Jazmín La Amante Del CEO

Llevo a la florecita al hospital, no sé que me pasa que cada vez que la veo llorar me siento mal.

_ espérame aquí, voy a hablar con mi madre y ver si me dejan ver a mi papá antes de irme.

_ pero no tenemos que irnos hoy, podemos esperar a ver qué dice el doctor y depende de eso, entonces tomamos una decisión. Ella me mira y no dice nada. Pero como yo hago lo que quiero, también me bajo del auto y voy con ella, quiero ver qué tan buena es para mentir.

Voy detrás, y viéndolo bien no la había visto por detrás, y es que tiene unas tremendas resorteras, me imagino mi mano en ellas.

_ podrías dejar de mirarme.

_ y que te hace pensar que te estoy viendo.

_ tu mirada de demente, se siente aunque no te vea a los ojos. Yo sonrío por sus ocurrencias.

En la sala de espera están su madre y hermana.

_ que te han dicho de papá. Es lo que dice al llegar al lado de ellas, y las abraza.

_ nada hija, estamos esperando. Veo preocupación en su mirada y mucha tristeza. Ella se percata de mi presencia.

_ señor René, gracias por traer a mi hija.

_ no es nada, y tranquila que todo va a estar bien hay que tener fe.

_ le debemos mucho, señor.

_ mamá, de eso quiero hablarte, primero necesito saber el estado de papá para luego tomar una decisión. La noto, titubear.

_ de que hablas Jazmín?

_ el señor René me ha ofrecido un buen trabajo como modelo, pero sabes que debo viajar a París.

_ hija! Dice la señora y ella trata de convencerla así que decido ayudar un poco.

_ ella va a estar bien, hay un departamento a su disposición, un contrato que le va a hacer ganar más dinero que el que gana en el campo, podrá ayudarles con los gastos del hospital y con el colegio de Azucena. La reacción de la madre de Jazmín me hace entender que nunca se han separado, y es algo difícil para ella saber que no tendrá a su hija en casa, pero independientemente del contrato que ella tenga conmigo, se que como modelo le irá muy bien, tiene el rostro perfecto y ni que hablar de ese cuerpo que se ve que está más rico que chocolate derretido y que pronto será para mi.

Después de esperar, el doctor llega y les avisa que una vez más logran estabilizar al Ulises,que deberá permanecer en la clínica, eso suma a deuda y la señora lo sabe, así que mira a su hija, la abraza y le dice que tiene su aprobación para que salga de Grasse y comience una nueva vida en París, junto a mi por un tiempo, claro que ella no lo sabe.

_ entonces podemos irnos hoy. Me dice, y se nota triste, pero yo feliz, si soy un maldito egoísta, algún día eso cambiará, creo, pero mientras ese momento llegue, voy a disfrutar de esta y otras bellezas que la vida ofrece.

A altas horas de la noche llegamos a París, he notado a Jazmín muy triste, así que la he dejado tranquila. La llevo al que sería su apartamento.

_ por hoy me quedaré contigo, pero tranquila dormiré en la otra habitación, todo está limpio y en orden, hay una señora que viene a hacer la limpieza, si quieres que siga trabajando es tu decisión, yo seguiré pagando su sueldo.

_ está bien. Fue lo único que dijo y se dejó caer en el gran sillón de la sala, se le ve cansada. El departamento es grande, pero así es mejor.

_ mañana recorres todo el lugar, el edificio es de nuestra familia, te daré una semana libre, no te preocupes que desde hoy comienzas a ganar dinero.

 Subo a la habitación que usaré, saco algo de ropa y me meto a dar un baño. Después de un rato bajo y veo que Jazmín se ha quedado dormida en la sala.

Trato de despertarla, ella abre los ojos y por lo visto había llorado.

_ iré a dormir, me siento cansada

_ me parece bien, pero te voy a decir algo, si sigues llorando te pondrás fea, tienes que ser fuerte, tu familia depende de ti, si te pones mal, ya serán dos los que hay que cuidar y tu madre no se daría abasto con dos enfermos en casa. Jazmín asiente, se levanta y trata de irse a la habitación, pero se lo impido.

_Qué pasa? Me pregunta

_ nada, solo que quiero un beso de tus labios. Ella me mira con asombro.

_ déjame en paz. Me dice, con un tono molesto y eso me comienza a molestar, a mí nadie me dice que no.

_ perdón? mira aquí hay reglas y lo sabes, además solo te estoy pidiendo un beso, pero por esta vez te lo dejaré pasar.

 Jazmín se va a su habitación y yo me quedo un rato más en la sala, me bebo unos cuantos tragos de whisky y subo a mi habitación, pero antes de ir a mi habitación, paso a ver a la florecita, entro sin tocar, pasé tanto tiempo abajo que seguro está dormida.

La cara de ángel y genio del demonio, está profundamente dormida, y por Dios santo, que verla en esa diminuta pijama hace que mi amigo despierte, actúo como un loco, pero ella provoca tantas cosas en mi. Paso mi mano por sus hombros, tiene una piel tan suave. La arropo y salgo del lugar, necesito desahogarme, llevo unos días sin nada de nada, ni con Margot, ni con alguna amiguita en turno.