Tres amigos, tres historias diferentes. Un solo destino.
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Sensación
Tarid.
— Es un placer conocerte, ¿Chuli verdad? Aquí mi hermano me ha hablado mucho de ti, así que estoy ansioso por ver todo lo que eres capaz de hacer. Y no te preocupes por tu cabello, la confianza y seguridad en uno mismo es lo que realmente importa.
Chuli sonrió y agradeció mis palabras, parecía un chico muy agradable y con una gran personalidad. Estaba seguro de que trabajar juntos sería una experiencia muy enriquecedora. Aparte con solo verlo, me sentí muy extraño, y empecé a entender un poco lo que le.oassba a mi hermano.
— Bueno, ahora que estamos todos reunidos, ¿Qué les parece si nos ponemos de acuerdo y vamos todos juntos a la fiesta mañana? Será un buen momento para relajarnos y divertirnos un poco.
Los tres asentimos y nos preparamos para trabajar, lo de la fiesta en la hacienda Leal lo veríamos después. Parecía que las cosas iban a tomar un giro interesante con la llegada de Jacob, y estaba emocionado por descubrir todo lo que este chico podría aportar a nuestras vidas.
El resto del día fue genial, estuve mirándolos trabajar y también pude darme cuenta de que Celin no exageraba, ese chico era bueno convenciendo a la gente, pero lo más extraño, es que muchos de sus gestos y acciones, eran iguales a las de nuestro hermano menor, a quien le decíamos el pollo de cariño, no entendí porqué la sensación que me producía.
— Oye Jacob, disculpa que te llame así, pero es que no puedo evitarlo, es más, te invito a ver la película, y así te darás cuenta que no estamos exagerando.
— No se preocupe señor, no me molesta que me llame así, creo que para usted resulta mejor llamar así que por mi chapa.
— La verdad es que si, tienes toda la razón, me resulta mucho más fácil llamarte Jacob. Oye, gracias por ayudar tanto a mi hermano aquí, la verdad es que apenas te conozco, pero estoy convencido de que eres un gran ser humano, así que aquí, tienes un amigo más.
Estreche su mano esta vez, en son de amistad, no se que era, pero desde que lo vi, tenía una sensación hacia él, esa como ganas de ayudarlo, de protegerlo, no sé a qué se debía.
— ¿Que fue eso?
Celin se me acercó haciéndome tal pregunta, la verdad es que no sabía cómo explicar.
— Ahora te entiendo, ni se que tiene ese chico, pero es esta sensación, como un sentimiento afectivo, no sé.
— ¿Ahora me entiendes? Es lo que no puedo explicar.
— Oye, ¿Sera él nuestro hermano perdido?
— ¿Estas loco? Es cierto que tenemos un hermano desaparecido, pero no podemos ir viéndolo en todos los chicos que conocemos. Aunque debo aceptar que esto nunca nos pasó antes.
Celin tenia razón, pensar en que fuera nuestro hermano perdido era inaudito.
Chuli.
La tarde había sido increíble, pues conocí al hermano mellizo de mi jefe, la verdad es que ambos se parecían mucho, y pues creo que le caí muy bien al hermano de mi jefe. Después del trabajo, ellos me invitaron a quedarme en su alojamiento, y allí me dieron ropa y me dejaron bañar, luego vimos esa película, donde esta el chico al que dicen que me parezco.
La verdad no le vi nada que se pareciera a mi, excepto el cabello, el cual se corta casi a la mitad de la película, y todo por una mujer que ni siquiera sabe lo que quiere. Espero que eso no le suceda, perder mi cabellera por el dolor del amor.
Quise arrimar a casa de Rut, pero la verdad es que con ese alboroto que carga por el regreso de Rodrigo, mejor no, quiero descansar y prepararme mentalmente para mañana en la noche.
