¿Qué sentirías al mirar los ojos de un asesino? Vacíos, fríos, sin alma. ¿Qué harías al tenerle frente a tí? ¿Huirías? ¿Esperarías la muerte? ¿Le enfrentarías?
Entonces...
¿Qué sentirías al tener al asesino tras de tí?
Esta es la historia de Levi.
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13.
...Allá en el patio, por la noche, te espera el hombre sin rostro. Si no lo miras no te hará daño, pero si tratas de acercarte, te matará....
Aquella ciudad en la distancia se hacía cada vez más clara, era un alivio tener un atisbo de civilización dentro de todo este caos. La carretera me estaba resultando infinita. Al menos la chica en el asiento trasero seguía durmiendo. Era lo mejor, necesitaba recuperarse de sus heridas, o no iba a estar preparada para todo lo que viene.
Creo que estoy cerca de iniciar una guerra que no creo poder acabar.
9:12 A.M
Desperté en mi cama, con Reno a mi lado. Al verme despertar se echó sobre mí. Me dolía la cabeza. Recordé todo lo que había pasado esa madrugada y muchas preguntas vinieron a mi mente.
¿Cuánto tiempo llevaba Erica haciendo eso? Parecía que Crow llevaba tiempo tras su rastro, pero Erica no dejaba rastro. ¿Era algo fortuito? Merecía saberlo.
Revisé el celular, y tenía un mensaje de Mónica. Por lo visto me había llegado más temprano.
...Levi, hola, ¿Podemos hablar?...
Bueno no contesté en ese momento, sabía que la vería en clases, o eso pensé.
4:00 P.M
Salí de clases, ni rastro de Mónica en ninguna de ellas. Me preocupé.
Supongo que uno nunca piensa que va a pasar lo peor hasta que ocurre, ¿Verdad?
Le envié mensajes, preguntando dónde estaba.
— No amigo, nosotros la vimos ayer cuando estuvimos en Renatta, y de ahí pues, no hemos sabido nada de ella — Dijo Enzo, cuando le pregunté.
4:17 P.M
Recibí un mensaje de Mónica.
...¿Puedes venir a mi casa?...
Respondí afirmativamente y me despedí de los gemelos, no les dije que Mónica me había contestado. Había algo extraño en los gemelos, era como si a veces tomaran una actitud sospechosa. Sea como sea, no confiaba en ellos.
Conduje a casa de Mónica con cierta preocupación encima. Quizás se sentía mal, o con resaca, pero la dejé sola, no sabía qué pudo haber ocurrido.
Llegué a su casa.
4:57 P.M
Toqué la puerta y pasó un rato, digamos 1 minuto. Escuché ruido dentro y cuando iba a volver a tocar, escuché el picaporte abrirse.
Mónica me vió a través de la cadena del seguro, y cerró para volver a abrir.
— Hola Mónica, ¿Estás bien?
— Pasa, rápido.
Esto me preocupó, no entendía qué le había pasado, normalmente ella era una chica tranquila.
Pasé y la pude ver mejor. Tenía ojeras, estaba despeinada y parecía nerviosa. Era extraño, su rostro contrastaba mucho con su pijama, colorida y brillante.
— Oye Mónica... ¿Que ocurre? — Puse la mano en su hombro.
— Es, yo, no entiendo nada.
— Calma... Vamos a sentarnos y así me cuentas.
Asintió con la cabeza y nos sentamos en los sillones de la sala.
Allí estuvo pensando un momento, y luego pasó a contarme.
— Anoche viniste y me dejaste en casa, gracias, por cierto. Estaba algo ebria, pero, luego de que te fuiste, me sentí extraña, no podía dormir. Era como si me estuvieran observando, pero yo vivo sola, así que eso no tenía sentido. Entonces me levanté, fuí a darme una ducha y entonces tocaron a mi puerta. Realmente pensé que serías tú, pero como estaba en la ducha no salí de inmediato. Entonces me dí todo mi tiempo porque dejaron de tocar.
