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Tío: Un Amor de Otra Vida

Tío: Un Amor de Otra Vida

Status: Terminada
Genre:Romance / Timetravel / Aventura de una noche / Grandes Curvas / Reencarnación / Enfermizo / Casada Con Mi Ex's Familiar / Completas
Popularitas:400
Nilai: 5
nombre de autor: Wan Marte

Tras una muerte trágica, Sofía recibe una nueva oportunidad para corregir el pasado. En su vida anterior, fue despreciada por sus padres, que preferían a su hermana adoptiva, y traicionada por el hombre que amaba, responsable de su final.
Decidida a ser feliz, Sofía dejará todo atrás y valorará a quienes la amaron de verdad en ambas vidas.
Ella, una mujer plus size. Él, un hombre mayor y con discapacidad. Ambos rechazados por la familia y el mundo.
Mientras quienes los lastimaron se encaminan a la ruina, Sofía y Rafael avanzan juntos hacia el éxito y un gran amor.

NovelToon tiene autorización de Wan Marte para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 13

Sofía dejó de respirar por unos segundos, aunque sabía que Rafael fue el único que la protegió en su otra vida, era sorprendente que él creyera en lo que ella decía.

Estaba acostumbrada a siempre ver a las personas a su alrededor conmoviéndose con Verónica y señalándola a ella, por lo que era sorprendente descubrir que alguien creía en ella.

—Tío… —dijo Sofía, haciendo que Rafael levantara la mirada y la mirara.

Sofía apretó los labios, un poco nerviosa.

—¿Te está doliendo? —preguntó, preocupado.

Pero luego fue sorprendido por un beso en su rostro.

Sofía se levantó enseguida, dándole la espalda, escondiendo que su rostro estaba tan rojo como un pimiento.

Su corazón latía tan fuerte que parecía que tendría un ataque cardíaco.

—Tío… —dijo bajo, aún de espaldas a él—. Eres muy genial y quería que fueras tú aquel día…

Dijo y puso la mano en el vientre, pensando:

"Si fuera Rafael el padre de este bebé, seríamos mucho más felices".

Rafael se acercó y la tomó de la mano, haciéndola girar.

—¿Qué día? —preguntó.

Ella bajó la cabeza con vergüenza. Respiró hondo…

—Tío, es que… creo que… creo que estoy emba…

De repente, Alexander tocó la puerta interrumpiéndolos. El médico acababa de llegar.

Se presentó como Marco, médico particular de Rafael.

Él examinó las quemaduras, haciendo que Sofía se pusiera la mano en el rostro, con mucha vergüenza de que otro hombre tuviera que tocar sus senos.

—Las quemaduras no fueron muy graves —concluyó el médico.

—¿El señor cree que me quedarán marcas? —preguntó Sofía, desolada.

¿En el día en que finalmente resolvió mostrar que no tenía nada malo con su cuerpo, Verónica iba a lograr que se cubriera nuevamente?

—Bien, existe una chance…

Sofía se sentó, sintiendo que sus ojos se llenaban de lágrimas. En esta vida, estaba dispuesta a vivir mejor, pero mal reencarnó y ya va a quedar marcada para siempre.

Marco miró a Rafael, percibiendo que él estaba mirando con una mirada pesada a Sofía.

Se sintió un poco incómodo y entonces.

—No te quedarán cicatrices. Bien, existe una pomada que puede recuperar completamente tu piel.

—¿¡Existe de verdad!? —dijo Sofía, levantándose y ganando un nuevo ánimo—. ¿Y dónde puedo encontrarla?

—Bien, ella solo es vendida fuera del país y cuesta 20 mil reales…

Sofía perdió el ánimo nuevamente. Parecía que una nube negra se alojó bien encima de su cabeza.

Ella no podía gastar todo eso ahora. Si está embarazada, tendrá que gastar con el bebé. Pretende pedir la renuncia de Fontes Asociados y no sabe si va a demorar en encontrar otro empleo rápidamente.

Necesita gastar con moradia, hospital, pañales…

—Ah, todo bien… no hay problema. Serán solo algunas cicatrices pequeñas —dijo más para sí misma que para el médico—. Existen cosas peores que cicatrices de quemaduras.

