El Viudo Impiedoso y la Niñera

Directo a la piscina con Theo, las gemelas Ana y Cecilia nos acompañan, los tres se vuelven misteriosos y pasamos una mañana agradable. Isabella se queda con nosotros, es adorable. De hecho, toda la familia de Lorenzo es increíble. Las horas pasan y Lorenzo regresa a casa para almorzar. Isabella dice que desde que Suzi falleció, él no ha hecho esto. Theo está muy emocionado.

Lorenzo: ¿Cómo estuvo tu mañana, hijo?

Theo: Muy divertida, jugué con Anna y Cecilia en la piscina junto a Alice.

Lorenzo: Almorzamos y Theo se prepara para ir a la escuela. Voy a su habitación. ¿Puedo llevarte a la escuela hoy, hijo?

Theo: Solo si Alice también puede ir.

Lorenzo: Claro que puede, hijo. ¿Vamos?

Theo extiende una mano hacia mí y otra hacia Alice, bajamos las escaleras juntos. Alice cuenta hasta tres y levantamos a Theo de las manos, lo cual le provoca las risas más hermosas. Seguimos así hasta el auto, lo llevamos hasta la puerta del salón de clases y luego acompaño a Alice de regreso a la mansión. Ella está muy callada durante el camino y tose algunas veces.

¿Estás bien?

Alice: Es solo un resfriado.

Lorenzo: ¿Quieres que llame a un médico?

Alice: No es necesario, solo es un resfriado.

Lorenzo: Me quedo en silencio y Alice baja del auto. La observo ingresar a la mansión con la mirada. Abro las cámaras para ver qué hará, ella parece aburrida y va a la biblioteca a leer. La veo sonreír mientras lee un libro, pero su sonrisa desaparece cuando Lina entra a la biblioteca.

Lina: Ah, ahí está la niñera que se sienta en la mesa de los jefes y ahora se queda leyendo en la biblioteca con las piernas arriba.

Alice: Lina, eres bastante amarga como para tener algún interés en iniciar cualquier diálogo contigo. Que tengas una buena tarde.

Lina: ¿Crees que podrías ser algo más que la niñera?

Alice: Entré por esos portones para hacer una entrevista de niñera y eso es lo que soy, la niñera de Theo. Nada más de lo que hay aquí me interesa. Te he visto caminar por la casa con brillo en los ojos, mirando las cosas materiales, y si quieres saber algo, lo encuentro lamentable. Todo esto, todas estas cosas que el dinero puede comprar, al final de la vida no tienen ningún valor. Lo que importa, lo que realmente importa, son las personas y no lo que tienen.

Lina: Eres realmente extraña, Alice. El dinero da comodidad y poder, querida. No creas que me engañas con ese comportamiento dulce e inocente. Personas como tú son las peores.

Alice: Lamento que pienses así, imagino que has sufrido mucho por eso, pero dale otro significado a lo que has pasado y convierte esa amargura en cosas buenas o serás una persona amarga e infeliz.

Digo y salgo de la biblioteca. No extendería esta conversación, Lina no es agradable y es difícil que nos hagamos amigas si piensa de esta manera. Voy a la habitación de Theo y organizo todo, la foto de Suzi cae y la tomo.

Suzi, por lo poco que escuché de ti, aprendí a admirarte. Pareces haber sido una mujer increíble. Sabes que mientras el señor Lorenzo me permita quedarme en esta casa, honraré tu memoria y nunca dejaré que Theo te olvide. Cuidaré de él y lo protegeré. Puedes estar tranquila desde donde estés, porque amo a Theo.

Lorenzo: Escucho a Alice hablar con la foto de Suzi y siento una mezcla de sentimientos. Estoy tan aturdido que no puedo trabajar, voy al restaurante donde le pedí matrimonio a Suzi, me siento y recuerdo ese día. Regreso a casa tarde y Theo ya está durmiendo, voy al balcón y allí está Alice, en la noche más fría del año, sentada en el suelo mirando al cielo. Vuelvo a la cama y me duermo.

