comer una merienda.
Todos juntos fuimos a buscar a Erik, ya que él todavía se econtraba en casa de Margarita. cuando nos abrió le agradecemos que lo haya cuidado toda la tarde y luego nos dirigimos a la casa.
Me siento muy cómoda en este grupo, tanto mi amiga como las nuevas acompañantes que se nos integraron se ve que son buenas personas, lo que me tranquiliza, sé que ellos me van a proteger.