ERROR: Rojo Carmesí

Salio de la sala de interrogacion sintiendo sucio, recordó esas obras exageradas que había visto en su universidad años antes. Sintió cada palabra que dijo demás falsa, demasiado actuado, ojalá Enrique se hubiera dado cuenta de eso. Ojalá hubiera tenido con el una señal clave para indicarle que estaba en peligro.

—Buena actuación.—Danisa le sonrió y le puso una mano en el hombro.—Mira bien este lugar, posiblemente no vuelvas en mucho tiempo.

Damián aparto la mano de la chica.

—¿Dónde está el otro chico raro?—le pregunto mirando a otro lado.

—Fue en busca del auto.—Dijo Danisa y le tomo del brazo arrastrándolo por el pasillo.

Seguían caminando, el miraba para todos lados, pensaba que en cualquier momento alguien vestida de rojo aparecería y le inyectaron algo que lo dejara inconsciente.

—Ella no está aquí.—Rie Denisa y niega con la cabeza.

—¿Por qué siempre sabes que pienso en ella?—Le pregunta entre dientes.

—He visto esa mirada antes, siempre buscan a Rouse con la mirada, o están muy asustados o muy enamorados de ella.—Le responde y abre la puerta para salir de la estación.

Miro hacia atrás antes de salir. Vio a la agente López ella se acercó a el con paso decidido, con una sonrisa de complicidad que lo hizo dudar.

—¿Ya te vas?—Le preguntó y Damián asintió con la cabeza.—Entiendo...

—Renuncié.—Admitió.

—Es lo mejor, estarás mejor con ella.

A Damián se le seco el cerebro instantáneamente. López solo asintió con la cabeza y sintió un brazo que lo tomaba con fuerza.

—No le gustará que lleguen tarde.—le reclama Denisa.

Salio de la estación y escucho como López se reía mientras ellos se alejaban.

Se quedó boquiabierto cuando vio un Lamborghini rojo que los esperaba fuera.

—¿De dónde sacaron eso?—Damian aparto la mano de la chica con brusquedad.

Denisa solo lo miro sin expresión y se montó en el auto en el asiento del copiloto. El vidrio donde iba el conductor se bajó y lo dejo ver a John con una sonrisa.

—La nueva, maravilla de Rouse.—Dijo el y movió el volante simulando conducir a toda velocidad.—¿Sabes conducir? Yo estoy aprendiendo y no quiero ser el auto de escape.

A su lado se inclino hacia John y sonó la bocina del volante.

—Rouse dijo que apresuradas tu brillante cerebro al auto si no iba a venir ella y no sería nada bonito.—Le grito la pelirroja.

"La retaba a hacerlo"

Quiso decirle Pero por la actitud de la chica supuso que no debía molestarla más de lo que ha parecía. Le tenían algo de miedo a Rouse ¿Y quién no? Es una maniatica con uñas carmesí.

.........

—¡Mama! Ooh! Didn't mean to make you cry.—Canto John, si eso se le podía llamar cantar.

—Por favor, has que se calle.—Damian se tapo los oídos con sus dedos.—Ya he tenido suficiente por hoy, tendré que llamar a mi mamá por cometer un crimen—Se acercó a el oído de John.

—Que ironía.—Dijo Denisa con una voz más aguda.

—¡Cállate!

Denisa escucho sus súplicas y cambio la canción. Comenzó un ritmo animado y con un tamborilero que no había escuchado antes.

—¿Cómo te atreves? Rouse dijo que el conductor podía escuchar cualquier canción de su playlist.

—¡Pero no dijo nada de gritar como perro zarnoso! Con respeto a los perros sarnosos que tienen mejor entonación que tú.

John ignoro a Denisa. intento poner la música de nuevo y revivió un manotazo de parte de la chica pelirroja, el le devolvió el manotazo, ella se lo devolvió. Intercambiaron miradas y...

—¡Cuidado!—Les gritó Damián y por reflejo se llevó sus manos a el rostro. Escucho como John frenaba y daba un frío al auto y luego freno.

—No le digan a Rouse.

—¡Idiota!

—Mejor yo conduzco.

Tal vez estaba ahí en contra de su voluntad pero por lo menos podía evitar morir aunque sea ese día.

.........

Ya tenía varios minutos manejando, miraba a John por el retrovisor y ahora se veía algo intranquilo y movía su pierna de manera acelerada, estaba nervioso asfixiado. La pelirroja solo miraba a la ventana con cara de querer sacarle el pescuezo a ambos. Damián solo seguía el GPS de la pantalla que habían puesto.

Sonó una notificación.

—Rouse dice que te apresures.

—Estoy en eso, solo hay mucho tránsito.

—Eso a Rouse no le importa.— le dijo Denisa con una rosa que lo hizo que sintiera un escalofrío.

Apoyo sus brazos en el volante y apoyo su frente ahí, sintiendo como la desesperación le carcomía el cerebro. Y los malditos semáforos seguían en rojo, es raro que eso no estubiera relacionado con ella.

En la pantalla donde estaba las guías del GPS aparecieron unos puntos blancos. Luego la pantalla se apagó.

—Oh, no.

Dijo Damián, ya para el se le hacía conocido ese movimiento en los dispositivos, no se sorprendió cuando vio la pantalla roja por unos segundos. Pero si sentía algo de miedo por lo que diría.

—¡Te dije que te dieras prisa!—Le grito Denisa y eso hizo que Damián apretara más el volante dejando sus nudillos blancos por la presión.

La pantalla se iluminó con el rostro de la chica de rojo. Está vez tenía el cabello rubios y ojos azules, se veía muy diferente pero supo que era ella porque tenía un chaleco rojo y un seño fruncido y sus labios rojos en una mueca.

—No estoy feliz... Oh, hola Damián.—Damian parpadeo dos veces al ver el cambio tan radical de la chica.—¿Estás conduciendo mi auto?—pregunto con una sonrisa juguetona.

Damián asintió y ella miro hacia otro lado pensativa.

—Bien, apresurate lindo. Tenemos una reunión que es de máxima urgencia.

Miro hacia atrás de la chica, el se veía que las luces detrás de ella estaban apagadas y podía ver telas rojas y negras que decoraban la habitación.

—Lo siento Rouse es que hay mucho tránsito.—Explico Denisa.

Ambos de sus secuestradores estaban impresionados. Rouse no actuaba así con nadie cuando estaba molesta, no le gustaba que su equipo la hiciera esperar y menos cuando era algo de urgencia. En ese momento el tráfico comenzó a avanzar, Damián sintió como un alivio aparecía en su pecho cuando comenzó a avanzar por la carretera.

—Lo se, oh y tengo una conversación pendiente con el jovencito que casi choca mi Lamborghini nuevo ¡Te dije que tomarás tus clases de conducción!—Le recrimina la chica. John está a punto de agregar algo pero de inmediato se calla y pega su espalda a su asiento y se cruza de hombros.—Y tu Denisa, no vuelvas a apagar mi playlist, que falta de respeto.

Dijo esto último y apagó la llamada.

—Pudo ser peor.—Dijo John.