Astrid Steel, hija del temible mafioso Magnus puso sus ojos en Aiden Harris desde la adolescencia, quien fue enviado al extranjero prometiendo volver cuando ella fuera mayor, pero al volver ya había olvidado su promesa, creando en ella un profundo dolor, pero no esperaba que la joven fuera desafiante, creando una fortaleza en ella, la lucha por volverla a tenerla se convirtió en un desafío contra el amor que ambos sentían.
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La desaparición de Elena
MANSIÓN HARRIS
Aiden esperaba la llegada de su padre, cuando lo vio llegando antes que el mafioso pudiera decir algo, le pregunto lo que le importa,— ¿Te lo dijo al fin?— Oliver negó,— ¿porque simplemente no le declaras que la amas?— ¡Habrá tiempo! ¡Ahora lo que me interesa y a la vez me preocupa es ese pretendiente oh pretendientes!— ¡Tienes razón, también a mí me parece un poco extraño, eran tres eliminamos uno y era un hdp loco!— Lo que me molesta es que Astrid insiste en ese absurdo plan,— Quizás tenga razón!— Debemos considerar a cada uno,— ¿Que lograste averiguar? El canadiense un millonario aficionado a las carreras de caballos, y tengo un plan sobre eso!— Sin embargo el de Manhattan lo único que averiguamos es que es Alemán con nacionalidad estadounidense, no sé sabe a qué se dedica de dónde vienen sus millones.
—¡Pero algo no cuadra el ministro también está filiado al Hipódromo, ya serían dos colaboraciones, por eso se que tiene cola que le pisen, y cada día sospecho más de él! — ¡Se que esconde mucho más y lo voy averiguar!— Declaró su hijo con los papeles en la mano que el concejal le había entregado de su investigación,— ¿Un hijo fuera del matrimonio?— ¿Y la chica lo sabe? Preguntó su padre con las cejas levantadas, No lo creo, pero será fácil preguntarle.
MANSIÓN STEEL
Sonia no podía seguir con su trabajo ya que estaba habiendo algunos apagones, fue a buscar a su hijo que tenía una reunión en su despacho, cuando vio que salía el Delta mayor, entró sin anunciarse,— ¿Ya te has dado cuenta que tenemos problemas con la electricidad?— Se quejó molesta, pues estaba en un ensayo y no quería volver hacerlo,— Si madre Isabella lo mencionó también, voy a llamar a el técnico de la base que venga a ver qué pasa, pero se quedó pensando, su técnico electricista estaba enfocado en su nuevo extensión del edificio,— ¿Mamá puedes hacerte cargo?— Dile a Rymond el mayordomo que se haga cargo.
—Qué llame a una agencia y que te manden un electricista! — Yo tengo algo importante para hacer en el muelle!— Está bien, yo me haré cargo, dijo su madre pues su hijo tenía gente que se encargaba del mantenimiento de toda la Mansión.
Sonia le ordenó al mayordomo que se hiciera cargo lo más rápido posible de eso, pues ella necesitaba no interrupciones en el laboratorio, así fue Raymond pidió en la agencia un técnico capacitado pues la instalación era moderna, combinada con paneles solares.
Así fue como un hombre llegó hacer su trabajo, pasó por una revisión por los guardias rigurosamente, teniendo todo en regla entró hasta el centro de mando de la planta eléctrica, Que no le había llevado más de cinco minutos pues sabía dónde estaba el desajuste, Elena leía un libro en el invernadero sentada en una banca, vio pasar al hombre frente a ella, pero el hombre se miraba muy mal, dejó a un lado su libro apresuradamente caminó en su ayuda,— Por favor señorita necesito mi insulina!— Ayúdeme a llegar a mi camioneta, la chica miró a su alrededor no había nadie a la vista.
Le echo un brazo por su espalda para que se apoyara, cuando salió la camioneta estaba retirada de la reja de entrada, los guardias estaban haciendo cambio de horario por eso decidió acompañarlo hasta llegar, los guardias no percibiendo su salida pues estaban retirado de la reja, todo fue en un abrir y cerrar dejó ojos, así fue como Elena Davis desapareció.
Ya por la noche Roger regresó a la casa, pero su novia no estaba, pensó que estaría con la señorita Astrid pero el tiempo corría y ella no aparecía, pero cerca de las once de la noche, ya se empezó a preocupar, era tarde pero se atrevió a llamar a Sonia para decirle que Elena no estaba y ya estaba preocupado, pues era raro y tardé, Sonia también estaba extrañada, le llamó a su nieta,— No abuela, hoy no la he visto, pero es muy raro.
Sonia se encontró con su nieta para avisar que la buscaran, cuando Magnus se enteró hizo que revisaran las cámaras pues la habían buscado en el invernadero y solo encontraron el libro que ella leía,— Se la llevaron exclamó el hombre que estaba detrás de las cámaras, Magnus se acercó amplio la imagen, fue el técnico,— ¡Pues claramente no lo era!— Rugió enojado el mafioso, Como pasó quien lo contrató?— ¿Como pasó la seguridad?— Preguntó dirigiéndose hacia su seguridad,— ¡Hicimos lo rutinario señor, tenía todo en regla!— Pero podemos contactar con la agencia.
Lo que tenía enojado al mafioso no era la desaparición, sino el echo de haber entrado a la propiedad, le mando un mensaje a su técnico que lo quería en su casa mañana a primera hora.
Pero el que realmente estaba sin control era Roger, Sonia le dió un poco de ánimo era todo lo que podía hacer en ese momento,— Estoy casi seguro que esto es obra de su padre! Declaró el farmacéutico con las manos sobre su cabeza, ¡Posiblemente eso es lo más acertado! ¿Quien más tendría interés en llevársela?— Sonia ya no mencionó nada, pero tenía que hacerle una visita al ministro.
Astrid le mandó un correo a Aiden informándole la desaparición de Elena, inmediatamente recibió la respuesta,— Mañana voy para ver qué podemos encontrar!— Quedó en verla otra día, el también tenía la respuesta, su padre la secuestro porque así se llamaba ese echo.
Otro día temprano Marcos el técnico de la base de Magnus revisó cada caja y cable,— ¡Hicieron la falla desde una computadora señor! Esto no fue de aquí! — Así que alguien sabe cómo hacerlo y si es un técnico el que lo hizo!— ¡No es fácil entrar en la base, es ilegal he imposible! ¡Pero con una computadora y la identificación de un técnico se logra hacerlo, Maldito hdp exclamó el mafioso, también estaba seguro que el ministro era el culpable.
—¡Mañana le haré una visita, Le informo su madre, el hombre asintió,— ¡Lleva toda la seguridad posible!— ¡Ese maldito me va apagar haber hecho una estupidez así.
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