DESEO IRRESISTIBLE

Nick terminó preparando un suculento desayuno que sorprendió a Dayanne y que se comió con evidente gusto para satisfacción del chef…

. – Permítame – Pidió Nick acercándose a ella cuando la vio tomar el cubierto…

. – No, déjeme intentarlo… - Pidió, al ver su duda aclaró que no era por rechazarlo – Estoy segura que es más difícil con la sopa – Obviamente su mano era inestable al dirigirse a su boca, pero aun así logró comer. Todo bajo las miradas insistentes de Nick.

. – Esto más que un desayuno, ha sido un almuerzo – Manifestó Dayanne terminando su último bocado y para qué negarlo, muy satisfecha…

. – Literal… - Aceptó Nick complacido de que no haya quedado ni sobras… - Viendo su plato, no debería preguntar, pero ¿Qué le pareció?

. – ¿Es que acaso necesita sentirse halagado cada vez que prepara algo? – Preguntó Dayanne colocando el cubierto sobre el plato, y tomando el vaso de jugo, mientras bebía lo miró…

. – Jeje, parecerá raro, pero tengo un pequeño complejo de chef, y no puedo mejorar si no evidencio o escucho la opinión de mis comensales… - Explicó

. - Pues no se confíe de algo así, no siempre que el plato queda vacío es porque está bueno…

. – ¿Ah no? – Preguntó curioso esperando su respuesta.

. – No, eso puede ser debido al hambre… - Él continuó mirándola con una leve sonrisa – Usted sabe, “A buen hambre no hay pan duro” – Citó un viejo refrán de su papá, obviamente no era el caso, porque todo le había quedado exquisito.

Aunque Nick no había escuchado esa frase jamás, la comprendía muy bien…

. – Tiene razón, es algo relativo, pero yo uso una expresión más exacta para ello… - Ella lo miró expectante a su reflexión – ¡No siempre un gemido es sinónimo de placer! - Dayanne inmediatamente se puso alerta al escuchar esas palabras que de pronto el decidió sin ninguna malicia aparente incluir en el debate, ya que su intención no era hacer referencia exclusivamente al sexo.

Pero obviamente para Dayanne, que siempre estaba alerta al respecto, se sintió aludida, y se preguntó si de casualidad él tendría conocimiento de su pasado. Ella sabía claramente, lo que esa expresión inesperada significaba, era consciente que simplemente porque alguien emite un gemido o un sonido durante una experiencia sexual, no significa que estén experimentando placer. Pues los gemidos pueden ser una respuesta automática del cuerpo o una forma de comunicación, y no siempre reflejan los sentimientos verdaderos o la intensidad del placer sentido por la persona. Indiscutiblemente, los gemidos no son siempre una señal de placer genuino. Ella los fingió, y aparentemente su ex pareja también…

. – Claramente… - Respondió seca, y Nick notó su cambio automático de actitud, recordando por alguna razón las palabras que ella le dijo cuando estaba bajo los efectos del sedante “Soy una mala mujer, una mala amante… Soy una frígida, no soy una mujer normal, no sirvo para tener un hombre, jamás complaceré a alguien…”

¿Tenía acaso algo que ver esto con su cambio repentino de actitud? ¿En especial por haber utilizado esa comparación? Fueron interrogantes que se hizo Nick, al percibir la incomodidad de Dayanne, que en ningún momento fue su intención, él solo quiso hacer referencia al placer de comer…

. – ¿Dije algo indebido? – Preguntó consternado por el brusco cambio de ánimo que se sentía en el ambiente…

. – ¡No! – Se apresuró a negar, provocando más intriga en Nick, tomó otro sorbo de jugo y dejó el vaso en la mesa para tomar la servilleta y limpiarse - Lo ayudaría a recoger, pero capaz le hago más desastre que beneficio…

“Siempre intentando desviar el tema cuando no te conviene una conversación” Eran los señalamientos de Nick, porque ya lo había notado en otras oportunidades, pero decidió respetar su sutil desviación del tema…

. – No se preocupe… - Le dijo levantándose a recoger la mesa - Sentadita allí se ve más bonita – Ambos sonrieron y agradecieron que nuevamente la tensión se disipó.

Mientras Nick lavaba los platos, Dayanne estaba sentada en el sofá donde él literalmente la obligó a hacerlo, revisando en su celular el mercado de valores, entonces recibió un mensaje de su papá…

. – Ya estamos en el aeropuerto mi amor, en pocos minutos estaremos contigo, espero estés bien. ¡Te amamos mucho, siempre! ¡Besos!

