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La Pobre Viuda, Y El Magnate Cruel

La Pobre Viuda, Y El Magnate Cruel

Status: Terminada
Genre:CEO / Maltrato Emocional / Venderse para pagar una deuda / Amor-odio / Mujer despreciada / Salvar al hijo enfermo / Completas
Popularitas:2.4M
Nilai: 4.9
nombre de autor: Angie de Suaza

"UNA MADRE DESESPERADA, UN SALVADOR AMENAZANTE

¿Qué límites cruzarías por salvar a tu hijo?

Adelaida, una madre desesperada, hará cualquier cosa para proteger a su hijo, incluso si significa sacrificar su orgullo.

Pero cuando Kento, un misterioso y poderoso hombre, se convierte en su única esperanza, Adelaida se encuentra atrapada en una red de rencor y pasión.

Kento, su redentor y verdugo, no sabe que Adelaida es la clave para desentrañar su propio pasado.

¿Podrá Adelaida salvar a su hijo y descubrir la verdad detrás del enigmático Kento?

“Descubre esta historia de amor, venganza y redención.”

NovelToon tiene autorización de Angie de Suaza para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

ℂapítulo Trece

Desiderio entró a la habitación con un ejemplar de la revista “Vogue” la más chismosa de Francia. En ella están en primera plana la foto de Kento y Adelaida cuando iban entrando al hospital tomados de la mano.

—Jefe, le traigo la revista. ¿Y adivine a quien vi comprándola afuera en un kiosco? —Kento, no dice palabra, pero como lo mira le dice: habla idiota, que no estoy para juegos.

—¡Habla de una vez a quien viste! —Se desespera qué Desiderio ande con tantas bobadas.

—A su ex, a la señorita Madeleine —Una sonrisa gratificante se dibujó en su cara.

—Averigua que estaba haciendo aquí —Kento estaba feliz, sus planes tal como lo imagino están saliendo como anillo al dedo.

—Me imagino que estaba en controles prenatales, pues está bien embarazada. Debe tener unos siete meses y estaba acompañada de una señora muy encopetada. —Desiderio le contaba lo que había visto, sin imaginar la ira que su jefe sentía cuando dijo que estaba “Muy embarazada”

—La maldita está embarazada. ¡Y cuando yo le pedí que tuviéramos un bebé, se negó! —Kento hervía de la indignación.

Ya empezó su plan de venganza. Si Madeleine era tan interesada, ya verá cómo se va a poner al ver que su gallina de los huevos de oro, la que cambió por oropel, le tiene reemplazo, y nada más y nada menos que su copia original, la fina.

Madeleine no pudo disimular su asombro, compró rápidamente la revista y la guardó en su bolso. Su suegra, como ya no veía bien de lejos, no vio qué foto era la que había en la revista.

—¿Qué revista compraste? —preguntó curiosa.

—Una que me encanta de maternidad. Son ejemplares muy apetecidos y se agotan muy rápido —Madeleine mintió descaradamente, no le convenía que su suegra se enterara de que ahora Adelaida es su reemplazo.

—Qué linda, me alegra que te prepares para la llegada de mi amado nieto. Lo único que nos queda de François —dice la nefasta mujer con tristeza.

Llegaron a la mansión qué antes ocupaba Adelaida, y Madeleine se disculpó con que estaba cansada y quería dormir un poco para ir a hojear la revista que compró.

Allí con asombro vio las fotos que le tomaron a su ex: Kento Kimura, de la mano de la elegante Adelaida DuPont. Esta vez la revista de chismes sí confirmó el nombre de la prometida de Kento, e hizo una reseña de que luego de una corta separación volvieron para retomar la boda, que había sido cancelada por motivos ajenos a su voluntad. Que el amor sigue en el aire y ya están clasificados como la pareja más “hot” de la temporada.

Con rabia tiró la revista contra la pared y envidio la vida que antes tenía y ahora le pertenece Adelaida DuPont.

Ya solo queda conformarse con lo que le dejó François y a su bebé. Lo peor es que se tiene que aguantar a su fastidiosa suegra Natacha, pero eso es mínimo a lo que le hicieron los padres de Kento.

Y los culpa por haber dejado a su hijo y arrojarla a los brazos de François. Es verdad, no amaba a ninguno de los dos, pero eran su salvavidas para llevar la vida lujosa a la cual su padre la tenía acostumbrada. Desde que nació fue la princesa de los Gibrault. Y aunque su mamá es una mujer sencilla, ella fue criada a imagen y semejanza de su familia paterna que se creía de la realeza francesa.

