Mía Montenegro una dulce chica engañada por su prometido, un viaje de olvido le permitió conocer la tentación, una lucha interna entre el deseo y sus principios, serán la clave del amor, pero también del dolor.
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Capítulo 13
Manolo
Desde que llegué a Madrid no había podido descansar muy bien, pero anoche fue una de las mejores, tanto así que no me di cuenta en que momento llego Pamela.
Me estoy tomando mi jugo de naranja, mientras le escribía un mensaje a Mía -"Cuánto desearía poder verte ahorita y besarte, no pude sacarte de mi cabeza en toda la noche" - sé que es muy temprano para que me responda, pero quería que supiera lo que estaba pasando por mi mente en ese momento.
- ¿Con quién hablas? - la voz de Pamela me tomo por sorpresa, así que guardo mi celular.
- Con Antonio, es que tengo una reunión en una hora. - no sabía que más decirle.
- Anoche que llegué encontré el auto de Mía en el parqueadero, ¿Qué hace aquí? - sabía que no se iba a quedar con la duda.
- Lo que pasa es que anoche de camino me comentó que estaba vendiendo su auto, y como sabes no he tenido tiempo de ir a mirar uno y el de ella me gusta mucho, y como hoy no tenía clase me lo presto para probarlo a ver si lo compro. - trate de sonar lo más tranquilo posible.
- ¿Vender el auto?, me parece tan extraño, Mía adora ese auto, tengo entendido que se lo regaló su tío y lo cuida mucho.
- No sabría decirte, esperar a ver si no cambia de opinión porque la verdad si me gusta ese auto. - mucho me gustaba.
- Pues ojalá lo consigas, pero lo dudo, cuando es que vuelven tus padres.
- El fin de semana, así que el viernes viajo a Valencia, ¿Me vas a acompañar? - sabía perfectamente su respuesta.
- Sabes perfectamente que tu madre no me tolera, además tengo que viajar a Barcelona por cuestiones de trabajo.
Mi madre y Pamela no se llevan bien, y después de la separación que tuvimos menos la quiere ver.
- Lo imaginé, pero bueno, me voy ya porque tengo una reunión con Antonio. - le doy un casto beso en la boca y me voy para la universidad.
Mía
El sonido de mi celular me despertó, mi abuela me estaba llamando. - Hola abue, ¿Cómo estás?.
- Hola mi amor, queria invitarte a comer.
- Claro que sí abue, nos vemos más tarde en el restaurante, te quiero - cuelgo la llamada y veo que tengo un mensaje de Manolo.
"Cuánto desearía poder verte ahorita y besarte, no pude sacarte de mi cabeza en toda la noche" - este hombre podía conmigo - "Yo tampoco pude sacarte de la mía, ¿te dijo algo Pamela del auto?", su respuesta llegó a los segundos "*Espero no haberte despertado, no me dijo nada, solo que le parecía extraño que fueras a vender tu auto, ¿Podemos vernos hoy?" "Creo que es necesario, pues mi auto lo tienes tú, me puedes recoger e**n el restaurante Galicia después de las cuatro*".
Deje mi celular en la cama y pase a ducharme, el agua caliente de la ducha me daba energía para un nuevo día. Salgo de la ducha y me visto con un pantalón azul oscuro, un top negro y una chaqueta del mismo color, junto con mis converses blancos.
Salgo de la habitación, y me dirijo a la cocina, encontrándome con Bella tomando un café, me sirve uno para mí.
- Gracias, ¿Qué vas a hacer hoy? - le pregunto a Bella.
- Me escribió tu hermano para invitarme a comer y tú qué tienes pensado.
- Lo mismo, pero con mi abuela, me llamo para invitarme y después quedé con Manolo para entregarme el auto.
- ¿Qué pensaste con lo de Manolo? - su pregunta me tomo por sorpresa.
- Nada en particular, por seis meses yo tengo que ver a Manolo y no va a ser fácil, así que no sé que hacer, sé que si sigo teniendo sexo con él, en lo único que me convertiré será en su amante, pero también se que me será imposible resistirme.
La conversación fue interrumpida por el sonido del timbre de la puerta, me dirijo a abrir y me encuentro a mi madre con su hermosa sonrisa, la saludo de dos besos en la mejilla.
- Madre que sorpresa verte. - la hago seguir al salón, Bella saluda a mi madre y nos sentamos en el sofá.
- Después que hablaste con tu hermana, salí a buscarte, pero ya no estabas. - me dice mi madre.
- Yo sé mami, pero quería estar sola.
- Hace cuánto conoces a Manolo. - su pregunta me tomo por sorpresa.
- Como que desde cuando lo conozco mami, es mi profesor, desde ese día.
- Es que me parece tan extraño, nunca habías interactuado con un profesor de esa manera y menos prestar tu auto. - mi mamá no tenía ni cinco de boba.
- Pues mami es el esposo de Pamela y por eso nos llevamos bien y no soy solo yo, Bella también se lleva bien con él, cierto. - miro a Bella pidiendo ayuda.
- Si María, el profesor Cortes es una buena persona.
- No de eso no tengo duda, lo conozco hace varios años, antes de casarse con Pamela, le dicté clases en la universidad y era un extraordinario alumno.
- ¿Por qué te preocupa que me lleve bien con él? - le pregunto con curiosidad.
- No es que me preocupe hija, solo te digo por qué sé que Pamela es muy celosa, y no es que esté muy contenta con eso. - Pamela celosa, lo debí suponer.
- Celosa porque, si Manolo es solo mi profesor y un amigo, sé que no debería ser así, pero sucedió.
- Yo solo te digo, trata de tener más distancia con él, por más que tengan una buena relación, él está casado y eso se podría prestar para malos entendidos.
Pamela celosa de mi, eso sí que me generaba intriga, siempre me ha parecido una mujer falsa y no se cómo mi mamá puede ser amiga de ella, pero no soy quien para meterme en sus decisiones, lo único que si sabía era que tenía que buscar la forma de alejarme de él y lo único que se me ocurria era hablar con mi abuelo y solicitar el cambio de clase.