Theo: Lorenzo... Lorenzo...

Lorenzo: Me despierto sobresaltado con Theo en mi cama llamándome.

¿Hijo, estás bien?

Theo: Alice, ella no se despierta y tiene mucha fiebre.

Lorenzo: Me levanto rápidamente y voy a la habitación de Alice, que está fría con la ventana abierta. Cierro la ventana y le toco la frente, tiene fiebre alta. Le pido a Theo que llame a sus abuelos y los llame rápidamente.

Alice... Alice...

Alice no se despierta, la llevo vestida hasta la ducha y abro el agua caliente en frío. La sostengo mientras golpea sus dientes de frío, ella no se despierta y me preocupo. Mi madre entra en la habitación y me ayuda, salgo y me cambio de ropa mientras mi madre y Julia cambian la ropa de Alice. Theo está muy preocupado y lo tomo en mis brazos.

Theo: ¿Alice va a morir?

Lorenzo: No hijo, el médico está llegando y nos ayudará a cuidarla. Vamos a pedirle a María que le haga una sopa reforzada.

Cuido de Theo y le presto toda mi atención.

Daniela: El médico llega y evalúa a Alice, tiene un resfriado con "un comienzo de neumonía", le receta antibióticos y nos quedamos con ella hasta que se despierte. Lorenzo entra varias veces en la habitación, la fiebre de Alice cede y ella despierta.

Alice: ¿Qué pasó?

Despierto aturdida, Julia y Daniela están a mi lado, estoy sudada y cansada.

Daniela: Tuvo una fiebre de más de 40° que tardó en ceder, tienes un inicio de neumonía Alice.

Alice: Lo siento por todas las molestias que les causé.

Júlia: No fue ninguna molestia, necesitas cuidarte y descansar durante tres días, el médico recetó antibióticos y te pondrás bien si sigues sus recomendaciones.

Alice: Sonrío débilmente, todo mi cuerpo duele, intento levantarme para ducharme pero estoy demasiado débil.

Daniela: Permíteme ayudarte.

Alice asiente con la cabeza, le pido a Lina que cambie las sábanas de su cama y Julia y yo la ayudamos en la ducha. La acostamos y algo increíble sucede, Lorenzo entra en la habitación con una bandeja en la que hay una flor, jugo y sopa.

Theo: Venimos a cuidarte, Alice. Mira la flor que puse para ti.

Alice: Pequeño, no era necesario. Muchas gracias.

Theo: Lorenzo dijo que cuidamos de quienes cuidan de nosotros. Come toda la sopa para ponerte fuerte.

Alice: Lorenzo no me mira a los ojos en ningún momento, él coloca la bandeja en la cama y empiezo a comer despacio. Julia y Daniela se despiden diciéndome que estoy en buenas manos, Lorenzo va a acostar a Theo. Me levanto, abro la ventana y me acuesto.

Theo: ¿Vas a cuidar de Alice?

Lorenzo: Sí, lo haré.

Theo: ¿Lo prometes?

Lorenzo: Me siento perdido con respecto a la rutina de sueño de Theo, le cepillo los dientes y le pongo el pijama.

Lo prometo. Buenas noches hijo.

Theo: Necesitas leerle una historia, Lorenzo. Quiero esta.

Lorenzo: Theo me entrega la historia y se acuesta mirándome. Me siento junto a él en la cama y él se recuesta en mi pierna, empiezo a leer la historia y él se duerme al final. Lo acomodo en la cama y le doy un beso en la parte superior de su cabeza.

Te amo hijo mío y te prometo que mejoraré por ti.

Voy a ver cómo está Alice y no puedo creer que esté durmiendo con la ventana abierta en este estado. Cierro la ventana y ella se despierta asustada.

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Un fuerte abrazo. 😘