Mientras esto pasa en las mentes de Kento y de Madeleine. Adelaida es la más inocente de este enredo. Ella solo tiene ojos para su hijo, y aunque amó con todas las fuerzas de su corazón a François, con esa misma fuerza lo olvidó, quedando solo en un triste recuerdo. Ahí entendió el porqué la suma de todas las fuerzas es igual a cero, pues en eso quedó su amor por él, en cero. Ahora su prioridad es el pequeño Francis, que es lo único bueno que quedó de su fallido y efímero matrimonio con el heredero de los Pinault. El ver a Madeleine ese día en el hospital le dio a entender que todo lo que uno hace en esta vida lo paga y espera que su bebé no sea el que sufra las consecuencias. Pues sabe lo que es luchar con un hijo enfermo y eso no se lo desea ni a su peor enemigo. Y al fin y al cabo, Madeleine no es su enemiga. Ella no le ha hecho nada directamente. Solo fue el mentiroso de François el que le hizo daño a ella y aún más a su niño, pero el karma a él ya lo alcanzó.

Una semana después fue dado de alta Francis, ya su benefactor hace días que había abandonado el hospital. Más específicamente, al día siguiente firmó alta voluntaria, pues ya no soportaba estar un día más encerrado en esa habitación. Necesitaba ir a su empresa, pues aunque sus empleados son eficientes, él no confía en nadie más que en su gestión.

Adelaida se sorprendió al ver que era el mismo Kento el que fue por su niño al hospital el día que le dieron el alta. Llego muy prolijo, recién bañado, se puso el tapabocas antes de entrar con el doctor Bernard a la habitación a recibir junto a ella y Josefina las indicaciones en el cuidado de su pequeño.

—Papás, ya saben los cuidados de Francis. De eso depende el éxito del trasplante. En un mes iré a la mansión para hacerle el control. Si requieren alguna consulta, me llaman yo inmediatamente, los atiendo. —decía el pediatra mientras salían de la habitación con Francis en silla de ruedas, siendo empujado por Kento.

Se subieron en una camioneta de alta gama manejada por Elías. Francis estaba feliz, admiraba la bonita camioneta, pues ya se había subido en ella cuando fue llevado al hospital.

—Ken, ¡volviste con mi camioneta! —Francis le decía a Kento con sus ojitos iluminados.

—Tal como te lo prometí, amiguito. Vendría por ti en tu camioneta —Kento le dio una sonrisa al niño, dejando a Elías, a Josefina y a Adelaida sorprendidos, pues es la primera vez que veían al serio de Kento sonriendo.

Luego de un largo trayecto llegaron a la mansión Kimura, dejando sorprendida a Adelaida. Kento sospechó que era lo que pensaba su prometida y sin esperar que ella hablara, él dijo:

—Bienvenidos a la mansión Kimura, este será su hogar de ahora en adelante.

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Silvia Morgante
🥰🥰🥰🥰
Martha Mercado Carrillo
Que buena novela, me encantó tuvo de todo muy bien de verdad te felicito abrazo y bendiciones
Euge Camino
Un excelente y gran trabajo,mis felicitaciones Angie, qué sigan los éxitos 🤗❤️😊
Euge Camino
Hermosa historia,me encanta como escribes. Muchas bendiciones y que se cumplan todos tus sueños. Gracias por compartirla, lo disfruté mucho.
Magalis Mendoza
Vieja Burra falta de respeto! Cómo se le ocurre tratarla así? Y el glamour, la clase?
Nohelia Merchan
Que hermosa historia, llena de tantas emociones , sentimientos, en fin hermosa.... Muchísimas gracias autora 🤩🤩🤩
Nohelia Merchan
jajajajajaja 🤣
Alicia García meza
el epitafio dice ... aquí yaces y haces bien , tú descansas y yo también
Aimar Galindo
una historia muy emotiva 😭😭😭 y con un gran mensaje me encantó
Azucena Ponce
excelente
SO
Jaja consejo consejo, pero lo fue sacando de su casa
Yesenia Vergara
Hermosa tu novela gracias bendiciones
Yesenia Vergara
Bella historia felicadades
Yesenia Vergara
Que imagen más bella
Yesenia Vergara
Claro el abuelo es un viejo zorro ja
Yesenia Vergara
Los japoneses los chinos los coreanos y los negros son gente muy fuerte y la vejez no se nota tanto digo
Yesenia Vergara
Hay no que pendejo
Yesenia Vergara
No sé vale digo
Yesenia Vergara
Pero hay que reconocer que el nombre no le hace honor a su belleza digo está divino ese man ja
Yesenia Vergara
Desiderio después que mata al tigre le tiene miedo al cuero ja
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