Adam es un gángster y una madrugada, cae en una trampa, al descubrir que estaba siendo traicionado por su novia, con su mayor rival, durante esta trampa, termina gravemente herido y es salvado por Samantha, una mujer sencilla, que más tarde descubre que trabaja en uno de sus hoteles, ella es una hermosa mujer que está pasando, como él, por una desilusión amorosa. Después de que Samantha le salve la vida, Adam empieza a protegerla de su rival, que se entera de que le ha salvado la vida y se obsesiona con ella.
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Sintiéndose mal
Adam cogió su móvil y anotó algo, luego llamó a su número a través del teléfono de ella.
- Toma, ya he guardado mi número en tu móvil y ahora también tengo el tuyo, puedes llamarme a cualquier hora del día o de la noche - dijo devolviéndole el móvil.
Samantha pensó que él podría haber guardado su número allí, pero eso no significaba que ella llamaría a ese número, cuanto más lejos estuviera de ese tipo de situaciones, mejor sería.
Se levantó de la silla frente a él, aquella mirada seguía allí, mirándola fijamente de nuevo y era la misma mirada que él le dirigió en el baño de su casa, se sintió como una auténtica presa frente a su depredador, pero al mismo tiempo, sintió calor al ser mirada así.
- ¿Puedo volver ya a mi trabajo? Te prometo que te llamaré si pasa algo y te agradezco tu protección\, si me disculpas.
Se dio la vuelta para ir hacia la puerta, pero en cuanto puso la mano en el pomo volvió a oír su voz detrás de ella.
- Espera - habló con firmeza\, haciéndola darse la vuelta.
Adam volvió a acercarse a ella, la miró a aquellos ojos que lo hipnotizaban y le dijo lo que quería.
- Te he dicho que no me llames\, señor\, llámame Adam.
Se llevó la mano a un mechón suelto de pelo, acomodándoselo detrás de la oreja, y continuó hablando, solo que en tono suave.
- Ya que pienso llamarte solo Samantha.
La mano de Adam bajó un poco, rozando su mejilla, ella se sintió temblorosa ante ese contacto y se reprendió una vez más, habían pasado meses desde que había roto con Douglas, y no había sido tocada por nadie más después de la ruptura, no podía dejar que su necesidad y retraimiento la dominaran.
- Vale\, hasta luego Adam - pronunció su nombre\, mirándole directamente a los labios.
Ella forzó el picaporte, abriendo la puerta y saliendo por ella, él tragó saliva en cuanto ella se dio la vuelta, oírla, decir su nombre y seguir mirándole así a los labios, le hizo tener varias reacciones y pensamientos impuros con ella, incluso tuvo una pequeña reacción entre las piernas.
Caio, que esperaba fuera, se giró en cuanto oyó abrirse la puerta, recibió una mirada poco amistosa de Samantha, que la siguió sin mirar atrás, Adam salió de la habitación indicando que podían irse.
Samantha regresó rápidamente a su puesto, su corazón seguía acelerado y su garganta seca, aquella situación era una verdadera prueba para cardiópatas, una prueba que no sabía si superaría, ya que antes de llegar al mostrador, sintió un repentino mareo y su visión pronto se oscureció, aún oía una voz que la llamaba por su nombre, reconociendo que era la de su compañera de trabajo, pero entonces, silencio y oscuridad.
Adam y Caio siguieron el pasillo para salir del hotel, oyeron una voz femenina llamando a Samantha por su nombre y al entrar en el vestíbulo, la vieron tendida en el suelo, su compañera intentaba ayudarla, mientras algunos curiosos, permanecían cerca, intentando ver lo que ocurría.
- Vamos Caio.
Adán le ordenó que se diera prisa, aún no podía correr, así que le pidió que se adelantara.
Caio se acercó pidiendo permiso y ordenando a todos que se alejaran, su rostro estaba pálido y su piel helada, Adán se acercó lo más rápido que pudo, y ya daba órdenes a sus hombres.
- Traed el coche y dejadlo en la puerta\, vamos a llevarla al hospital.
Uno de los hombres se apresuró hacia la puerta y Adam también dio órdenes al empleado.
- Trae sus cosas personales.
La chica corrió detrás del mostrador, cogió el bolso de Samantha, volviendo rápidamente hacia ellos, se agachó recogiendo también el móvil caído y guardándolo en su bolso.
El otro guardia de seguridad cogió el bolso de Samantha, que había salido a por el coche, avisado por los dispositivos de que ya estaba en la puerta, Caio la cogió en brazos y salieron hacia la entrada del hotel.
En el coche, Adam subió primero, Samantha se colocó en el regazo de Adam, como él había ordenado, y Caio se sentó junto a ellos, apoyándole los pies.
- Rápido\, al hospital - ordenó Adam.
Se dirigió al hospital más cercano al lugar de los hechos, que era el hospital Metropolitano y era justo el lugar donde Pedro trabajaba. Ese día, el turno de Pedro sería más tarde, sin embargo, cuando dejó a Samantha en el hotel, se fue directo al hospital, no quería arriesgarse a tener una recaída y llamar a Iván, así que fue a tratar de ocupar su mente en el área de pediatría, donde hacía trabajo voluntario.
Pedro no lo sabía, pero ese día fue seguido hasta el hospital por uno de los hombres de Oliver, que le informó en cuanto Pedro entró en el parking del hospital, aparcando en una plaza para empleados.
Oliver en ese momento ya sabía donde trabajaban Samantha y Pedro, no le sería difícil preparar algo, pero su primera orden fue recoger a Samantha en su casa, además de guapa, le parecía hasta excitante que se atreviera a hablarle de esa manera, porque hasta se había imaginado lo que haría con esa boca descarada.
Entraron en la recepción con Samantha, aún inconsciente en los brazos de Caio, en ese momento, Pedro ya había bajado a la recepción y vio a su amigo llegar cargado.
- Sam - gritó y salió corriendo\, agarrando una camilla.
- ¿Qué le ha pasado? - preguntó Pedro enfadado.
- Se desmayó en el hotel y la trajimos para que recibiera atención médica\, ¿la conoces? - preguntó Adam.
- Sí\, es mi amiga\, no te preocupes\, ahora me ocuparé de ella -dijo tranquilizador.
Pedro pensó que aquel hombre era muy guapo y elegante, y parecía estar muy preocupado por ella.
- Esperaré aquí - dijo Adam con firmeza.
Voy a esperar aquí - dijo Adam con firmeza. A Pedro le pareció aún más extraño, pero no dijo nada más, se limitó a llevar la camilla hacia la recepción, Douglas también apareció en la recepción e inmediatamente empezó a cogerle de la mano y a llamarle por su nombre.
Adam vio eso y de alguna manera sintió celos, no tenía motivos para tener esos sentimientos hacia ella, ya que no tenían nada que ver y la acababa de conocer, no le gustaba ese sentimiento, pero era lo que estaba sintiendo en ese momento.
la que lo está esperando en la puerta🙄🙄🙄