La Casa De Las Mil Puertas

Sara miró el enorme pasillo, hecho de estantes, llenos de libros y dudo un poco antes de avanzar.

- camina Sara - Emma la incito a moverse, pero la chica no podía dejar de pensar en donde estarían sus amigos en ese momento.

- ellos te abandonaron primero - se dijo para no arrepentirse y regresar.

- si, ellos te dejaron sola - la voz de su hermana seguía hablando sin parar, mientras Sara caminaba hacia adelante - no debes preocuparte por ellos hermanita, solo piensa que pronto estaremos Sara.

- sí, tienes razón - Sara asentía con cada paso que daba. Convencida de que solo importaba llegar con su hermana - ellos no son buenos - algunos recuerdos llegaron a su mente. Recuerdos donde ella era maltratada por María y sus amigos.

y poco a poco su cuerpo se llenaba de ira y una determinación que no había tenido en el pasado - te encontraré Emma y saldremos de aquí - dijo en un susurro audible - ellos que hagan lo que quieran, no me importa.

Avanzó más rápido, hasta llegar a una gran biblioteca. Con altas estanterías, repletas de libros, con mesas amplias donde podías descansar, mientras leías un buen libro.

- fabuloso - Sara se maravilló con la visión de tantos libros y la invadio una emoción que le era familiar. Ya que tenía un gusto particular por la lectura, que la impulsaba a querer leer cada uno de los libros que allí había.

Corrió hacia el estante más cercano y saco algunos libros, para luego llevarlo a una de las mesas, donde se acomodó para comenzar su lectura.

Así paso una hora y Sara olvidaba de su tarea de buscar a su hermana se entregó tanto a la emocionante aventura que se contaba en aquel libro, que no noto, que la puerta de final se abría y que por ella entraba un joven con una gran pila de libros.

No fue sino hasta que se escuchó un fuerte ruido de libros cayendo, que la chica levantó la vista de su lectura.

Miró al chico que se estaba poniendo de pie, pues había resbalado con la alfombra, tirando los libros por doquier.

- ¿quién eres tú? - preguntó el chico cuando noto su presencia - ¿y qué haces en mi habitación?

- ah, yo...- Sara no supo que responder , en lugar de eso se levantó de su asiento y comenzó a recoger los libros que estaban en el suelo - solo estoy de paso - dijo lo primero que se le ocurrió - ya sabes por qué la casa me trajo hasta aquí, en mi recorrido

- entiendo - el chico también comenzó a recoger libros y a colocarlos en los estantes - pero ¿como llegaste hasta aqui?

la pregunta confundió un poco a Sara, pero aún así continuo hablando - pues.... Por la puerta supongo

- sí, entiendo - siguió el joven sin mirarla - ¿pero como encontraste la puerta? Se supone que nadie puede encontrarla.

- bueno, yo lo hice - Sara termino de ordenar los libros que había recogido del suelo - ahora si no te molesta, regresaré a mi lectura.

Se sentó de nuevo a la mesa, pero esta vez no se concentró del todo en el libro. Por el contrario, seguía cada movimiento de aquel chico, que en lugar de echarla fuera de allí, solo se limitó a sentarse frente a ella y ponerse a leer en silencio.

Sara quería preguntarle tantas cosas, pero no supo por donde comenzar, en su lugar, permaneció en silencio por un rato más.

Cuando hubo pasado un tiempo razonable, cerro el libro, que ya no había podido volver a leer y levantándose de la silla camino hacia la puerta por donde había llegado el chico.

- no puedes salir por allí - dijo el joven mirándola atentamente - eso solo es un baño para mi uso personal, no tiene otra salida.

- ¿entonces cómo? - la chica estaba confundida - creía que todas las habitaciones tenían una salida.

- si supongo, que alguna vez la tuvo, pero ya no - el chico también se levantó de su silla y se acercó hasta ella.

- me llamo thiago - el chico extendió su mano para presentarse formalmente. Sara tardó un poco en reaccionar, pero al final le estrecho la mano

- soy Sara, es un placer - se miraron unos segundos más y luego cada uno retiro su mano

- mucho gusto - el chico se giró y miro con atención las estanterías llenas de libros Sarara ¿te gustan los libros? - pregunto entonces confundiendo aun más a Sara

- si, muchísimo

- bien, porque debes saber que esto será todo lo que verás, hasta el día que mueras - hizo una señal con las manos para abarcar todo el lugar. Viendo la confusion en el rostro de la chica, thiago sonrió - ¿no lo entiendes?

- no - si lo entendía, pero debia escucharlo de sus labios

- lo que quiero decir es que este lugar es una cárcel, de la que no podremos salir jamás.

- ¿por qué?

- porque así lo decidieron ellas - dijo el chico sin darle demasiada importancia al asunto.

- ¿ellas?

-si ellas, las dueñas de la casa

- ¿y por qué te encerraron aquí? - pregunto entonces llena de curiosidad y un poco de miedo - ¿qué hiciste para que te castigaran de este modo?

- solo fui un poco desobediente, eso es todo.

- ¿por qué?

- porque quería ayudar y termine haciendo todo lo contrario.

- ¿me puedes contar?

- si claro - el chico regreso a la mesa, donde invitó a Sara a acompañarlo

- cuando entre por primera vez a este lugar, me encuentre con dos chicos que trataban de salir por esa puerta - señalo la puerta del baño - pero yo les moatre un atajo por donde ppodríanacortar el camino hacia la salida y ellos pues... solo me dejaron atras

- quieres decir, que esos chicos te dejaron aquí para que afrontaras el castigo tú solo.

- algo así

- que miserables - la indignación que sintió al escuchar aquello le devolvió la motivación para intentarr salir de allí - sabes que, te sacaré de aquí u si encontramos a esos chicos lo haré pagar por lo que te hicieron.

- gracias - el chico sonrió ante su exagerada reacción - pero ya te dije que no hay salida.

- si la hay y yo la encontraré - esta vez en lugar de buscar la salida, Sara se puso de pie justo en el centro y mirando hacia arriba grito con todas sus fuerzas.

- Emma ¿estás allí? Necesitó tu ayuda hermana.

En la habitación de televisión, las tres dueñas de la casa, miraban la pantalla sin expresión alguna en sus rostros.

- ¿qué cree que hace? - pregunto milena dándole la espalda a sus hermanas

- no es obvio - Katy miro a las otras dos y negó con la cabeza - está tratando de usar a su hermana para salir de allí.

- si, pero no podemos romper las reglas

- lo sé, pero quizás podríamos sacarla de allí con algún truco - katy trataba de encontrar la manera de que Sara no sacara al chico de la habitación

- ¿como cuál katy? No ves que ella no lo va a dejar allí.

- lo sé, pero, él no va a ir a ninguna parte, es peligroso. Debe permanecer aislado del mundo.

-Emma ayúdame hermana - volvió a gritar Sara y, pero esta vez no recibió lo que deséaba. - ¿por qué ya no contestas?

- porque no es tu hermana la que te habla - dijo thiago detrás de ella - son las tres hermanas que te han estado guiando por la casa todo este tiempo - ellas te trajeron hasta mí

Sara miró al chico, se veía raro y estos la asusto - ¿qué te ocurre?

- solo es un efecto secundario Sara. Te recomiendo que comiences a correr.

Sara no lo pensó y antes de que el chico terminara de hablar, corrió hacia la puerta y se refugió en el baño.