Desde que la ví me obsesioné con ella. Era mía aunque no lo sabía y todo lo que quiero lo consigo.
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Capítulo 14
No sé cómo éste hombre pudo averiguar todo ésto de mi prometido. Él no me asustaba pero de solo pensar en que me bese en el altar y me toque con sus sucias manos me revolvia el estómago.
Sabía que algo malo en el había pero no me imaginé que era para tanto. Estaba involucrado con mujeres de la noche, pagando por mantener relaciones y ni siquiera eran solo mujeres sino que también hombres que pretenden ser mujeres. Quien sabe que enfermedad podría estar contrayendo ese depravado.
Tan creyente la familia de él pero tan perverso el hijo y tan depravado. No podía volver con aquellos locos de la iglesia pero tampoco podría entregarle mi cuerpo y mi virginidad a quien me tiene cautiva contra mi voluntad.
Escaparme no era una opción, volver con mi familia y acabar casada con un degenerado era una opción que no quería considerar y estar con éste hombre no quería.
No sabía si tres días serían suficientes para tomar una decisión.
Él primer beso que recibí a manos de un desconocido, la primer caricia así sea en mi pierna de ese mismo hombre, ¿Podría también dejar todo lo demás en sus manos? Preferiría dormirme, despertar ya luego de que haya realizado lo que quiere conmigo y estar en mi apartamento pero ni una bebida alcohólica me daba como para perder un poco de mi conciencia atormentada.
La cena llegó mientras yo estaba muerta de miedo y nervios. Su palabra de tocarme con mi permiso únicamente no era algo a lo que me podía aferrar. No podía confiar en conocidos, mucho menos en desconocidos.
-Tienes media hora para comer, luego te ducharas y te pondrás esto tal cual te lo doy, no hagas nada estúpido- me miró amenazante para que comprenda que hablaba en serio
-Si señor
Mire la comida que parecía deliciosa pero mi estómago se negaba a recibir alimentos. De todos modos me obligue a comer gran parte de la cena para no molestar a mi captor.
Me metí a bañar tomando menos del tiempo del requerido ya que comí y me duché en menos de treinta minutos para no arriesgarme a qué el entrara. Seque mi cabello cómo pude concentrándome primero en cubrir mi cuerpo.
Un conjunto de ropa interior extraño de color negro y un pijama del mismo color era lo que me había dado. La parte inferior del conjunto me era incómoda, tenía algo que parecía metálico y quise quitárselo pero si éste demente me dió la ropa así con claras instrucciones no podía negarme a usarla.
A la hora que dijo entró a la habitación y se sentó en la cama a mi lado. Yo solo me alejé de él un poco para al menos sentirme más tranquila
-¿Por qué yo?
-¿Por qué no tú? Jamás me viste aunque estuve cerca de ti más cantidad de veces de las que imaginas. Intenté llamar tu atención pero solo fuiste indiferente
-Nunca me di cuenta de que hubiese alguien
-No eras capaz de ver más allá de tus zapatos pero eso ya no importa porque estás aquí ahora
-Por favor déjeme ir
-Esa no es una opción pero no te presionaré aún para que tomes una decisión
Me senté más lejos cuando noté que nuestra distancia se acortaba pero me obligó a mantenerme quieta porque apretó mis hombros y juntó nuestras bocas. Puse mis manos en su pecho para empujarlo pero eso solo consiguió aumentar su diversión.
Tomó mis manos y con unas esposas que no se de dónde sacó me inmovilizó al espaldar de la cama
-¿Qué... que ha-haces? Suéltame por favor
-No voy a hacerte nada, sólo te besé y me empujaste, no tuve más opciones que hacer esto. Ahora déjame besarte y quedate quieta que aún tengo más cosas para jugar contigo si te portas mal
Nuestras miradas se encontraron, intenté soltarme pero no pude hacerlo, al menos ésta vez mis manos no se lastimaban.
-Por favor sácame esto
-Ya que estás así se me ocurrió un juego muy divertido para que besarme sea un placer para ti
La mirada que me dedicó me asustó. Estaba esposada, en un barco en el medio del mar, sin saber nadar y encerrada con mi acosador, ¿Que más podía salir mal? Si no cooperaba no lo quería averiguar