Atada A Mí (Bilogía)

Las lágrimas de Olivia corrían por sus mejillas, jalo las sábanas blancas entre sus manos arropándose en posición fetal, pero continuaba sangrando.

Gissell tocó a la puerta, recibiendo la confirmación de Brian que pasará, lo miró sentado a distancia de Olivia en un mueble en una de las esquinas del cuarto señaló hacia Olivia con su mirada.

En total silencio Gissell avanzó a la cama donde se encontraba Olivia, quitándole las sábanas para ayudarla a colocarse su ropa íntima con una toalla sanitaria.

Brian se encontraba desesperado al Úrsula tardar tanto.

-Déjame morir.

Pidió Olivia en un susurro cerca al oído de Gissell.

-Shhh... Tienes muchos motivos para continuar viviendo.

Respondió Gissell, cerca a su oído igual en un susurro

-¿Cuál?...

Al fin llegaba Úrsula, siendo recibida por Brian.

-¿Por qué has tardado tanto?

-Brian a penas recibí tu llamada deje todo para venir.

Úrsula, camino para donde Olivia quitándole las sábanas, cuando intento quitarle el paño Olivia se aferró a ese.

-Dile que salga.

Pidió Olivia con sus ojos cubiertos de lágrimas mirando a Brian.

Quien apretó su mandíbula frunciendo su ceño, respondiendo firme e intransigente.

-No saldré a ningún lado.

-Olivia por favor, sé razonable.

Le hablo Gissell.

-Vamos a revisarte

Indico Úrsula.

Olivia soltó el agarre del paño quedando con su cuerpo desnudo...

Trago su nudo de emociones dejando salir sus lágrimas.

Cerro sus ojos, su boca temblando conteniendo todo su dolor en silencio.

El silencio sepulcral fue roto por Úrsula informándole a Olivia.

-Niña tienes un pequeño desgarro, será necesario suturarte. Te aplicaré anestesia para que no duela tanto.

-Nada dolerá más de lo que ya me duele.

Hablo Olivia con su voz quebrada por sus sentimientos e ilusiones rotas.

Brian floto su nuca irritado, saliendo de la habitación.

Las provocaciones de Olivia iban directo a su yugular, al ver lo desagradable que resultaba para ella su toque, cuando solo con una simple mirada podría derrumbarlo, pero mientras tuviera esa actitud de perro rabioso el igual se mantendría a la defensiva. Sería a la mala o las buenas. Aunque lo prefería a la buena, gimiendo de placer y no de dolor para él...

-Niña para de provocarlo por tu bien.

-¿Qué más podría hacerme?

-Créeme que hay cosas muchísimo peores a solo tener que estar con Brian. Solo pon de tu parte y te aseguro que esto no volverá a pasar.

Olivia cerro sus ojos al sentir el pequeño pinche de la aguja....

Los minutos se volvieron eternos para Olivia.

Úrsula y Gissell ayudaron a vestirla.

Úrsula la arropó, mirándola tan indefensa.

Igual a ella a Gissell y a tantas más había pasado por esa misma situación, pero a diferencia de ellas, acepto lo que se le dió a su beneficio y logro dejar todo aquel pasado atrás cuando Brian le dio la oportunidad de hacerlo. Ahora se mantenía cuidando de todas las que pudiera, pero seguía prisionera de sus miedos, sin poder alzar su voz en defensa de esas otras víctimas.

A diferencia de muchas, ella si valoraba su vida como un regalo divino y no quería arriesgar su vida...

-Niña mientras te mantengas con vida, todo tiene un propósito, tienes un motivo para vivir.

Susurró Úrsula, quien fuera su ginecóloga durante todo su embarazo y llevará todo su control.

Olivia la observo de hito a hito tratando de comprender las palabras de Úrsula.

-Toma con esto podrás dormir y descansar. No des más resistencia, cuídate preciosa que tienes mucho por qué vivir.

Las palabras de Úrsula dejaban una pequeña pista que seguir, si Olivia lograba comprenderlo.

Ella jamás se atrevería a decirle sobre sus hijos, pero Olivia debía recordarlo y debía descubrirlo, sus hijos eran su mejor motivo.

Comprendió que los quería que los amaba, cuando despertó y se encontró con la desgarradora noticia de que habían muertos...

Rápidamente Olivia se queda profunda dormida.

Úrsula miro a Gissell.

-¿Y tú preciosa como has estado de tu pérdida?

Gissell comprendió la pregunta de Úrsula. Perder a su bebé le afectó demasiado y recibir el hijo de Olivia para criarlo como de ella, fue de lo mejor que pudo haberle pasado...

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Olivia llegó a la sala de juegos donde se encontraba la pequeña Deynna jugando.

Ya el dolor físico había sanado, solo quedaba ese del alma que era tan imposible sanar...

Se mantuvo en el umbral de la puerta observando como la pequeña se desató su pequeño moño y dejó suelto sus rulos castaños al notar la presencia de Olivia camino hacia ella con su muñeca en su mano para jalarla con ella adentro de la sala de juego.

Olivia se mantuvo largo tiempo sentada en la alfombra jugando con la bebé, olvidándose de todo.

Sería la segunda semana de clase que perdería en la universidad.

Tras lo ocurrido con Brian, necesito reposó y ahora ni se atrevía a preguntar si podía continuar con sus estudios.

Daba por hecho que por las circunstancias Brian no se lo permitiría.

Estaba empezando a cursar su tercer año de medicina ahora más que nunca su carrera tenía sentido, poder ayudar y salvar vidas. Sus ojos se humedecieron, no sintió cuando Brian entró, si no hasta tenerlo ya a su lado.

Los miro con sus ojos muy expresivos que por si solo gritaban ¡Ayuda! Su lágrima se deslizaron por su mejilla.

Al sentir el tacto de Brian sobre su cara retrocedió un poco, su boca dió un ligero temblor, su corazón se agitó entrando en pánico nuevamente, luchando con su subconsciente para controlarse.

-¡Olivia!

Le hablo Brian tratando de hacerla reaccionar al comprender lo que pasaba.

-Respira, lento.

Sin duda se sintió como la basura al mirar a Olivia con tanto terror ante su sola presencia, no quería que las cosas fueran así, todo se le habia ido de las manos.

Tenía que intentar apasigua ese miedo en Olivia.

Deynna llegó hasta Olivia sentándose dentro de sus piernas.

-¡Papá!

Balbuceo la bebé a Brian, era la figura masculina que conocía.

-¿Olivia quieres que vayamos a comprar lo que te hace falta para tu universidad?

Espero por segundo sus respuestas, pero al no tener ninguna continúo.

-Podemos llevar a Deynna con nosotros. Quería pedirte si podrías cuidarla mientras Carlota se encuentra de viaje.

Olivia al fin reaccionó mirándolo.

-¿Seguiré estudiando?

-Claro que si, no esta demás informarte que la situación a cambiado y tendrás guardaespaldas.

Olivia trago grueso sintiéndose más atrapada que nunca.

-¿Puedes cuidar de Deynna?

-¡Me encantaría!

Respondió Olivia con una sonrisa casi impercistible, besando con dulzura la frente de la pequeña.