Stan despierta en medio de un planeta desértico sin recordar nada más que el rostro de su esposa, quien fue raptada por un pirata y ahora él junto a su compañera deberá emprender un viaje para salvarla.
Encontrándose en el camino enemigos que se creía que eran simples mitos de la Tierra, y algunos pocos aliados.
¿Podra salvar a su esposa? ¿podra sobrevivir a su propia odisea?
NovelToon tiene autorización de Powder34 para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capitulo #13: La responsabilidad de un líder
La hechicera me había entregado unos lentes con un cristal bañado en el néctar de una flor que solo crecía en el Inframundo. Con ellos podía ver las almas de los seres vivos; cada una era distinta. Los orderaneos emitían una luz dorada, los humanos tenían una luz verdosa y no sabía qué luz emitían los elfereanos, pero debía descubrirlo para encontrar a mis amigos.
—Mi hogar es tu hogar, así que explora y busca a tus amigos, solo recuerda elige bien ya que cada fallo que cometas, es una vida menos y un juguete o un banquete más para mis niñas —dijo, riéndose entre dientes mientras me acariciaba del brazo—.
Observé los alrededores buscando alguna pista que me ayudara a encontrarlos, lo único que veía a mi alrededor eran dos luces distintas que emitían los animales atrapados por Circe, una luz era azúl y la otra era rosada. Una de esas luces eran las de mis amigos aunque no sabía cuál era.
“¿Dónde están? Dónde…”. pensé, volteando a ver a cada animal enjaulado
No sabía cual elegir hasta que una pareja de zorros blancos llamó mi atención, uno de ellos chillaba implorando ayuda mientras el otro mordía la jaula con sus dientes. Sus miradas eran similares a las de Erik y Roxy, incluso tenían su mismo color de ojos. Era arriesgado basarse en su color de ojos y en sus personalidades pero era la única pista que tenía.
—Roxy… Erik… —susurré, acercándome a la zorrita que no dejaba de chillar e implorar ayuda y al zorro que no dejaba de pelear para escapar—.
Metí el dedo a la jaula esperando una respuesta de ambos, la zorrita rápidamente se acercó para abrazar mi dedo con sus patitas, el zorro tan solo me lamió la mano. Los demás animales que emitían la luz azul, también me miraban como si me conocieran, por otro lado, los otros que emitían una luz rosada, me ignoraban por completo.
—¿Ya los encontraste, humanito, o necesitas más tiempo?
Aunque lo que me hizo decidirme fue el brillo del zorro macho, sabía de antemano que Erik no era un elfereano sino un ordereano igual que Circe y Hermes, por ende emitía una luz dorada que resaltaba entre las demás. Gracias al tonto piloto pude encontrar a todos nuestros compañeros.
—¿Y bien, guapo? —Circe se recargó en mi hombro mientras acariciaba mis brazos intentando seducirme—. ¿Ya encontraste a tus amigos?
—Sí, los encontré, aunque como sé que vas a liberarlos sin trucos
—Hay muchas maneras para conseguir lo que ambos queremos —respondió desabotonando su ropa—. Tu quieres protegerlos a ellos y yo quiero cuidar a mis ninfas —dijo dejando caer su ropa al suelo—. Mis hermosas niñas por lo que podemos llegar a un acuerdo
—Como mencioné antes tengo esposa así que no estoy interesado en ese tipo de trato —respondí con las mejillas sonrojadas mirando a otro lado—.
—Vamos, no tienes que hacerte el interesante, el misterioso —dijo, caminando hacia mí, debido a la incomodidad retrocedí hasta estrellarme contra la pared—. Además piénsalo, ¿cuántas posibilidades hay de volver a reencontrarte con tu esposa? ¿Vale la pena esperar por amor? Cuando tienes a alguien mejor aquí —Circe se inclinó hacia mí mientras su mirada se clavaba en mí como una daga, haciendo mi corazón latir más rápido de lo normal—. Solo deja… —escondió su mano en su espalda para crear una daga—. Que me encargue de darte lo que tu esposa no puede darte…
Circe estuvo por besarme, pero rápidamente puse mi mano en su boca para detenerla, lo que la sorprendió.
—No puedo hacer eso. Mi corazón solo le pertenece a mi Flor. No importa si tengo que esperar y pelear contra seres como tú por diez o cincuenta años, siempre valdrá la pena si es por ella
Ella se quedó en silencio observándome fijamente a los ojos, intentando entender como alguien tenía tanto amor y tanta lealtad hacia una persona.
—Dijiste que Poseidón intenta matarte, ¿no es verdad? —añadió con un suspiro mientras se separaba de mí—.
—Sí, él destruyó nuestra nave y nos alejó aún más de mi Flor
—Aunque repares tu nave, Poseidón no dejará de atormentarte por lo que lo mejor es que vayas por un atajó
—¿Eh? ¿Me ayudarás?
—Hace tiempo conocí a un hombre como tú, Odiseo… Es solo un presentimiento pero… Los hombres como tú y él son la clase de hombres en los que vale la pena confiar ya que son únicos —con un chasquido de dedos hizo aparecer su ropa para que cubriera su cuerpo desnudo—. Antes de liberar a tus amigos, deja que te muestre una forma de esquivar a Poseidón y continuar tu viajé
—Mm, de acuerdo pero esta vez sin trucos
—Tranquilo, te doy mi palabra —me agarró de la mano—. Ahora ven
Circe me tiró del brazo para llevarme a una sala con múltiples estanterías, con pociones, hierbas, libros de hechicería pero lo que más resaltaba de la sala era una olla gigantesca que había en el centro. Ella me soltó de la mano para agarrar algunas pociones de las estanterías para derramarlas dentro de la olla, hasta provocar una pequeña explosión que reveló el lado oscuro de la luna mediante el humo.
—Sí Poseidón los atacó, van a tardar años en reparar su nave por lo que lo mejor es buscar otra y en las tierras de Hades hay un hombre que puede ayudarlos a conseguir otra nave, ya que muchas de otros viajeros que como tú no han corrido con tu misma suerte
—¿Hades? ¡Espera! ¿Te refieres a que tenemos que ir al Inframundo?
—Tranquilo, mientras todos se mantengan juntos y no se dejen engañar por las sirenas podrán llegar con Tiresias —Circe vertió la combinación de pociones de la olla en un frasco de cristal—. Él los ayudará no solo con la nave, sino que les mostrará un camino para llegar a Andrómeda sin que Poseidón los mate en el camino —añadió con una sonrisa dándome el frasco—. Esto volverá a tus amigos a la normalidad…
—Gracias, por la ayuda