Ella es Sofía, quien después de morir en una época antigua, terminó en un mundo diferente al suyo.
Paso de ser la capitana del ejército imperial, a ser una mujer engañada por su esposo, en un mundo diferente
Su objetivo es vengarse y ser libre de ese matrimonio.
En busca de un aliado, termina metida en un romance prohibido
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Paliza (3/4)
Actualmente
Draco con una sonrisa maliciosa, se dirige hasta su primo y le da un abrazo.
Más que un abrazo, era solo para aprovechar la cercanía de ambos y decirle algunas palabras.
—Pequeña escoria, si la copa que adulteraste tenía veneno, será mejor que te mueras en este momento, mi gente tiene orden de matarte si te pasas de listo— dice Draco con una sonrisa maliciosa y Ricardo tiembla.
No sabe que ha salido mal del plan. Claro, en el plan no estaba incluido Draco Scott.
Él solo se aleja del abrazo de su primo, y pide permiso para retirarse, tiene que sacar su trasero de allí antes de que las cosas se salgan de control. Si ese afrodisíaco hace efecto estando él allí, Draco le dará una paliza que lo dejará incapacitado por el resto de su vida.
Fernanda aún no entiende que ha pasado, y solo ve irse con prisa a su esposo de allí, quien dejó en el lugar a su amante.
Tal parece que tenía prisa por irse.
Ella estaba frente al primo de su esposo, y por tal motivo lo saluda.
—Primo, es un honor conocerte, siéntete libre de pedir cualquier cosa que necesites— dice ella con amabilidad y Draco finge una sonrisa.
No le agrada para nada escuchar la palabra primo en boca de Fernanda. Se siente como un trago de lo más amargo.
—Lo tomaré en cuenta pronto— dice él y luego de eso se disculpa y se va de allí.
No porque le moleste hablar con Fernanda, sino todo lo contrario, su presencia le causa muchas sensaciones abrumadoras en su corazón.
Él dejó sola a Fernanda, pero un montón de empresarios se le acercaron para hablar.
La música sonaba y el ambiente estaba agradable, las personas buscaban alianzas con las personas más influyentes allí.
De vez en cuando reían, otra vez tomaban vino.
Ese ambiente no era del agrado de Fernanda, por eso cuando terminó de hablar con algunos empresarios pide permiso para retirarse al jardín a tomar aire.
Detrás de ella se fue su asistente y alguien más, esa era Alicia quien estaba muerta de celos y de envidia.
Por lo que en cuanto llegaron al jardín, ella gritó enojada.
—Eres una mujer inconsciente, no sé cómo aceptas esos regalos que te hizo el señor Ayala, cuando lo único que haces es estar de floja metida en una oficina — dice ella y Fernanda se gira solo para reírse.
Cuando se cansó de hacerlo, decide hablarle claro a esa mujer inútil, es un fastidio tener que hablar con una plebeya como esa. Ya ha llegado al límite con ese par, y cuánto antes irá a solicitar el divorcio con aquel sujeto.
—Alicia, ser la amante de mi esposo no te da derecho de ser más que una simple empleada de la empresa, no te creas mucho solo por acostarte con mi Ricardo— dice ella con desagrado y Alicia en vez de sentirse asustada o avergonzada por las palabras de Fernanda, decide quitarse la máscara. De todos modos, la situación se dio como está.
—¿Te diste cuenta de que no vales nada para Ricardo? Eres patética, ni aun teniendo dinero tendrás el amor de Ricardo, yo seré su mujer, la madre de sus hijos— le grita ella con arrogancia y Fernanda se ríe.
—Querida, no estoy interesada en ser amada por un inútil, son tal para cual, una puta y un inútil, que buena pareja hacen, prefiero estar muerta, a ser amada por un idiota como ese, uno que solo sirve para ser la amante de una plebeya sin clase como tú— dice ella y eso enojó a Alicia, quien sin importar que todo el lugar estaba llenos de cámaras, le dio una bofetada a Fernanda y le tomó por el cabello, con la intención de darle una lección.
