Sinopsis:
En el pequeño y aparentemente tranquilo pueblo de Santa Lucía, las vidas de sus habitantes están entrelazadas con secretos oscuros y pasiones peligrosas. Lo que comienza como una serie de infidelidades desenmascara una red de violencia, traición y asesinato. A medida que las sombras en la oscuridad se vuelven más espesas, los habitantes deben confrontar sus propios demonios para sobrevivir.
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Capítulo 14: Revelaciones Nocturnas
La noche envolvía la ciudad en un manto de oscuridad mientras Mariana y Pablo paseaban por las tranquilas calles iluminadas por las luces de los faroles. El aire fresco de la noche traía consigo una sensación de calma y serenidad mientras la pareja caminaba de la mano, perdida en sus pensamientos.
A lo largo del día, Mariana había sentido una extraña inquietud que no podía sacudirse. Había algo en el aire, una sensación de que algo no estaba del todo bien, pero no podía poner el dedo en qué era exactamente. Decidió compartir sus preocupaciones con Pablo mientras disfrutaban de su caminata nocturna.
"Pablo, ¿alguna vez has tenido la sensación de que algo está a punto de suceder, pero no estás seguro de qué?" preguntó Mariana, buscando la mirada de su pareja.
Pablo frunció el ceño ligeramente, pensativo. "Sí, a veces. ¿Qué te preocupa, Mariana?"
Mariano
Pablo asintió, comprendiendo la preocupación de Mariana. "Entiendo lo que quieres decir. A veces, la vida puede ser impredecible y sentir que estamos en medio de una tormenta sin saber qué nos deparará el futuro."
Mariana se sintió reconfortada por las palabras de Pablo, pero aún así, la inquietud persistía en el fondo de su mente. Siguiendo el impulso, decidieron dar un paseo nocturno por la ciudad, esperando que el cambio de escenario pudiera ayudar a calmar sus nervios.
A medida que avanzan
Los bares
Para su alivio, resultó ser solo un anciano amigable que paseaba a su perro. Se saludaron con una sonrisa y continuaron su camino, pero la experiencia dejó a Mariana con una sensación de incomodidad que no pudo sacudirse.
"¿Estás bien, Mariana?" preguntó Pablo, notando la mirada preocupada en el rostro de su pareja.
Mariana
Pablo la miró con ternura, sintiendo una oleada de preocupación por su pareja. "Entiendo cómo te sientes. Pero estamos juntos, Mariana. Y pase lo que pase, nos enfrentaremos a ello juntos, ¿de acuerdo?"
Las palabras reconfortantes de Pablo trajeron consigo una sensación de calma a Mariana, y se aferró a la mano de su pareja con fuerza mientras continuaban su paseo nocturno por la ciudad. Aunque la inquietud seguía presente en el fondo de su mente, Mariana encontró consuelo en la certeza de que, con Pablo a su lado, no había nada que no pudieran superar. Y así, mientras la noche avanzaba y la ciudad dormía a su alrededor, Mariana y Pablo se enfrentaron al futuro con valentía y determinación, sabiendo que, juntos, podían superar cualquier cosa que la vida les deparara.
A medida que avanzaban por las tranquilas calles nocturnas, Mariana y Pablo se sumieron en un silencio reflexivo. La inquietud de Mariana persistía, y Pablo podía sentir la tensión en el aire a su alrededor.
Decidieron cambiar de rumbo y dirigirse hacia el parque cercano, donde las sombras de los árboles se proyectaban en el suelo iluminado por la luz de la luna. Se sentaron en un banco bajo un árbol centenario, disfrutando del susurro del viento entre las hojas y el suave murmullo de la ciudad en la distancia.
Pablo rompió el silencio primero, su voz suave en la quietud de la noche. "Mariana, sé que te sientes inquieta, pero quiero que sepas que estamos juntos en esto. No importa lo que suceda, siempre estaremos el uno para el otro."
Las palabras reconfortantes de Pablo trajeron un destello de alivio a los ojos de Mariana. Sabía que podía confiar en él para estar a su lado en los momentos difíciles, y eso significaba más de lo que las palabras podían expresar.
"Gracias, Pablo. Significa mucho para mí saber que estás aquí", respondió Mariana, apretando la mano de Pablo con gratitud.
Decidieron quedarse un rato más en el parque, sumergidos en la quietud de la noche mientras compartían sus pensamientos y esperanzas para el futuro. A medida que hablaban, la tensión en el aire comenzó a disiparse, reemplazada por una sensación de conexión y amor mutuo.
Finalmente, cuando la hora creció tarde y el frío de la noche comenzó a calar en sus huesos, Mariana y Pablo se pusieron de pie y se dirigieron de regreso a casa. Aunque la inquietud seguía presente en el fondo de sus mentes, también sentían una sensación renovada de fuerza y determinación.
Pero
Y así, mientras la noche daba paso al amanecer y la ciudad se despertaba a su alrededor, Mariana y Pablo se aferraron el uno al otro con la certeza de que, juntos, podrían enfrentar cualquier cosa que la vida les arrojara. Porque en esa noche especial, bajo el manto de estrellas, habían descubierto una verdad fundamental: que el amor era su mayor fortaleza, y mientras estuvieran juntos, no había nada que no pudieran superar.