Fui condenada a pasar años en prisión por un delito que no cometí. Volveré para buscar venganza aunque para eso tenga que venderle mi alma y mi cuerpo al diablo.
NovelToon tiene autorización de SilvinaTracy para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 14 MALAS NOTICIAS
...***LÍA BLOSSOM...
En mí vida ideal y perfecta dónde crecí entre algodones totalmente resguardada del peligro y no conocí el sufrimiento todo comenzaba a complicarse para mí. Creí que si tal vez me hubiesen dejado experimentar más el mundo real sin estar tan protegida tal vez podría haberme preparado mejor para ser una adulta pero la verdad es que eso habría sido buscar culpables que no había, o al menos no donde yo buscaba.
Fui privilegiada y afortunada de tener el amor, cuidado, protección de mis padres, mí nana, mí guardaespaldas. Todos ellos me cuidaron lo mejor que pudieron y me trataron con muchísimo respeto. Aprendí de humildad, conocí el amor sincero en personas como mí nana que sin ser nada me adoptó como una hija.
Después de todo así hubiese tenido una vida dura nada me habría podido preparar para todo lo que tendría que pasar en pocos años***.
(....)
Los resultados de mí nana fueron malos y algunos valores alterados significtivamente presagiaba que algo malo estaba ocurriendo en su cuerpo. A juzgar por la seriedad del médico era muy malo de verdad.
Estaba decidida a mantenerme optimista y pensar que con el dinero de mis padres algo podría hacerse por mí nana para solucionar todo lo que estuviera pasándole. Hay tanta gente que no puede tener atención médica pero nosotros tenemos dinero para eso, además mí suegros siendo eminencias médicas seguro ayudarían y todo estaría bien.
Pasaron más días y mí nana estaba más que fastidiada por tener gente examinandola a diario. Decía que se sentía como un ratón de laboratorio con el que estaban experimentando. No podía evitar reír porque era su manera de agregarle humor a una situación que hasta ella sabía que estaba mal.
Fue una desgracia cuando el doctor dió su diagnóstico y nos dijo que el cáncer nuevamente había aparecido en la vida de mí nana. Ella no se mostró sorprendida así que creí que lo sabía ya o lo presentía.
Ella recibiría tratamientos en casa de mis padres dónde se instalarían todos los equipos necesarios para que ella no debiera ir a ningún centro médico sabiendo cuánto los odiaba.
-Hija tienes que entender que todo lo que los médicos hagan conmigo no tiene el éxito garantizado completamente. Todo está en las manos de Dios y si debo partir tendrás que entenderlo
-Nana te quedarás aquí, Dios tiene que llamarte cuando yo ya tenga nietos- bromeé para no llorar
-Cuanto quisiera conocer tus hijos, seguro serás la mejor madre del mundo y serán tan hermosos como tu
-Aún tengo que terminar de estudiar para después buscar un hijo nana así que tienes que quedarte conmigo porque si es niña tienes que enseñarle a preparar ese pastel de manzanas que me encanta porque yo no puedo- reímos juntas, jamás ese pastel me salió aunque pude con éxito preparar otras cosas
Los tratamientos comenzaron sin demora, no había tiempo que perder cuando de salvar una vida se trataba pero nadie me podría haber preparado para el dolor de verla sufrir y resistir cada sesión.
Volví a casa de mis padres para cuidar de ella cuando recibía esas dolorosas sesiones que tan débil la dejaban, era lo menos que podía hacer por ella después de haberme cuidado con tanto cariño desde hace tantos años.
Su cabello se fue cayendo y su semblante empeoró, incluso el color de su piel también cambió pero mientras ella se aferrara a la vida había esperanza.
Leí tanto sobre su enfermedad y sobre los efectos de esos procedimientos que entendí que todo lo que estaba pasando era normal pero también que nada de eso garantizaba éxito.
Había veces dónde el cáncer regresaba con más fuerza, otras donde desaparecía gradualmente pero también dónde por más tratamientos que se realizaran no tendría frutos más que en algunos casos retrasar el final unos pocos meses.
Mí madre me dijo la verdad, una que aún no había escuchado y era que a mí nana le habían dado de probabilidad de vida unos cuatro meses, no muchos más. Mí corazón se partió pero estaba decidida a mantenerme optimista.
Pedí segundas opiniones y recurrí a mis suegros quienes me miraron con pena y me dijeron lo mismo que mí madre. En su caso las posibilidades eran muy pocas. Yo no estaba lista para perderla, mucho menos para despedirme en cuatro meses, eso no podía suceder.
***Tendría que haberme dado cuenta que Edward no tenía corazón, tal vez tampoco alma. Él jamás lloraba ni cuando me veía totalmente rota llorando por mantenerme fuerte delante de mí nana.
Se que si alguien pasaba por esa situación y me contaba lo que estaba sintiendo yo lloraba y compartía su dolor pero no todos podemos sentir empatía. Hay emociones que solo se sienten cuando se posee alma, corazón, sentimientos pero Edward merecía estar encerrado en una institución médica para que lo examinen por ser el primer ser humano capaz de vivir sin necesidad de un corazón***.