La mañana llegó y con ella la jornada de trabajo, la vía ya estaba bastante avanzada y trabajaba lejos del pueblo, y ya que la nueva vía iba por un rumbo distinto a la vieja carretera, no me di cuenta de la llegada de Rodrigo, fue cuando regrese al pueblo en la tarde que me enteré de la noticia. Pensé en que estaría haciendo Rut, si ya se habría visto con Rodrigo. Así que decidí pasar por su casa y echar un vistazo.
— Hola, ¿Estás en casa o ya te fuiste?
— Obviamente estoy aquí, y no estoy tan desesperada como para irme a meter a la hacienda Leal faltando 3 horas para la fiesta.
— Yo solo preguntaba no más.
— ¿Nos vamos juntos a la fiesta?
— Pues si tú quieres venir conmigo, yo ya quedé de asistir en compañía de mi jefe y su hermano, así que si gustas ven con nosotros.
— ¿Tú jefe y su hermano?
— Si, el hermano mellizo de mi jefe llegó ayer en la tarde, también es buena gente como él, la verdad es que ambos me caen superbién.
— No olvides lo que te dije desde el principio, aunque tu jefe suele ser buena persona contigo, es mejor tener un poco de cuidado, no sabemos absolutamente nada de ellos.
— Lo sé, tienes razón y te agradezco mucho que te preocupes por mí. Pero dime, ¿vendrás con nosotros?
— Por supuesto que voy contigo, no con tus jefes, contigo.
Ambos reímos por eso, un rato después me fui a mi rancho a organizarme para la dichosa fiesta, pero al ponerme ese traje me sentí como un payaso. No era mi estilo y la verdad me sentía muy incómodo, me daba pena que alguien me viera con eso. Así que mi dilema era serio.
Como tenía algo de tiempo, decidí ir a donde mi jefe, ellos irían y de seguro pasarían por mí, así que para no hacerles perder el tiempo, fui a decirles que no iría.
— ¿Jacob? ¿Aún no estás listo?
El hermano de mi jefe, el señor Tarid fue quien me abrió la puerta, avergonzado le conté lo sucedido, y el muy sonriente me invitó a pasar.
— ¿Chuli? ¿Que passo?
Ahora era mi jefe que al verme allí se extrañó. Fue el señor Tarid quien le dio la explicación y entre ambos me convencieron de meterme en el traje para ver cómo me quedaba.
— Definitivamente, tienes razón, es asqueroso ese trapo, tira eso a la basura, te daré uno de mis Dior, te verás como todo un galán.
El señor Tarid era un poco extremista.
— No, no lo tires a la basura, devuélveselo está noche al pendejo que creyó que tú tienes el cuerpo del pingüino villano de Batman. Que se lo ponga él a ver si es tan gracioso.
Mi jefe fue aún más cruel que su hermano.
— No creo que lo haya hecho con mala intención, simplemente no se sabe mi talla, es todo. Y tampoco mi intención era incomodarlos, solo vine a decirles que no podré asistir, tampoco puedo aceptar que ustedes me presten su ropa, es demasiado.
— Aun si nos hubieses llamado diciendo que no irías, a tu casa hubiésemos ido a buscarte, se supone que tú eres un conocido cercano de aquel y por ende, nos sentiríamos menos incómodos si tú estás allí.
La verdad es que no entendía por qué mi jefe y ahora su hermano, eran tan apegados a mí, a ratos me daba la sensación de que lo que deseaba mi jefe es tenerme cerca todo él tiempo, y la verdad a mí no me incomodaba, lo apreciaba mucho, y en serio ellos me hacían sentir como su fuera importante para ellos.
— Gracias por la confianza jefe, la verdad es que es la primera vez que me siento así, como tan importante para alguien.
Se lo dije de corazón y el me sonrió y acto seguido me dio un abrazo, y juro que eso fue algo muy extraño para mí, tuve una sensación que nunca antes había sentido. No la puedo explicar con palabras, pero en ese instante me dieron muchas ganas de llorar.
— Ey, yo también quiero.
Y su hermano también se unió al abrazo, ambos hicieron de mi un sándwich.