Alexandra fue engañada creyendo que firmaba un contrato laboral y acabó siendo uno matrimonial.
En tanto que para Christopher la situación también ha sido complicada, ya que como presidente de la empresa familiar, al momento de firmar los papeles para asumir el cargo de manera oficial, dos cláusulas cambiarían su vida para siempre: casarse y ser padre.
Por obligación ambos debieron aceptar la situación; sin embargo, jamás pensaron que la llegada del otro cambiaría muchas cosas para ellos.
¿Podrá el amor surgir con base a un contrato dado por mentiras?
¿Pueden dos personas, con perspectivas de la vida tan distintas, llegar a llevarse bien?
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Capítulo 20 DELIRIOS
Christopher
Estuve con muchas mujeres en nuestra luna de miel, ninguna me puso límites siendo un auténtico desconocido. Es decir, más allá de mi fama y de haber salido en la revista empresarial como un gran y exitoso empresario no sabían nada de mi y aún así pusieron su cuerpo en mis manos. Disfruté cada encuentro y me encargué de su placer también, pero la realidad era que estaba molesto.
Me casé con la única mujer que no cede a mis provocaciones, la única que no responde a mis besos más que por mero compromiso. La única que estoy comenzando a notar que es verdad que no me desea. De haber firmado cualquiera de las mujeres anteriores el engaño lo tomaban mejor y ahora estaría gozando los beneficios del matrimonio.
Un estornudo me saca de mis pensamientos y cuando veo es Alexandra sentada en la cama con un pijama que la cubre toda y con su laptop en su regazo. Solo pasa el día frente a esa pantalla, lo único que la he visto hacer es eso.
-¿Cuánto te falta para acabar la universidad?
-Dos años pero estoy adelantando lo más que puedo para que sea menos que eso
-¿Difícil?
-Bastante pero nada con lo que no pueda sola
-Comtrata alguien si lo necesitas
-No hace falta pero gracias de todos modos
Siguió inmersa en su laptop mientras yo me cambiaba de ropa en la habitación donde ni una sola vez volteó a mirarme, se olvidó de mi existencia.
Por la noche estaba con dolor de cabeza y estornudando de nuevo. Fue a darse una ducha y se acostó tapada hasta la cabeza mientras yo recordé que debía revisar unas cosas de la empresa y me fui al despacho.
Cuando volví a la cama Alexandra estaba envuelta en las mantas y tapada de tal forma que no dejaba un solo cabello a la vista, a luchar para taparme.
Conseguí acostarme y me abrazó con fuerza, eso era algo nuevo pero lo acepté con gusto. Seguro finalmente se había rendido y quería una noche de pasión.
Sentí que su cuerpo estaba caliente y mi deseo se acabó al comprobar que tenía fiebre alta. Solo buscaba calor, golpe tres mil a mi orgullo.
Le di una píldora con dificultad y me dormí mientras me apretaba con brazos y piernas, si estuviera lúcida tendría con que molestarla por tiempo indefinido.
Por la madrugada estaba inquieta, me desperté y no sabía si estaba dormida o despierta porque abría los ojos y los cerraba. Miré su rostro y se veía sonrojada, agitada y con los labios entreabiertos. No pensé demasiado y uní nuestras bocas, gran sorpresa fue que me respondiera con ardiente necesidad y que tuviera los ojos cerrados. Respiración superficial y errática, su cuerpo caliente pegado al mío estaban poniéndome duro hasta que una palabra acabó con todo el ambiente.
-Mmm Samuel mmm- lo había escuchado bien, pensando en ese muerto de hambre, confundiendome con el por una fiebre muy alta
Llamé al médico quien la revisó y tenía un simple resfrío combinado con unas anginas, por eso la fiebre. Maldije mi mala suerte, cuando estaba perdiendo la cordura para hacerla mía todo sale mal.
Le aplicó una inyección y le dije -Ella hace unos momentos hablaba y se comportaba diferente
-Es muy normal en pacientes con cuarenta grados de temperatura que tengan delirios porque no están conscientes
-¿Cuánto tardará en recuperarse?
-Unos pocos días y estará como nueva
El doctor se fue y yo me quedé observandola dormir ahora más tranquila, me metí a la cama y cuando la abracé me empujó y se dió la vuelta.
Todo fue producto de sus delirios por alta temperatura, Estaba seguro de que era apasionada y sensual en la cama y ahora que lo sabía la haría disfrutar como nunca.
Solo espera y verás, gritarás mi nombre, tu mente y tu cuerpo estarán llenos de mi tanto que no podrás imaginar al pobreton ni una sola vez.