Ella intentó sonreír, pero sus ojos decían la verdad, las cicatrices eran algo que incomodaba.

—Alexander, ¿crees que consigues que esa pomada sea entregada hoy todavía? —dijo Rafael, y Alexander asintió en positivo para su notebook.

—¡Tío, Rafael! ¡No necesita! Es muy caro y usted ya está haciendo demasiado por mí. ¡Ya le debo mucho! ¡No voy a conseguir pagar!

Sofía se desesperó.

—La señorita Sofía no necesita pagar. ¡El señor Castro se preocupa mucho con usted! —dijo Alexander.

Rafael carraspeó, haciendo que Alexander se callara.

—No es bien eso. No quedaría bien para la imagen de la empresa si una funcionaria quedara marcada por un incidente que sucedió dentro de nuestras dependencias. Considere eso como una indemnización por accidente de trabajo.

—Ah, sí… Ok. Si es así, yo acepto.

Alexander confirmó la compra, apretando botón enter, pensando:

“¡Él ni siquiera se importa con Fontes Asociados! ¡Despierta, Sofía! ¡Al jefe le gustas!”

El médico terminó de cuidar de Sofía, hizo algunas curaciones, se despidió y se fue.

Sintiendo que las quemaduras no dolían más, ella pensó en despedirse de Rafael y volver para su mesa.

Pero, en ese momento su teléfono tocó y al ver que era su padre, ella atendió.

Los gritos eran tan altos que el teléfono no necesitaba estar en el alto parlante para todos oír.

—¡Sofía! ¡Eres mala, envidiosa! ¡Por qué lastimaste a Verónica por celos! ¡Si no consigues destacarte sola, no desquites tus frustraciones en tu hermana! ¡Vuelve ahora para casa!

Él colgó sin siquiera dar la chance de Sofía explicarse.

La mano de ella tembló, sabía que iba a ser castigada.

Era así, si Verónica sufriera un rasguño, ella recibía castigos.

Sofía se quedó pálida de repente, ella aún no había encontrado un lugar para morar. Ella no tenía para dónde ir aún tenía que continuar hospedada en la casa de sus padres.

Ella pensó que parecía mismo en su segunda vida, aún era fraca para enfrentar a Verónica.

—El médico dijo que tienes que cuidar bien de esas quemaduras —dijo Rafael de repente, haciéndola girar para él.

—Sí, yo… yo voy a cuidarme.

—¿Vas mismo? Hace poco, necesitaste de ayuda para pasar la pomada.

—Sí, mas… yo creo que consigo.

—Yo creo que no —él hizo una pausa y miró bien en los ojos de ella, diciendo—. Puedes quedarte conmigo, para garantizar que tus heridas sean bien cuidadas.

—Mas, yo… usted ya hizo mucho por mí.

—Bien, eso es una prueba…

Sofía de repente, se recordó. Sí, ella debería ser testada para que él aceptara su ayuda.

—¡Tá! Entonces, ¿vamos para la mansión Fontes? —ella preguntó, pensando que cuando sus padres descubrieran que ella estaba en la mansión Fontes, ellos irían inmediatamente a buscarla.

—El señor Castro tiene un apartamento de él, Sofía. Puedes quedarte allá —dijo Alexander, entusiasmado.

Rafael miró para él, con advertencia y él se desocupó, alejándose.

—Alexander está cierto. Yo no me quedo siempre en la mansión Fontes.

Ahora Sofía se recordó, que en la vida pasada, así que ella se casó con Lucas, Rafael se mudó de la mansión. Entonces era de esperar que él tuviera otra residencia.

Y además, ella no quería ser castigada más una vez y el tiempo que ella pasase en el apartamento de Rafael, podría ser lo suficiente para ella encontrar un lugar para morar.

—¡Tío Rafael, yo acepto! —ella saltó, alegre—. ¡Muchas gracias!

Ella corrió y dio un beso en el rostro de él nuevamente, Alexander se giró de espaldas.

—Me recordé que tengo que organizar las cosas para la hospedaje de la señorita Sofía —dijo, saliendo rápidamente de la sala.

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