Una noche entre los brazos de Nicolás Thompson, cambiará por completo la vida de Anna Brown.
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Aléjate de lo que me pertenece.
Una vez salgo de la habitación, llamo a Dante.
— Buenos días, señor.
— Dante, dile a los hombres que voy bajando, que estén listos para salir. Tú iras conmigo en el mismo vehículo.
— Como ordene.
Al llegar al estacionamiento los hombres están listos para salir.
Voy directo al vehículo en el que me espera Dante, Junto al conductor.
— Buenos días, señor — Saludan al unísono, y yo asiento con la cabeza. El conductor abre la puerta para mí, Dante da la señal de partida al resto del personal, una vez dentro de la camioneta, indico al conductor que se dirija a las bodegas del sur, donde Ivanov almacena parte de sus vehículos, y emprendemos la marcha. Dante, me mira intrigado.
— Pregunta. — Le digo al ver que duda en hacerlo.
— ¿Por qué ir allá?, sabe que Ivanov, tomará su sola presencia como una declaración de guerra.
— La declaración de guerra la hizo él, al pensar que puede acercarse a mi mujer y suponer que no tendrá consecuencias.
— Creí que únicamente era una coincidencia, y que su mujer fue quien postuló su empresa para trabajar con Ivanov.
— Con Ivanov, no hay coincidencias, y en caso de haberla, él sabrá aprovecharla para usarla en mi contra, y no le voy a dar ventaja.
— ¿Qué piensa hacer?
— Por ahora dejarle claro que debe seguir manteniendo la distancia, y que lo que es mío no se toca, no se mira, ni se codicia, o de lo contrario lo aplastaré como la cucaracha que es. — Dante, no pregunta nada más, solamente asiente con la cabeza.
— Hemos llegado. — Anuncia el conductor. — Los Hombres en las demás camionetas bajan al igual que Dante, quien estudia la zona y avisa de mi presencia a los hombres de Ivanov. Minutos después este sale a mi encuentro y Dante abre la puerta para mí, desciendo de la camioneta y camino hacia donde Ivanov, quien sigue avanzando. Veo una amplia sonrisa dibujada en su rostro y me provoca romperle la cara para acabar con su satisfacción.
— Tardaste en llegar. — Dice como si fuese un íntimo amigo.
— Nunca me llego la invitación. De saber que me esperabas habría venido antes. — Tiende su mano, la cual miro detenidamente, acomodo mi saco y él entiende el rechazo.
— Siempre tan temperamental.
— Aléjate de lo que me pertenece, o atente a las consecuencias, porque no voy a medir mi fuerza a la hora de tomar tu cuello y apretarlo hasta que tus ojos me supliquen por un poco de aire ¿y adivina que?, no te lo daré, disfrutaré de destrozar cada parte de ti. — Lo vi tensar sus músculos y apretar los puños, aun mientras intentaba mantener esa falsa sonrisa de medio pelo.
— No te alteres, si ella no quiere trabajar conmigo, no podré obligarla, eso solo si ella no quiere, yo encantado de trabajar con alguien tan hermosa y profesional.
— No pongas a prueba mi paciencia, sabes que no te conviene, aún no tienes el nivel para medir fuerzas conmigo.
Que tengas una buena tarde. Me doy la vuelta mientras mis hombres siguen encarando a Ivanov y sus hombres, nuevamente el conductor abre la puerta para mí. Una vez estoy seguro, todos suben a las camionetas y partimos.
Puedo ver una vez más la cara molesta de Ivanov, quien dejó de lado su falsa sonrisa.
— ¿Cree que va a actuar? — Pregunta Dante, rompiendo el silencio.
— No lo sé.
...***...
Pov Anna.
Me encuentro en una videollamada con Elena, le cuento como me fue en la presentación de la propuesta con Ivanov, y que el resultado de la prueba de embarazo fue positivo, está feliz, me dice que va a empezar a buscar nombres de ambos sexos, me despido de ella y cuelgo al ver que Nicolás, entra a la habitación.
— ¿Lista? — Pregunta una vez me mira sentada en el sofá.
— Sí, ¿nos vamos?, muero de aburrimiento.
— Vamos. — Sonríe mientras me tiende la mano para ayudarme a poner en pie.
— Gracias. — Le digo, el toma mi abrigo y me ayuda a ponérmelo, no puedo negar que me parece un lindo gesto y le regalo una sonrisa.
— ¿Hay algún sitio que quieras conocer?, luego de almorzar, por supuesto.
— ¡Sí, sí!— Digo y sé que hablé como una niña pequeña a la que le ofrecieron golosinas, él deja ver una amplia sonrisa, igual a la que recuerdo en mis sueños, es sincera y muy bonita.
— ¿Cuál? — Pregunta.
— Creo que todos. — Contesto aún emocionada.
— Y yo considero que tendrás que elegir uno, sabes que la temperatura es baja y no quiero arriesgarme a que sufras un resfriado... Digo, por el bebé.
— Sí, claro ¿Por qué más iba a ser? — La situación se torna algo incómoda.
— Vamos, ya es hora de que comas algo. — Dice y abre la puerta para mí, luego sale él y sierra.
Durante el viaje ambos permanecemos en silencio, hasta que veo el restaurante es imponente, precioso.
— No lo puedo creer. — Digo cuando bajamos de la camioneta y lo veo en toda su extensión. — Me encanta — "Turandot" Uno de los mejores restaurantes de Moscú, por no decir que de toda Rusia.
Anteriormente, fue la mansión de Rimsky-Korsakov, un establecimiento de primera categoría, que se asemeja a un palacio, con una mezcla de estilos que unen a Occidente y Oriente en un solo lugar. Su fachada y su interior lujoso son el producto de un arduo esfuerzo de cientos de escultores, todo un sueño.
— Espera que lo veas dentro. — Dice Nicolás, quien posa una mano sobre mi espalda baja invitándome a seguir.
— Gracias, no pensé que esté sería el destino elegido.
— Y no lo es, o bueno, solamente una parte. Déjate sorprender.
— Gracias. — Vuelvo a decir y deposito un beso en su mejilla. — No lo puedo creer, he sonrojado a Nicolás Thompson. — Digo y río.
— No hagas que me arrepienta de venir. — Hago como si mi boca tuviese una corredera y la cierro. Entre risas, entramos al restaurante.
Nota Autora:
Hola mis amores, con éste concluyo los dos capítulos del día de hoy. Dedito arriba y me comprometo con dos más para mañana 🥰😘