— Ajam... — Empezaba a pensar que todo era una paranoia de Mónica.
— Entonces pensé "Nada, se aburrió de esperar y se fué", no le dí atención. Pero más tarde antes de dormir ese día, por la madrugada, fuí a revisar los seguros de la puerta y me dí cuenta que estaba entreabierta... Levi... ¿Dejaste la puerta abierta cuando saliste?
— ¿Qué? No. Me aseguré bien de cerrarla aunque obviamente no con llave ni nada de eso, porque pues, lo tenías que hacer tú desde dentro.
— Te creo. ¿Sabes por qué? Por esto — Se levantó y tomó un sobre de la mesa — Míralo.
Me entregó el sobre, era completamente negro, tenía una pequeña marca de sello roja, despegada al abrirse. Dentro había una carta y un USB. Tomé la carta y la leí en silencio. De la mitad del papel para abajo, las frases parecían estar desordenadas.
...Bajo la lluvia de la noche espero te encuentres bien....
...Lamento no haberte encontrado en casa, sin embargo mis deseos sinceros eran hallarte cara a cara....
...El propósito de esta misiva es advertirte, sobre lo que se avecina, para que tomes las medidas que creas necesarias....
...Tu destino está sellado, tanto como el sobre que abriste....
La muerte está sobre tí.
^^^Nadie sabe el día ni la hora.^^^
...No la mires a los ojos....
Aleja de tí su respiración.
^^^Salva tu alma.^^^
...Antes de que esta sea arrancada de tí....
Estás en la mira.
^^^No tienes escapatoria.^^^
-13.
Terminé de leer la carta y la ví, tenía las manos tapando su boca y me veía.
— Mónica, esto... ¿Qué es esto?
Mónica se pasó las manos por la frente, se veía notablemente asustada.
— No lo sé, estaba sobre la mesa, justo de donde te la acabo de pasar.
— Pero... Eso no tiene sentido.
— Alguien entró a mi casa y lo dejó allí. ¿Si no fuiste tú entonces quién? ¿Me estás jugando alguna broma pesada? Porque no es gracioso, Levi.
— No, Mónica, te juro que no soy yo — La ví con cierto miedo, esto daba mucho en que pensar — No me gustan este tipo de juegos. Esto para empezar, ni siquiera me parece un juego, y si lo es, es uno muy bien elaborado.
— Ahs... Levi, se metieron, se metieron a mi casa, esa carta tiene una amenaza de muerte, no sé qué pensar de esto. No sé qué creer. Quiero pensar que es una mala broma, pero no conozco a nadie en esta ciudad, a penas me llevo bien contigo y con los vecinos. Mira eso, mira, ni siquiera sé qué significa -13, pero ahí lo dice, ¿son días? — Empezó a caer en desespero.
Sentí empatía por Mónica, la entendía bien, entendía lo que era enfrentarse a esto, ella estaba viviendo algo parecido a lo que me estaba ocurriendo, pero, podía sentir el miedo que tenía.
Me sentí mal por haberla dejado sola ese día, cuando expresamente me pidió que me quedara, aunque fuera por otras razones.
— Oye, Mónica, vamos a ver, piensa, ¿Realmente crees que esto sea en serio?
Me interrumpió.
— Levi, es que ni siquiera me importa tanto la carta, ¡Se metieron a mí casa! Y si tú dices que cerraste la puerta, entonces no estoy segura ni siquiera aquí. No entiendo, no hice nada a nadie, esto no tiene sentido Levi.
— Oye, calma... ¿Y qué hay en el USB?
— No lo he visto, te estaba esperando para ver qué tenía.
La tarde empezó a caer, y Mónica buscó su laptop, para revisar el contenido del USB.
— ¿Ya?
— Sí, ya está.
5:12 P.M
El USB sólo contenía una carpeta, que se titulaba:
Mónica Garden.
