Princesa Dragón Fugitiva.

El zorrito astuto ahora estaba en problemas, tenía dos colas. De alguna manera, robarle la energía a esas humanas le había devuelto la suya.

- parece que debo alimentarme de esos humanos para recuperarme totalmente-, pensó sentado fuera de la habitación de esas sirvientas.

Suibian se quedó pensativo, estaba en un dilema. Tenía que ocultar su cola, y con la energía que tenía en esos momentos su magia no era suficiente para hacerlo. Tenía que pensar en algo, y pronto.

- debería encontrar más humanos para alimentarme. No, no, no puedo hacer eso, si mi padre se entera me castigará con azotes en el trasero-, mentalmente el zorrito reflexionaba, aún sentado en aquel lugar. Suspiró profundamente, y se dio por vencido frente a la situación que lo aquejaba.

Caminó hasta llegar nuevamente a la habitación donde se encontraba Cixi durmiendo, ya acostumbrado, él simplemente se acostó cómodamente al lado de ella. Al día siguiente cuando Cixi se despertó, Suibian seguía dormido. Ella se levantó, y cuando detalló al pequeño zorro se dio cuenta de que había algo distinto, había una cola extra en el zorrito.

- vaya, parece que te está yendo bien. Ya ganaste tu segunda cola. Me alegro por ti zorrito, podrás tener un mejor rango cuando regreses a tu clan-, murmuró Cixi mientras le acariciaba el pelaje a Suibian quien seguía profundamente dormido.

De repente Cixi cambió su expresión, se había dado cuenta de algo. Un zorro con dos colas en ese mundo, ciertamente atraería la atención de todos y eso es algo que realmente no le traerá nada bueno. No lo pensó demasiado y utilizó su magia para poder ocultar una de las colas del pequeño zorro, pero aquello la debilitó bastante y cayó dormida nuevamente.

Más tarde, Suibian se despertó e inmediatamente se fijó en su cola, y ahí solo había uno.

- ¿a dónde fue la otra?-, se preguntó mentalmente mientras movía su hermosa cola. Se dio la vuelta para mirar a su humana, quien extrañamente seguía dormida. La empujó con sus patitas para que se levante y ella no despertaba, él la siguió empujando hasta que Cixi cayó en el suelo, golpeándose el trasero.

El golpe fue lo suficientemente fuerte como para dejar a Cixi muy adolorida y molesta mientras que el zorrito mentalmente se estaba riendo de lo que había hecho. Por afuera, Cixi solo veía el rostro del zorro con muecas raras, pero no había que ser demasiado inteligente como para darse cuenta de que se estaba burlando de ella, y sobre todo que se estaba riendo.

- veremos si te quedan ganas de seguir riendo cuando te dejé sin desayuno-, dijo Cixi levantándose del suelo y Suibian al escuchar eso se apresuró a levantarse y tirar con sus dientes la falda del vestido de Cixi, en reclamo por lo que quería hacer esa humana, dejarlo sin comida.

- ¡Oye! Ya déjame, es el único vestido medio decente que tengo. ¡No la rompas!-, se quejó mientras se agachaba a levantar al zorrito en sus brazos.

Cixi suspiró mientras acariciaba el pelaje blanco del zorro, -mi te preocupes, no te dejaré sin comida. Pero no vuelvas a hacer lo que hiciste está mañana, o me veré obligada a castigarte-, sentenció Cixi mientras se sentaba en la cama con el zorrito en su regazo.

Un momento después, ambos se encontraban comiendo algo sencillo, ya que la magia de Cixi se debilitó demasiado después de usarla para ocultar una de las colas de Suibian. El zorro no se quejó, pensó que verdaderamente estaba siendo castigado y mentalmente se estaba prometiendo no repetir lo que hizo. No le gustaba la idea de quedarse sin comer.

Cixi suspiraba y suspiraba. Recostó su cabeza en la mesa, estaba pensando sobre qué debería hacer para obtener dinero y nada se le ocurría.

- Suibian, necesitamos dinero. ¿Qué debería hacer?-, preguntó dirigiendo la mirada al zorro blanco quien estaba comiendo su pequeña porción de comida. Él levantó la vista para ver la expresión deprimente de Cixi.

- cásate con un hombre rico, humana y dame una buena vida-, pensó para sí el zorrito y siguió comiendo sin prestarle más atención a Cixi.

Cuando ambos seguían así en silencio, se escucha un gran golpe que venía desde afuera, alguien había entrado a la casa rompiendo la puerta.

Era Miyu, la madrastra de Cixi quién había ido a "educar" a su hija. Con ella se encontraban varias doncellas y un par de soldados.

- vaya, pero es la zorra mayor-, comentó Cixi que había llegado al escuchar el ruido.

- aparentemente necesitas que te enseñe una lección, en la casa del gran general no puedes ser irrespetuosa. Cómo madre, debo enseñarle a mi hija para que no deshonre la casa familiar-, dijo Miyu con una sonrisa e hizo una seña con la mano para que agarren a Cixi.

Cixi al ver aquello, dio unos pasos atrás. El zorrito miraba escondido detrás de una puerta. Empezaba a preocuparse por la situación en la que se encontraba su humana.

- esa humana es mi pase a la buena vida hasta recuperarme, no puede pasarle nada-, pensó mientras seguía mirando.

Cixi por su parte, ya se encontraba contra la pared. No tenía otra opción, tenía que pelear. Miró por todos lados y vio un palo semejante a una lanza, corrió a agarrarlo y se posicionó para pelear. Tanto las doncellas como los soldados se fueron de ella al igual que Miyu.

- ¿qué esperan? Agarren a esa maleducada-, volvió a ordenar Miyu. Ella traía un látigo en las manos, había ido con la intención de azotar a la bastarda y dejarla postrada en la cama.

- maleducada será usted y su hija. Parece que no aprenden-, al terminar de decir aquello, Cixi atacó a los dos soldados y los derribó con solo cuatro golpes. Para ella era fácil lidiar con ellos. Cixi no conforme, les dio un par de patadas solo por gusto mientras ellos estaban inconscientes en el suelo.

- patéticos. Y se hacen llamar soldados-, murmuró Cixi y al mismo tiempo desvió la mirada donde se encontraba Miyu.

- hora de lidiar con la zorra mayor-, comentó con una sonrisa sádica Cixi.

Las doncellas al igual que Miyu, no daban crédito a lo que estaban viendo. El zorrito por su parte se sintió aliviado.

- parece que es una buena guerrera, supongo que no debería preocuparme demasiado. Debe ser alguien muy importante en el reino inmortal, y definitivamente mi pase para romper ese compromiso que acordaron mis padres-, reflexionó feliz el zorro blanco.

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Hola a todos. Ha sido un tiempo desde que no actualizo. Les cuento el motivo, fui de viaje con mis padres, y caí enferma. Fui víctima de algo llamado chicungunia, creo que era así el nombre. Regresé hace dos días, ya más recuperada. A partir de ahora actualizaré normalmente, lamento mi ausencia. Pero quiero que sepan que ya regresé y terminaré está novela. Espero que les guste como está yendo.❤️