LIBERTAD ROBADA Mi Venganza Llegara

Elián.

Es la primera vez que traigo a alguien a la finca donde tuve una infancia muy feliz junto a mis padres y desde que fallecieron, solo yo he venido en algunas ocasiones, este es mi santuario cuando siento que todo se colapsa a mi alrededor, pero también cuando necesito aclarar mis pensamientos.

Al verla tomar el arma con más seguridad que al principio, me alegra de cierta manera porque estoy contribuyendo en algo por la causa, pero se que también el tiempo avanzará, ella logrará todo lo que se puso de objetivo y sé que se marchara junto al pequeño Ramsés.

Que aunque parezca difícil o extraño, pero ese pequeño se ha robado mi corazón tan rápido de lo que yo puedo admitir, es un ser que pide a gritos amor y yo sin dudar se lo brindaría.

Y después de su dulce berrinche decidí dar por terminada la primera lección del día, subimos a la motocicleta y después de dos calles me percaté que esas camionetas no eran las de mis hombres.

Aumenté la velocidad para poder perderlos, en ese instante pensé de inmediato en mi hermana y en Ramsés, pero sobre todo tenía temor porque venía conmigo Zazil; con destreza tome un atajo para llegar más rápido a casa, al bajar un poco la velocidad y al saber que el peligro había pasado, toque sus manos para saber que ella está bien y solo correspondió mi apretón de manos, así fue la única manera de entender que estaba todo bien y que quizás ella no sabía que había ocurrido en realidad.

La verdad no se que me esta pasando últimamente al tenerla tan cerca de mi, hay algo en ella que me invita a tenerla a mi lado por siempre, pero sé que no debo y tengo que enterrar cualquier sentimiento que surga, porque esto simplemente no puede ser y jamás lo será...

Baje las escaleras aprisa y me encontré a mi hermana quien estaba con sus brazos cruzados— ¿qué fue todo eso?, Elián te conozco, así que contesta.

— que te puedo decir, que ella necesitaba mi ayuda es solo eso Ellen— entrecerró sus ojos, chisto varias veces hasta que negó— hermanita, tengo que irme.

Me volvió a cerrar el paso, y toco mis hombros— no te diré lo que estoy pensando, pero espero de verdad que se cumpla— negué a su comentario hasta besar su frente.

— solo esta al pendiente de ellos, por cualquier cosa por mínimo que sea, llámame— ella asintió y solo di media vuelta.

Al salir de casa, aborde una de las camionetas y nos fuimos a alta velocidad, después de un largo camino ya habíamos llegado, baje y fui al interior de la bodega, necesitaba saciar mi sed de venganza, para demostrarles que con Elián Makris nadie se mete.

Salí al patio y ahí estaba ese hijo de puta junto a tres hombres más, sin hacerles una cordial presentación de mi llegada y sin perder más tiempo, tome un bate de aluminio, ajuste mis dedos en el mango y el primer golpe lo recibió Ciro, mi ira me cegaba por completo y seguí golpeándolo con total placer.

Me acerqué a los otros hombres y comencé a darles una probadita del porqué me llaman el terror de toda Grecia, inicie con simples cigarrillos, pasando a unos ligeros toques, sus gritos cada vez aumentaban más y no entendía el por qué, si eso era lo sutil, lo duro y cruel se los haría más delante, porque el primero en irse es ese hijo de puta de Ciro.

Tape sus bocas para qué dejarán de gritar, ya estaba fastidiado de escucharlos, al terminar me acerqué a ese bastardo, jale su cabeza y lo amague con un cuchillo.

— ¿estás listo?, porque tu hora a llegado— abrió los ojos e intento hablar, pero estaba amordazado— créeme que disfrutaré cada maldito momento hasta mandarte al infierno.

Solo hacía sonidos intentando hablar, pero en esta ocasión no estaba dispuesto a escuchar su horrenda voz, y con el mismo cuchillo hice ligeros cortes donde al sentir, Ciro se retorcía.

— esto y más te mereces por tocar a mi— me quede en silencio y solo le di un puñetazo— Zazil es intocable y los que le hicieron daño pagaran, tú fuiste el último, pero hoy serás el primero, así que despídete.

