¿Cómo te sentirías si amaras a tu propio primo? La respuesta es ¿por qué no? Si tu primo es un hombre muy guapo y amable, aunque su carácter y actitud sean tan fríos como el Polo Norte.
Eso es lo que le pasó a Bayron Arbeto, un precioso omega de dieciocho años que quería mucho a Agam Mateo, su primo mayor.
Un alfa conocido por ser muy frío, rígido y nunca visto cerca de ningún omega. Pero lamentablemente Agam Mateo no siente lo mismo, el alfa siempre ha considerado a Bayron como su propio hermano pequeño. ¿Y cómo podría un hermano amar a su hermano?
-Amarte es un regalo para mí- Bayron Arbeto
-Ser amado por ti es un desastre para mí- Agam Mateo.
¿Cómo va la historia de amor de ambos? ¿Se producirá el matrimonio entre primos? Ven a seguir su linda y adorable historia de amor.
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Part. 13
-Cindy...- gritaron Agam y Bayron al mismo tiempo cuando vieron a la mujer parada frente a la puerta.
Agam y Bayron rápidamente intentaron levantarse empujándose el uno al otro, cuando se dieron cuenta de que sus cuerpos estaban muy juntos.
-¿Qué están haciendo ustedes?- preguntó Cindy con cara de sorpresa, cómo no sorprenderse al ver a su futuro esposo encima del cuerpo de otro omega.
Aunque el omega era primo de su futuro marido, todavía había molestia y sospecha en su corazón.
-Nosotros, ¡Bayron, va a prepar té!- interrumpió Agam.
-¿Qué?- Bayron miró el rostro de su primo con incredulidad, ¿cómo podía Agam ordenarle que les preparara bebidas, cuando la secretaria siempre las preparaba para él?
-¡Date prisa Bayron!
-Pero no quiero- susurró Bayron.
-¡Ahora!- Agam gruñó. Al ver la cara enojada de su primo, Bayron no pudo evitar salir de la habitación para preparar té.
Mientras tanto, Agam le dijo a Cindy que se sentara, después de levantar su teléfono celular que se había caído al suelo.
-¿Qué estás haciendo aquí?- Agam preguntó con una expresión seria. Cindy permaneció en silencio y no respondió a la pregunta de Agam, porque todavía estaba sorprendida por lo que vio antes.
-Cindy- Agam chasqueó los dedos justo delante del rostro de la mujer que se convertiría en su compañera de vida.
-Eh, lo siento, ¿qué preguntaste?- Cindy preguntó nerviosamente.
-Te pregunté ¿qué estás haciendo aquí?- Agam se vio obligado a repetir su pregunta.
-Oh, vine aquí para llevarte a buscar un anillo para nuestro compromiso- Cindy respondió.
-¿No lo has olvidado? En una semana estaremos comprometidos y en dos meses estaremos casados.
-No lo he olvidado, y también hay que recordar que no debemos poner demasiadas esperanzas en nuestra relación. Porque, como dije el otro día, acepté esta unión sólo por petición de mis padres- Agam recuerda la primera vez que su mamá Milo dijo que lo emparejaría con Cindy Bernade, la hija y socia comercial de su papá David.
El propio Agam. No conocía muy bien a Cindy, porque la última vez que se vieron fue cuando eran adolescentes.
Y por primera vez, Agam volvió a encontrarse con Cindy cuando iban a la mansión principal, y en ese momento honestamente le dijo a Cindy que aceptó el matrimonio porque sus padres así lo solicitaron.
-Sí, lo recuerdo, pero también te dije que eso haría que te enamoraras de mí- dijo Cindy con confianza, porque sentía que ahora su apariencia era muy adecuada para ser la compañera del hombre que siempre había amado.
Para ser precisos, Agam la ayudó cuando sus compañeros de la escuela lo intimidaban debido a su cuerpo gordo. A partir de ahí, Cindy se enamoró de Agam Mateo, amó a un hombre que nunca se dio cuenta de su existencia, incluso cuando su familia se mudó a vivir al extranjero, su corazón todavía amaba a ese alfa.
Y la oportunidad de tener a Agam Mateo llegó cuando se enteró de que su padre estaba buscando un futuro marido para ella. Cindy se atrevió a pedirle a su papá que la emparejara con Agam Mateo.
-¡No me importa lo que quieras hacer, lo más importante es que te lo advertí!- Dijo Agam muy fríamente y con ojos penetrantes.
Y cuando Cindy quiso responder a las palabras de Agam, se vio obligada a permanecer en silencio cuando escuchó el sonido de un golpe en la puerta desde afuera.
-Ya llegué- Bayron entró con dos tazas de té para Agam y Cindy y luego las colocó sobre la mesa con mucho cuidado.