Elizabeth es una chica de 20 años con sueños y metas que desea cumplir. una mañana al despertar su padre le informa que es una mujer casada y debe irse a vivir con su esposo. Elizabeth no puede creerlo, y así comienza una historia de amor.
¿Puede al final la vida ser justa con ella?
¿Podrá ser realmente feliz?
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Días después
Mario se encontraba sentado detrás de un exclusivo escritorio de hermosa madera negra. Sus ojos negros estaban colocados en la pantalla de su computadora.
Ahora que todas las empresas Wlop, han absorbido todas las empresas Wilson. Mario tiene mucho más trabajo.
Su secretaria llamó dos veces a la puerta, y al no escuchar respuesta por parte de Mario, indecisa tomó la decisión de entrar.
Lentamente, abrió la puerta; y entró. Se quedó parada en medio de la oficina. Sus manos, como cada parte de su cuerpo, temblaban agresivamente...
Dio un profundo suspiro, y rezo, para que Mario no la echara a patadas de ahí. Levantó la mirada valientemente, y dijo.
______ Buenas noches; señor Wlop. Afuera está una señorita que desea verlo. Dice que es su.
Antes de que la chica terminara de hablar, la solo mirada de Mario, hizo que su garganta se bloqueará y no saliera ni una sola palabra más.
Mario dejó estrictamente ordenado, no ser molestado por nadie. Tenía mucho trabajo, y no atendería a nadie.
________ No, fui muy claro cuando dije que no quería ser molestado. Recoge tus cosas y vete. No, quiero a una ineficiente trabajando para mí. _______ Reclamó en una voz gruesa y fría.
Elizabeth escuchó claramente la orden de Mario. Creyó que era injusto, para la chica que perdiera su trabajo, por su culpa.
_______ ¿Ni a tu esposa, señor Wlop? _____ Elizabeth se colocó detrás de la secretaria de Mario.
La expresión en la cara de Mario se suavizó al ver a Elizabeth, en su empresa. Levantó su mano, para ordenarle a su secretaria retirarse.
______ Regresa a tu trabajo.
La chica ni siquiera se atrevió a voltear a ver otra vez a Mario. Salió casi corriendo de la oficina, regresando a su lugar de trabajo.
________ ¿Qué te trae por aquí? Nunca me imagine verte en mi empresa.
Elizabeth le mostró una bolsa, y caminó lentamente hacia el interior de la lujosa oficina de su esposo. La abuela la convenció de llevarle de cenar a Mario, ya que, llevaba varios días llegando de madrugada a la mansión.
La chica se detuvo mirando toda la oficina de su esposo. Todo lo que le pertenecía a Mario era de color negro, eso lo hacía un hombre demasiado misterioso.
_______ Debes tener mucha hambre.
Mario no respondió la pregunta de Elizabeth. Solo observo cuidadosamente a su esposa. Quería a adivinar que hay dentro de su cabeza.
La chica quitó algunas cosas del escritorio y abrió la bolsa, colocó un plato y algunos cubiertos frente a Mario, luego los colocó delante de ella. Elizabeth sirvió los alimentos en cada uno de los platos... Fue al congelador y tomó agua mineral, también algunos hielos, para poner enfriar la botella de vino tinto.
_______ Espero que sea de tu agrado. Yo misma lo preparé.
Mario vio los mariscos en su plato, a primera vista parecían deliciosos. Sin decir nada, tomó el tenedor, y tomó uno. Lo místico suavemente, saboreando el sabor.
_______ Te doy un ocho... Demasiado picante, para mi gusto.
______ ¡¿Un ocho?!
_______ Mínimo dame un 9.5.
Mario dejó el tenedor a su lado. Miró a la chica con misterio.
_______ Ocho... Es mi calificación final.
______ Debes aprender un poco más... Tomarás unas clases de gastronomía.
Elizabeth tomó un marisco, para ella el sabor era delicioso, pero, igual. Haría lo que Mario lo que pidiera.
_______ La abuela me dijo que nos vamos de la ciudad en dos días.
Mario tenía planeado viajar en dos días a Italia. Así que tenía que dejar todo listo, ahí.
_______ Sí.
_______ Debemos estar en Italia en menos de una semana...
_______ Quisiera quedarme unos días más aquí. ______ Murmuró Elizabeth.
_______ ¿Para qué quieres quedarte unos días más? No tienes nada que te ate a esta ciudad...
_______ Quiero quedarme unos días más con la abuela... Ella me está enseñando muchas cosas. Además, me he encariñado mucho con ella. _______ Contestó la chica.
_________ Mercedes te lo pidió, ¿Cierto?
________ ¡NO! ______ Exclamó de inmediato, Elizabeth.
A un hombre como Mario no le podían mentir con tanta facilidad. Conocía demasiado a su abuela, como para darse cuenta de lo que está planeando.
Sin duda, ella ha aconsejado a Elizabeth acercarse más a él, y así, poder mudarse temporalmente a Italia.
_______ Dile que vendrá con nosotros a Italia.
_______ ¡¿En verdad?! _____ Gritó con emoción la chica.
Mario siguió comiendo en total silencio. A decir verdad, Elizabeth cocinaba muy delicioso.
Pero, jamás se lo diría. Haría que la chica cada día se convirtiera en una mujer mucho mejor a lo que ya era.
Al terminar la cena. Elizabeth recogió todo, antes de irse, le dio un tierno beso a su esposo. Mario levantó entre sus brazos a la chica, ella abrió sus piernas; y las enredó en la cintura de Mario.
_______ Esperame en la habitación. Terminó de esto, y nos vamos a la mansión. _____ Susurró Mario al oído de la chica.
______ Vale...
Mario colocó una de sus manos, en los glúteos de la chica, y su mano, otra mano, la colocó detrás del cuello de Elizabeth.
Besó los labios de la chica con mucha pasión. Al terminar el beso, Elizabeth fue a la habitación privada. Mario volvió a poner toda su atención en su trabajo.
De pronto, escuchó la puerta abrirse por fuera. Jimena entró sin que la secretaria se lo pudiera impedir.
_________ Señor, lo siento. No fue mi culpa. Ella me empujó y entró.
_______ Hice todo lo que estaba en mis manos para evitar que entrara. _____ La chica estaba demasiado nerviosa. Sin duda, ese ha sido el peor día de su vida.
_______ Cállate... Y déjame a solas con el señor. ______ Ordenó Jimena, como si fuera la señora de Mario.
_________ Vete, déjame a solas con ella. ______ Terminó diciendo Mario.
Se dio la vuelta para salir, sin embargo, antes de que lo hiciera. Jimena dijo con superioridad.
_______ Traeme una botella de champán y dos copas.
______ El único que da órdenes en esta empresa soy yo, y nadie más. ______ Gruñó Mario molestó.
_______ ¡Lárgate! _____ Dije Jimena.
________ Vamos, cariño... No es para tanto...
Jimena se acercó a Mario, enredando sus manos en el cuello del hombre. La chica, descaradamente, fue acercando sus labios a los de él.