NovelToon NovelToon
Cicatrices de la Mafia: Amor y Perdón

Cicatrices de la Mafia: Amor y Perdón

Status: Terminada
Genre:Mujer poderosa / Mafia / Embarazo no planeado / Novia sustituta / Completas
Popularitas:313
Nilai: 5
nombre de autor: Edina Gonçalves

De un lado, Emílio D’Ângelo: un mafioso frío, calculador, con cicatrices en el rostro y en el alma. En su pasado, una niña le salvó la vida… y él jamás olvidó aquella mirada.

Del otro lado, Paola, la gemela buena: dulce, amable, ignorada por su padre y por su hermana, Pérla, su gemela egoísta y arrogante. Pérla había sido prometida al Don, pero al ver sus cicatrices huyó sin mirar atrás. Ahora, Paola deberá ocupar su lugar para salvar la vida de su familia.
¿Podrá soportar la frialdad y la crueldad del Don?

Descúbrelo en esta nueva historia, un romance dulce, sin escenas explícitas ni violencia extrema.

NovelToon tiene autorización de Edina Gonçalves para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capítulo 13

Ya pasaba de medianoche. La mansión reposaba en silencio, solo roto por el canto distante de los grillos en el jardín y por el tic-tac casi imperceptible de un reloj antiguo. Todos dormían profundamente, pero Paola seguía despierta, los ojos fijos en el techo. El corazón latía acelerado desde la conversación que había escuchado entre Laura y Emílio. Cada palabra de él resonaba como una promesa — no de poder, ni de dominio, sino de amor verdadero.

Sin conseguir luchar más contra la inquietud, se levantó despacio para no despertar a los niños. Vistiendo solo un albornoz ligero, bajó los escalones de la escalera en silencio. Sus pies descalzos casi no tocaban el suelo frío de mármol. Al final del pasillo, una luz suave escapaba por la rendija de la puerta del despacho.

Ella respiró hondo, reuniendo coraje, y llamó suavemente.

— Adelante — respondió Emílio, la voz grave, sin levantar los ojos de los papeles que revisaba.

Cuando la puerta se abrió y él la vio, sus rasgos se suavizaron. Sorprendido, soltó los documentos y se levantó de inmediato.

— Paola… ¿les ha pasado algo a los niños? — preguntó, preocupado.

Ella sacudió la cabeza, nerviosa, el corazón acelerado.

— No… no es sobre ellos — dijo, la voz embargada. — Es sobre nosotros.

Un silencio tenso llenó la sala. Emílio se mantuvo quieto, solo aguardando, como si temiera espantar aquel momento raro. Paola avanzó despacio, los ojos llorosos, hasta parar a pocos pasos de él.

— Necesito ser sincera contigo, Emílio… — comenzó, con esfuerzo. — Siempre… siempre te he amado. Desde aquel día, en nuestro primer encuentro, en aquel campo de flores. Tú, intentando parecer un mafioso delante de mí, pero aún tan joven, tan vulnerable… Ya te amaba, incluso sin entender lo que era ese sentimiento. Y nunca más olvidé aquella mirada.

Ella respiró hondo, las manos temblando.

— Cuando te vi el día de nuestra boda… incluso escondido detrás de aquella máscara, lo supe. Reconocí tus ojos. Podía intentar engañarme, podía fingir que ese amor había muerto, pero él continuó aquí dentro, quemando en silencio.

La voz de ella falló, y Emílio dio un paso adelante, instintivamente, pero ella alzó la mano, pidiendo que la dejase concluir.

— Hoy he decidido… darle una oportunidad a nuestro amor. No porque olvide lo que ha sucedido, sino porque creo que aún podemos construir algo nuevo. Un futuro mejor. Quiero intentarlo, por mí, por ti… y por nuestros hijos.

El pecho de Emílio se apretó, los ojos se humedecieron. Antes de que él pudiese decir cualquier cosa, Paola tomó coraje y juntó los labios con los de él.

El beso fue la explosión de años de sentimientos contenidos. No había vacilación: era intenso, apasionado, una mezcla de dolor curado y promesa de recomienzo. Emílio la sujetó con firmeza, pero con la delicadeza de quien tiene miedo de romper algo precioso. Paola retribuyó, dejándose llevar por el calor de aquel amor que nunca había dejado de existir.

Jadeante, ella apartó el rostro y juntó la frente con la de él, la mirada brillando en lágrimas.

— Un paso a la vez, Emílio… — susurró. — Aún no estoy lista para todo. Pero lo estaré. Un día.

Él sonrió, emocionado, y sujetó el rostro de ella entre las manos, los ojos llenos de ternura.

— Esperaré, Paola. El tiempo que sea preciso. Porque ahora tengo certeza… aún eres mi niña. Y siempre lo serás.

Ella cerró los ojos y se dejó mecer en el abrazo de él. El corazón latía disparado, pero, por primera vez en muchos años, se sentía en paz. Allí, en los brazos de Emílio, había esperanza de un nuevo comienzo.

1
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play