La ira en esos momentos se apoderó de Fernanda, y ella de un movimiento rápido se quita a esa mujer de encima, y le da una patada en el estómago que le hace caer en la fuente del jardín.
Acto seguido, ella furiosa va hasta Alicia y la toma por el cabello y la comienza a sumergir en la fuente con violencia.
La mujer estaba hecha una fiera humana tanto que unas chispas de electricidad salían de ella, la mujer parecía un animal que llevaba muchos años en cautiverio. De vez en cuando, Fernanda sacaba a Alicia del agua, y le daba una bofetada con mucha fuerza, y su cara estaba como una piñata.
Luego de darle bofetada, la volvía a sumergir, y así estuvo por largo tiempo.
Rebeca aunque disfrutaba ver la paliza que su amiga le estaba dando a esa hipócrita, fue hasta Fernanda y trató de alejarla de Alicia, quien estaba asustada como nunca en su vida. El agua de la fuente ha entrado a su estómago sin poder evitarlo, y eso le causa dolor, y su cara estaba hinchada como una piñata.
No creyó que Fernanda fuera tan bárbara y menos tenga tanta fuerza.
—Deja ir a esta infeliz, su confección es suficiente iniciar cuanto antes con los trámites del divorcio, y que ese infeliz salga hasta sin calzones de tu mansión— le dice Rebeca a su amiga, mientras trata de alejarla de Alicia.
Ella al escuchar la voz de Rebeca volvió a tomar el control de sí, y dejó ir a esa mujer, quien nada más ver que la liberaron, se puso a llorar como una loca.
Pero Rebeca le dice algo que la hizo callarse.
—Largate de aquí en silencio si no quieres que te dé otra paliza igual, más te vale no causar un escándalo está noche, o me encargaré de sacarte del país por las greñas— le grita Rebeca a Alicia quien entendió el mensaje, y se salió de la fuente llorando en silencio.
Ella se retiró del lugar por la parte de atrás del hotel. Estaba hecha un desastre total, quien la viera en ese estado, no la reconocería.
Fernanda estaba empapada, pero Rebeca hizo una llamada a su tienda favorita y como aún no eran las diez de la joven, le fue fácil conseguir vestido y todo lo necesario para volver a estar como si no hubiera pasado nada en lo absoluto, claros, los vestidos que consiguió no eran iguales a los que ya traían puesto.
Rebeca como conoce los hoteles Ayala, llevó a su amiga a cambiarse de ropa a unos de los baños privados del lugar, y media hora después, ambas ya estaban cambiadas.
Cómo eran mujeres hermosas, no hubo la necesidad de ponerse tanto maquillaje.
Ya cambiada Fernanda le dice a su amiga.
—Gracias amiga, no se que haría sin ti— le dice Fernanda a su amiga y ella sonríe.
—Creo que darle palizas a quien te haga enojar, eres una fiera, por un momento creí ver chispas de electricidad a tu alrededor, tienes que enseñarme a pelear, nadie sabe cuándo tendré que darle en las pelotas a algún patán— expresa Rebeca con alegría y Fernanda abre los ojos como platos, estaba sorprendida.
Parece que el enojo le hizo despertar magia de electricidad, y eso es algo bueno.
Ella se burla de lo que dice Rebeca.
—Será mejor que regresemos a la celebración— le dice ella entre risa y Rebeca toma una de sus manos para empezar a caminar con destino a dónde tienen que ir.
Al poco tiempo las dos se volvieron a integrar a la celebración, y con inteligencia se comenzaron a mover por el salón de eventos.
Cómo ya se fueron los dos tontos, ambas se relajaron y tomaron algunas copas de vino.
Esa noche estaban disfrutando de una velada agradable y hacían negocios también.
Para cuándo terminó la fiesta, las dos estaban más alegres que de costumbre.