— ¡no!, ¡por favor!, — gritaba entre la mordaza, pero ni sus lloriqueos me harían cambiar y perdonarle la vida.

Solo movía la cabeza en desesperación, mis dedos apretaban el mango color blanco del cuchillo y comencé a enterrarlo con fuerza en su abdomen.

No paraba de gritar, pero nada ni nadie me detendria hasta ver caer al último, al recobrar la poca lucidez que tenía, me di cuenta que todo a mi alrededor estaba manchado y Ciro ya había abandonado este mundo.

El cuchillo que aún sostenía en mi mano derecha estaba completamente roto, levante mi vista y estaban los hombres atónitos, solté el cuchillo desenfunde mi arma y le apunte al primero.

— jamás deben de morder la mano que les da de comer, porque yo fui su patrón aunque estuviera Ciro — apreté el gatillo y el primer estruendo resonó en la bodega— ¿algo que quieran decirme?.

Solo negaban y sin esperar a que suplicaran, accione el gatillo cinco veces para asegurarme que esos bastardos ya no existieran.

Di la orden que limpiaran y solo salí de la bodega, aborde la camioneta para ir de regreso...

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Ya era muy noche y pensé que nadie estaría despierto a esa hora, pero al entrar vi una esbelta silueta en la sala.

Y ya, era demasiado tarde para quitarme la camisa, conforme se acercaba me di cuenta que era Zazil, me sonrió al verme, a pesar de que mi apariencia podría causar terror.

— ¿qué haces despierta a esta hora?— tocó mi rostro y solo nego— ¿no te doy miedo?.

— no Elián, tú nunca me darías miedo— abrí mis ojos al sentir sus pequeñas manos tocar mi pecho, agarre sus manos para que no lo hiciera, me conocía bastante bien y ella ya era mi debilidad, pero con una simple mirada dulce me desarmo, y comenzó desabotonar mi camisa con total torpeza— no te resistas sabemos que los dos lo queremos.

Trague saliva por su comentario y sus toques, quería resistirme, pero en verdad esto sería imposible, y como la débil persona que soy me deje llevar y terminamos besándonos.

Todo fue tan rápido que ya estábamos en mi habitación, la tenía contra la pared probando su dulce piel y sus exquisitos besos, la apreté contra mi cuerpo para entrar…

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Abrí de golpe mis ojos, estaba más que sudoroso, mi respiración era acelerará y mi herramienta estaba tan despierto como yo por ese sueño tan extrañamente excitante.

Me levanté para darme un baño, lo necesitaba con urgencia, me cambié y alisté, tenía que continuar con el entrenamiento de Zazil, solo que no tendré el valor de mirarla al rostro después de que en mi sueño casi la hago mía.

Baje las escaleras hasta entrar al comedor, donde ya esaban las dos junto a Ramsés y al verme el pequeño se bajo de los brazos de su mamá, y lo vi caminando poco a poco hacia mi.

Sonreí y me puse de cuclillas extendiendo mis brazos para recibirlo— eso es campeón— lo cargue y festeje su gran logro— ese es mi hijo.

Y al escucharme decir esas palabras me quedé en silencio hasta que pase saliva, en verdad no se me ocurría que más decir.

— bueno, la comida se enfriará, así que comamos, comamos— dijo mi hermana intentando cambiar el ambiente.

Comimos en total silencio, terminamos y nuevamente llevé a Zazil a la finca, donde entrenaría y no descansaría hasta saber que su puntería es impecable y su destreza con el manejo de las armas sea envidiable.

Cada día la traía muy temprano y al irnos ya era prácticamente de noche, pero su constancia la llevaria al éxito de todo lo que se proponga.

Así que en menos de una semana daríamos inicio con esto, y el lugar perfecto seriá en la fiesta que ofrece la empresa de Eloy, donde solo serán probaditas para sembrar la incertidumbre en ellos.

Jugaremos con su mente y vaya que disfrutaré verlos alterados tratando de entender que fue lo que vieron.