Dayanne sonrió feliz…

. - También los amo – Susurró, mientras eso les escribía…

. - ¿Me decía algo? – Preguntó Nick cuando la escuchó hablar, viniendo desde la cocina mientras secaba sus manos. Dayanne al escucharlo, terminó de enviar el mensaje y levantó la vista para responderle…

. – Mis papas ya están en el aeropuerto, y dentro de media hora estarán aquí…

. – Que bueno… - La expresión de Nick no fue tan emotiva como la de ella, porque la verdad era que no quería marcharse de su lado…

. - ¿Le puedo pedir un favor? – Dayanne estaba algo inquieta, y así lo percibió Nick que de una vez se le hizo una idea de porque… Ella se puso de pie ayudada por él, y antes de que se lo pidiera, decidió despedirse él.

. – Si claro, pero antes debo disculparme – Dayanne frunció el ceño, sin entender el motivo de su disculpa – Es que no podré esperar a sus padres y presentarme formalmente, algo inesperado se presentó y debo marcharme ahora… - Dijo llevando el paño con el que secaba sus manos a la cocina – Ya estando sus padres cerca confió en dejarla unos minutos sola, sin que nada pueda pasarle, eso sí, no vaya a hacer desarreglos, y que en vez de encontrarla bien cuidada como la estoy dejando, la encuentren en el piso peor de lo que estaba… Prométalo – Le pidió callando por fin, y ella solo asintió sin poder apartar la mirada de él – Bien, ¿Qué favor me iba a pedir?

. – ¡Oh no, olvídelo, estaré bien! – Nick comprobó que su intuición no falló y que ella le iba a pedir que se fuera antes, seguramente para evitar que su mamá fuese inoportuna con sus palabras.

. – Perfecto… – Nick se paró frente a ella - Entonces me despido señorita Wilson, estaremos en contacto, y espero verla nuevamente en mi próximo viaje… - Se despedía Nick nada satisfecho por tener que hacerlo.

. – Si por supuesto… - Ambos se miraron por unos segundos, provocando que esa tensión que cada vez que se miraban así o estaban tan cerca aumentara a su grado más elevado… El momento se estaba tornando incomodo, ninguno de los dos sabía que hacer o decir, aunque Nick estaba claro que tenía un irrefrenable deseo de besarla, y ella por su parte, se sentía nerviosa por su cercanía… ¡Y sin poder evitarlo más, esta vez cedieron a la tentación, ambos lo hicieron convencidos que no se volverían a ver, al menos en un largo tiempo!

Nick se acercó más a ella, para tomarla de la cintura y acercarla más a él. Sus labios se encontraron en un beso apasionado y ardiente, que desató una pasión desenfrenada que amenazaba con consumirlos por completo. En ese instante, en que sus labios se saboreaban con exquisita locura, Nick reafirmó, que ya no había vuelta atrás, que él estaba completamente perdido en ella, y no quería que ese momento acabara nunca. Lo que más deseaba, era entregarse por completo a la lujuria que lo envolvía, sin importar las consecuencias.

Dayanne sin embargo, tenía otros pensamientos, porque a pesar que disfrutaba la exquisita sensación de sus besos, de su lengua recorriendola por dentro y su insistente succión, se obligó a detenerse antes de que fuera demasiado tarde y él terminara decepcionado de ella, y no quería eso… Entonces ante la resistencia de Nick esquivó la cabeza tratando de apartarse, para romper con el hambriento beso que él se negaba a terminar…

. – Por favor… - Pidió tratando de recuperar la compostura, y Nick la soltó inmediatamente disculpándose por dejarse llevar de ese modo…

. – Disculpa mi comportamiento por favor - No fue su intención ser tan intenso, pero ella lo hacía perder la razón, entonces con mucha renuencia, caminó hacia la puerta.

. – Señor Evans… - Aunque acabaran de besarse, ella pretendía seguir manteniendo el profesionalismo que los unía – Muchas gracias por todo… – Le dijo cuando él volteó a mirarla.

. – Fue un placer señorita Wilson, adiós – Abrió la puerta y salió sin pensarlo más, pero sintiendo un inmenso vacío en su flechado corazón. En tanto Dayanne miraba a todos lados y con cuidado se sentaba nuevamente sintiendo una sensación de confusión inmensa.