El Barón Y La Plabeya

Hera lo cuida durante el viaje de regreso, su camarote es grande y ahí atiende al niño, nadie lo ha visto, el doctor es quien lleva la comida para ellos.

Hera al salir se cubre y supervisa la seguridad y sobre todo a los caballeros rescatados, si Collins tiene razón entre de ellos pueden haber un traidor, sobre todo ellos conocen al niño, debe tener cuidado.

-No sabía que en este reino las mujeres tenían ese tipo de trajes -Le decía un caballero con un tono de burla, intentando tocarla-

Ella detiene su brazo y lo dobla contra su espalda, solo él grita de dolor

-si quisiera en este momento te romperia el brazo y la cara, yo no soy cualquier mujer.

Ella lo suelta y lo empuja, los caballeros del barco no intentaron defenderla por qué saben que ella puede, al contrario se burlan de los caballeros rescatados.

-Con esa fuerza debieron defender a su princesa.

Ellos no decían nada pues tenía razón, ahora son desertores de su reino y en Thaslis no son nada, ella se va sin decir nada.

-Maldita zorra.

-Cállate, o nos botarán por la borda, ahora somos simples náufragos.

-Esa mujer debe ser amante del capitán, ja, tú eres un caballero de bajo estatus, solo estaba ahí porque la princesa confió en ti.

-Si, ella me dio la oportunidad, tú tenías que estar defendiéndola, donde estabas.

-Eso hice pero eran muchos.

Solo lo empuja y se va.

los demás se quedaban conversando, el caballero que lo detiene está muy consternado, el llegó solo para ver a la princesa morir, pero no vio al niño, ella con sus últimas fuerzas le dijo que la aventara al agua, y que si le preguntaban por él niño dijera que estaba con ella, se lo juro por su honor.

-**Pero dónde está el Principe** Debo saberlo y protegerlo.

-Hera desde lo alto escucha, si eso es verdad aquel hombre debió estar a su lado y ella estaba sola, ningún caballero deja a su señora, muere intentando salvarla, el debería estar muerto con ella.

Ella desde lo alto ve el puerto, ahí y saben lo que paso, al llegar todos bajan del barco, Collins es trasladado al hospital, ahi rinde su informe y Noah llega, es delicado lo que paso, inmediatamente manda mensajes al ducado, al marquesado y a la capital.

Hera sale del barco escondiendo al pequeño en su capa, el doctor le indica donde esta la casa de Collins, como almirante tiene su propia casa incluso una fortuna que ha hecho en estos años.

-Aqui estarás bien, nadie te molestará, le diré a una señora que limpia de vez en cuando que venga.

-Gracias, me cambiaré nadie debe saber de mi.

-Esta bien, señorita Sandra, iré a comprar algunas cosas para el niño.

-Gracias.

Sandra espera a la señora que se sorprende al verla, no sabía que el almirante tenía esposa.

El doctor regresa con muchas cosas, Sandra se hace cargo del niño, y lo deja con el en lo que ella va al hospital.

Ahí, solo se esconde al ver a Noah, sin su traje el puede reconocerla, cuando entra al cuarto Collins duerme, tiene mucha fiebre.

-Oh! perdón no sabía que tenía visita

Decía la enfermera que entraba y el doctor detrás de ella.

-Usted es?

-Es mi prometida -Decia Collins apenas conciente-

Doctor haga lo que le pedí.

-Claro.

Sandra no entendía, después de un rato llegó un sacerdote del templo, ella solo se sorprendió.

-Almirante, está seguro?

-Si.

-Entonces adelante.

Collins toma la mano de Sandra, y el sacerdote comienza la ceremonia, su amigo había llegado con el niño cubierto.

-Tienen los anillos?

-Si, si yo los traigo -Decía su amigo el doctor, con una sonrisa -

Sandra solo también sonreía, jamás imagino casarse y menos así, Collins solo besa su mano.

-Perdon, no es muy romántico que digamos.

-Jajaja, creo que es lo más romántico que he tenido.

El sacerdote termina y les dice que pueden darse un beso.

Sandra le da un beso, tampoco imagino tener su segundo beso así.

-Almirante firme el acta.

-Si, quiero que mi hijo quede registrado, el es Philip Collins de la Vera, nuestro hijo.

-Almirante la prueba de paternidad...

-No es necesario, es mi hijo, nosotros no somos nobles, puedo darle mi apellido aunque no sea mi hijo, pero esta bella mujer es su madre.

-Bien, si no tiene ninguna duda así era, desde ahora el pequeño será legalmente su hijo, me despido.

El sacerdote firma y les deja una copia.

-Doc llévate a mi hijo a casa, debo hablar con mi esposa.

-Que gracioso, bien me iré, más te vale que estes mejor cuando regrese.

Él sale, pero el mejor que nadie sabe que no será así, Sandra se sienta a su lado.

-Hermosa, llévame al mar, no quiero ser enterrado llévame al mar que tanto ame.

-Te llevaré con la diosa del mar para que estés con ella siempre, y te de la oportunidad de renacer en una nueva vida.

-Gracias.

Solo una sensación que ella jamás había experimentado recorrió su cuerpo, él solo le sonríe.

-Puedo pedir un último beso?

-Claro, eres mi esposo -ella le toma la mejilla y lo besa-

En ese instante Noah entraba, ve la escena y cierra la puerta.

-Porque no le dijeron que estaba ocupado

-No sabía -le decía su asistente- y quién es?

-No se, es una dama, no sabía que tenía esposa, vamos, debemos hablar con los caballeros que recataron, el duque viene en camino, él sabrá qué hacer.

-El no tiene esposa, bueno una que otra aventura si, nada serio, bueno que yo sepa, eso raro.

Sandra solo llora, solo sintió como el solto su mano y lo inevitable paso, lo abraza y no quiere soltarlo, después de unos minutos su amigo llega y la aparta.

-Sandra suéltalo, déjame prepararlo.

-No quiero...

-Vamos, le pondré su uniforme, tenemos que llevarlo al mar.

-Bien.

Sandra sale, va a casa a cambiarse, lo despedirá como lo que es, la esposa de un almirante, con la elegancia que la ha caracterizado, ella llega al gran barco de él, sube y todos están ahí, opto por cubrir su rostro así nadie la ve, pero su caminar delatan que es una dama, los almirantes la saludan y suponen que la relación de ellos dos era privada, una cualidad de Collins, Noah va en el barco, pero se mantiene al margen, el funeral de un almirante es muy especial, y no quiere interrumpir, la ceremonia se lleva a cabo, ahora le dará su último adiós, su amigo está a su lado.

-Mi señora, él era como mi hermano, sé que irás al marquesado déjame ir contigo, él no solo me dejó. Cargo de su fortuna, si no de ustedes, el pequeño es más importante ahora.

-Debemos ir con la marquesa y de ahí a la capital, prepara todo, saldremos mañana.

-Bien.

Todo transcurre en calma, ahora deben regresar, Noah tiene que presentar sus respetos y también por qué su forma de caminar no es común, ninguna plebeya podría caminar con semejantes zapatos.

-Este... donde vive el almirante?

-Tiene su casa en el puerto, por qué? -Le dice su asistente- Te recuerdo que es viuda.

-Que? No digas tonterías, debo presentarme con ella.

-Bien no te enojes.

Noah se va molesto, a veces su asistente es muy impertinente.

-