Olvidada

La princesa Majic se fue a su habitación después de lo ocurrido en el desayuno, se sentó al pie de la cama abrazando sus piernas; tenía hambre, no habia podido tomar bien su desayuno, pero por alguna razón no podía quedarse ahí, sintiéndose atacada; después de que el rey le había pedido perdón por su accionar en la noche de bodas, sintió que las acciones malas no se debían dejar pasar, si el rey podía pedirle perdón a ella porqué los demás podían tratarla mal sin que ella se lo merezca, era la pregunta que le rondaba por la cabeza.

De pronto, llamaron a la puerta, Majic estaba asustada, tal vez alguien venía a regañarla.

- "¿Quién?", preguntó tímidamente la princesa.

- "Le traigo algo para que coma princesa, por favor déjeme entrar rápido", expresó Yura desde afuera.

La princesa fue a abrir la puerta rápidamente, Yura pasó y le traía escondido en unas telas algunas frutas.

- "Por favor, no le diga a nadie que le traje, podría tener problemas", dijo nerviosa Yura.

- "Gracias", respondió la princesa y la abrazó.

La muchacha se sorprendió, cómo alguien que habían descrito como soberbia y mala persona, podría abrazar cariñosamente a una simple sirvienta, algo en su corazón le decía que los comentarios sobre la princesa eran errados; se apresuró a salir sintiendo que había hecho lo correcto.

El rey Fortem y Lady Marila fueron nuevamente al Despacho, se notaba que ella estaba alterada, no se imaginó siquiera que su sobrina estuviese viva y que estuviera tan cerca y ella haya sido tan dura con ella.

- "Parece que ahora cree lo que dice la princesa, le aseguro que a mí también me sorprendió, pero le creo, no se puede fingir tan bien, si le ve directo a los ojos, puede ver a través de ella", dijo el rey mirando la ventana.

- "¿Por qué cambió su actitud con ella?, ¿Por qué vio más allá del odio?", preguntó Lady Marila.

- "No lo sé, es difícil de explicar, solo ví sus lágrimas y la sinceridad en sus ojos; que me hizo sentir un miserable", expresó el rey con una mirada triste.

- "Comentan que la pobre muchacha, tuvo una dura noche de bodas, tal vez su majestad fue más cruel de lo necesario, no me disculparé si lo ofendí", expresó Lady Marila, pensando que no pudo proteger a su sobrina de esa noche.

- "Pudo parecer eso, y de cierta manera fue una ocasión humillante para ella; sin embargo, mi esposa aún no se ha convertido en mi mujer, ella sigue siendo virgen", confesó el rey.

- "Su majestad", expresó Lady Marila sorprendida.

- "Aunque estuve tentado a hacerlo en el afán de asegurar el tratado, tenía frente a mi solo a una niña; por eso le pedí que me ayude a convertirla en una esposa adecuada, no pretendo lastimarla a pesar de ser la hija del rey Carpio, porque solo significaría que me convierta en alguien peor que él; sin embargo, no puedo deshacer el matrimonio, la paz del reino depende de ello; por favor, Lady Marila ayúdeme", le pidió casi rogando.

- "Tengo mis razones para ayudar a la princesa, solo voy a pedirle a usted una cosa", dijo Lady Marila.

- "¿Qué es lo que quiere?", preguntó el monarca.

- "Que bajo cualquier circunstancia en el futuro, por favor no desampare a la princesa Majic", expresó Lady Marila.

- "Se convertirá en la madre del heredero de esta corona, no la voy a desamparar", expresó sinceramente el rey.

Lady Marila tenía una deuda con su hermana Karoly, y en pago a ello ayudaría a su sobrina no solo a convertirse en una esposa adecuada para el rey de Fontana, sino a lograr que sea una reina justa, valiente y fuerte para proteger los destinos del reino.

Ya por la tarde Lady Marila fue a la habitación de la princesa Majic, cuando la jovencita la vio se puso nerviosa, y no sabía qué hacer; en ese palacio, solo dos personas le parecían agradables, Yura que no la había tratado con desprecio, y el rey Fortem porque a pesar de haber sido inicialmente duro con ella, se había preocupado de que se alimentara y no tenga problemas de salud.

- "¿Cómo se siente la Princesa?, preguntó Lady Marila.

Majic no sabía qué responder, ni ella misma se había puesto a pensar cómo se sentía; en cierta forma estar ahí era mejor que en la torre del palacio de su padre, tenía sus alimentos todos los días, podía asearse y tener ropa limpia, y hasta el rey la había llevado de paseo; aún así no podía definir cómo se sentía.

- "Si no puedes responder la pregunta, no hay problema. Por favor, princesa tome asiento, solo quiero hablar un poco con usted. Tal vez, usted podría preguntarme algo que quiera saber", expresó Lady Marila.

- "¿Puedo?, ¿usted va a responder con sinceridad?", preguntó tímidamente la jovencita.

- "Sí, seré sincera princesa", respondió Lady Marila.

- "¿Qué significa exactamente el matrimonio?, ¿qué significa ser una buena esposa? y eso de ¿complacer al rey?, trato de hacer lo que él dice, ¿eso será suficiente?", consulto con ojos curiosos la princesa.

- "Explicar todo eso tomará mucho tiempo, pero podía explicarte en líneas generales, el matrimonio es como un pacto en que dos personas, en este caso su majestad y usted, comparten una vida juntos, para procurar el bienestar de ambos y existe lealtad", dijo Lady Marila.

- "Ah, por eso el rey me dió está habitación muy cómoda, y esa ropa tan linda, y se asegura que pueda comer todos los días, y me pone abrigo para salir, y me ayuda a subir al carruaje y llama al médico si estoy enferma porque estamos en un matrimonio", respondió con curiosidad la jovencita.

- "Digamos que sí, aunque es algo más complejo, pero por ahora puede entenderse así", dijo Lady Marila.

- "Pero yo no tengo nada, ¿qué podría darle al rey?", expreso triste la princesa.

- "¿Te agrada el rey?", pregunto Lady Marila.

- " A veces es gruñón y tiene mal genio, pero cuando mira sereno y sonríe dejo de tener miedo, cuando bailamos sentí como mi estómago se moviera muy rápido, ¿eso podría ser que me agrada?", comentó la princesa.

- "Puede ser un inicio", expresó con una sonrisa Lady Marila.

- "Sigo sin saber qué podría darle al rey", expresó la muchacha confundida.

- "Respeto, dedicación y hacerlo sentir orgulloso de tenerte como esposa; una esposa significaría para el rey un apoyo incondicional, alguien que pueda compartir con él sus alegrías y tristezas, alguien en quien confiar en los momentos más difíciles; pero para eso mi niña tienes que aprender mucho; desconoces temas de protocolo, administración y cuidado del hogar; además debes ser fuerte y valiente, y aún pareces un cachorrito asustado; ¿te gustaría aprender sobre todo ello?", manifestó Lady Marila.

- "¿Cree que pueda aprender todo eso?, preguntó con curiosidad Majic.

- "Estoy segura que sí, tienes la inteligencia y belleza de tu madre, y aunque no me gusta admitirlo, dentro de ti está la fiereza de tu padre; si me dejas ayudarte, podrías convertirte en una reina maravillosa, una esposa excelente y una mujer educada", expresó Lady Marila, mientras veía directamente a los ojos de la princesa.

Majic no entendía todo lo que le había manifestado Lady Marila, pero le gustaría conocer más sobre el matrimonio y ser una buena esposa, tal vez eso significaba complacer al rey, pensó.