Chris es un pequeño que para su cumpleaños número 4 no quiere ningún obsequio. Su padre se preocupa al verlo triste.
-¿Hijo que deseas éste año?
-Lo que deseo no sé si puedas dármelo- las lágrimas en sus ojos lo conmovieron
-Tendras lo que desees Chris, ¿Que quieres?- preguntó confundido
-¿Lo prometes?- secó sus lágrimas y esperó ansioso
-Si hijo- afirmó con seguridad
-Quiero una mamá- su padre tragó grueso
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Capítulo 14 DESCUIDO
...BELÉN CLINT...
No perdí la esperanza de encontrar llaves pero no pude hallarlas. El malnacido las tenía en su poder siempre. Si me movía en la cama estaba alerta. Creo que sospechó de algo en cuanto su tía vino a cenar porque desde ese momento no me golpeó pero tampoco me dejó salir ni me perdió de vista.
¿Cuánto tiempo duraría ésta tregua? Tal vez una semana, dos como máximo como un tiempo exagerado y aún así no creía que soportara tanto tiempo sin ponerme las manos encima.
Me aterraba que volviera a beber y a golpearme o abusarme de nuevo pero no creí que salir de su control fuera algo sencillo.
He pensado tantas veces en él y como ha sido su vida para convertirse en ésta clase de monstruo. Me interesaba saber cómo fueron sus anteriores relaciones, ¿A las anteriores a mí también las habrá golpeado? Creo que nada justifica la violencia y más en una relación dónde frecuentemente se dice te amo pero las palabras se las lleva el viento porque quien ama no maltrata y aunque no tenga experiencia en relaciones previas eso lo tengo bien claro.
Pero como siempre sucede en mi relación después de la calma viene la tempestad y el otra vez volvió a salir y otra vez la historia volvió a repetirse, no éramos más que un círculo vicioso donde siempre acabábamos en lo mismo, yo con morados por todos lados, golpeada y abusada, el diciendo que no lo haría más y luego de días atacando con más violencia.
De nuevo vi que él le pagó a la policía, otra vez. Sucedió lo mismo. Otros dos días que él no volvía a casa y yo podía respirar en paz pero cuando volvió lo hizo con un patrullero y dos oficiales a quienes después les daba dinero y eso solamente me hacía sentir más temor de que si yo escapaba y la policía me encontraba no me ayudarían a escapar del infierno, sino que me regresarían a él.
Decir que me sentía sola era poco porque ni siquiera solo era eso lo que yo sentía sino que era una gran realidad en mi vida. Estaba sola, desprotegida y sufriendo un montón de cosas a manos de quien tanto juraba amarme. Pero eso no fue todo para mi desgracia.
Un buen día cuando todos los golpes sanaron él regresó con un regalo para mí; algo que me pareció muy extraño pero cuando lo abrí me di cuenta de que era una sortija. Me pidió que me casara con él; me dijo que esa era la solución a todos nuestros problemas, que yo era su mujer ideal y que casándonos todo se solucionaría entre los dos.
Me sentí enferma pero tuve que sonreír y aceptar antes de que me golpeara por no hacerlo. Lloré, si lo hice pero no fue de emoción, fue de tristeza. Él no me amaba y jamás lo haría, yo no me casaría con él así me lo suplicara de rodillas porque solo quiero escapar. Pero eso no fue todo, él quiso tener relaciones y yo sabía que negarme sería motivo para desatar su furia.
Yo ya era incapaz de sentir deseo sexual, ¿Cómo hacerlo? Mientras él hacia lo suyo yo imaginaba estar en cualquier lugar menos en donde estaba. Mientras él disfrutaba mí cuerpo mí mente vagaba hasta que él con rudeza me hacía volver a la realidad dónde yo no era más que una criada que además del quehacer sacia sus deseos más oscuros.
Pero así como llegó la propuesta de matrimonio la paz duró muy poco. Cuando no me vió feliz solo me golpeó sin motivo tratándome como la peor escoria.
Así era él, cada día más cambiante y su humor ni que decirlo.
Después de la golpiza en la que dijo que yo lo provocaba, que yo hacía cosas para enojarlo, que era yo la culpable de todo. Fue que decidí intentar escapar a como quiera lugar así tuviera que arriesgar mi vida para escaparme lo haría, pero claro que sí.
Él volvió después de golpearme como siempre lo hacía pero yo simplemente no pude obedecer lo que quería, mí cuerpo se negaba a colaborar. Por un momento pareció ser comprensivo y se encargó de todo. Decidí probar una táctica diferente que tal vez funcionara, le daría la razón, justificaría sus acciones injustificadas asumiendo las culpas e intentaría que bajara así su control de mi. Después de todo apenas si podía moverme.
Una llamada urgente interrumpió su descanso después del almuerzo. Supe que era urgente porque soltó toda clase de maldiciones, se puso los zapatos y salió corriendo. Alguien lo buscaría pero no me atreví a ver quién sería.
Esperé unos diez minutos y me levanté por si era una trampa suya. Allí tomé la puerta y se abrió. Busqué una mochila con mí documento, mí ropa que no era mucha, el dinero que me dio la tía de él, mis ahorros y también el número de teléfono.
Mi piel era tan blanca que los moretones se me veían aún lo suficiente. Fui lo más rápido que pude atravesando las calles. Una mujer se alarmó al verme y al ver mi reflejo en los vidrios de una tienda comprendí la situación completamente. Yo también me alarmaria al ver alguien en el estado en que me encontraba.
Esa mujer me hizo entrar al lugar donde me interrogó.
-Soy policía, ¿Sabes quién te golpeó? ¿Quién te atacó?
-Si lo sé pero tiene muchos contactos en la policía- respondí con impotencia
-No todos son corruptos, confía en mi- se veía sincera pero no podía
-Si quiere ayudarme hágalo llevándome a la estación de tren, si el me encuentra me va a matar- la vi suplicante derramando algunas lágrimas, estaba asustada y con razón suficiente
-Vamos- me escoltó a su auto y yo miraba en todas las direcciones por miedo a que alguien nos persiguiera
esta 2da parte muy bella! me encantó. Bendiciones escritora