Dylan Volkova
Sophia sin recordar exactamente lo que ocurrió, se deberá enfrentar al desprecio, la sospecha y el dolor de la familia de su esposo, la cual la cree la responsable de su desaparición y posible muerte.
Sorprendidos porque jamás se enteraron de su boda, y con el corazón destrozado tras lo ocurrido, harán lo posible para descubrir la verdad. Por eso, para mantenerla vigilada, y saber lo que pasó, su cuñado la obligará a estar a su lado, aun cuando sea vivir el mismísimo infierno en la tierna.
¿Qué fue lo que pasó en realidad?
¿De verdad ella tuvo algo que ver con la supuesta muerte de su esposo?
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¿Quién Lo Creería?
El castaño le hirvió la sangre ante la pregunta, era la segunda vez en el mismo día que le preguntaban lo mismo, el hombre se detalló observado su vestuario tal vez por equivocación había puesto algo poco masculino, pero notó que todo estaba en orden.
Sophia fue llamada por Smith a la habitación de su madre, la mujer estaba inconsciente, pero estable, los enfermeros la montaron en la camilla y con todos los implementos la sacaron de la habitación.
"¿En serio ese hombre es tu esposo? Pensé que tu novio era otro hombre" Dijo Dániel.
"Es una larga historia, pero él es mi esposo" Dijo Sophia.
Dylan entró al lugar, entonces Dániel se despidió y se marchó. Sofia tomó una manta color rosa, su favorita y la llevó a su nariz sin notar la presencia de su esposo, ya que se encontraba de espaldas cerca a la camilla.
El castaño se acercó y susurró cerca a su oído "Parece que le gustas al doctor Smith"
Sophia se asustó al sentirlo tan cerca, se volteó y quedaron frente a frente, aunque la estatura del hombre era de aproximadamente 1.90 la pobre chica debía alzar la cabeza para lograr verlo cara a cara "¿Qué haces?"
El grándote la alzó y la montó en la camilla, metiéndose sutilmente entre sus piernas, el vestido que llevaba se subió hasta sus muslos, el castaño quería saber como había escalado un árbol con esa prenda tan reveladora.
"¡Bájame!" Exclamó Sophia mientras sus pies se meneaban inútilmente buscando una base.
"Presta atención a mi altura, sólo un momento" Dijo el a centímetros de su rostro, la camilla estaba bastante alta y ahora el estaba más cerca a su boca.
"¿Porque? ¿Me matarás?" Preguntó Sophia zarandeandose intentando bajar.
El hermoso empresario rodeó la cintura con las manos y la apretó contra él. Sophia se agarró con fuerza de sus hombros y llegó a la fundamentada conclusión de que su cuerpo era magnificamente musculoso.
Sophia se empezó a asustar, el hombre la odiaba porque creía que era una asesina y a esas alturas hasta ella estaba pensando en confesarle el crimen había cometido con tal de que la soltara.
Dylan la sujetó del maxilar con una mano y le echó la cabeza hacia atrás, Sophia mentalmente se preparó para lo peor. Ella creía que en cualquier momento, su enorme mano la estrujaria hasta estrangularla y empezaría a morir.
El hombre empezó a rozar la nariz con la de ella, el aliento golpeaba mutuamente, luego puso un dedo detrás del lóbulo de la oreja y Sophia se estremeció al sentir cómo lo deslizaba.
"Sophi"
El diminutivo de su nombre se disolvió en el aire, sonando tan sexi viniendo del Ruso, eso provocó que la mujer tragara saliva con dificultad.
"¿Mmmmh?" Preguntó Sophia disfrutando del toque.
"No voy a matarte, no seas dramática"
Dylan puso suavemente su boca sobre la de Sophia, ambos se miraron fijamente, Sophia notó que sus ojos tenian un cerco negro azulado.
El juego a Dylan le estaba saliendo caro, queria bromear con ella, pero habia quedado envuelto en su aroma y su mirada, el hombre la miró con una expresión de rencor. Entonces sus dientes apresaron el labio inferior en un leve mordisco.
La piel de la mujer se puso de gallina, su cuerpo se tensó y los dedos de los pies se curvaron dentro de los zapatos deportivos.
Sophia rozó con la lengua su labio y comprobó que lo tenia lastimado, aunque fue una herida leve, suave, sutil, el cerebro de la rubia se turbó inútilmente buscando explicaciones sobre lo que estaba sucediendo.
Dylan se inclinó nuevamente y empezó a mover la boca sobre los labios de la mujer, su calidez inundó a Sophia y entonces se preguntó así misma "¿Dylan... Vol... Volkova... me esta besando?"
Sofhia quedó paralizada durante unos segundos. Por un momento se le olvidó como se besaba, recordó los besos experimentados de Mylan, eran distintos.
El castaño la alzó aún más arriba, sujetándola por la parte posterior del muslo. Sophia soltó un gruñido en protesta por esa fugaz separación de sus bocas "No te detengas" Susurró devolviendole el beso.
La orden que emitió como respuesta hizo que los labios del castaño se curvaran, era la primera vez que Sophia lo sentia reir bajo la presión de sus labios. La rubia se apartó, estupefacta, y en una fracción de segundo su rostro retomó la expresión seria, aunque sofocada.
Dylan estaba a mil, le gustaban las mujeres, pero para él no eran una prioridad, la única que rodeó su mente desde que era un adolescente había sido Luna Phriston y aunque pareciera cruel se casaría con Dasha Tosheva por el simple hecho de formar una familia, pero no la amaba, únicamente sentía un enorme aprecio y agradecimiento por amarlo, pero con Sophia ¿Qué le pasaba con ella? La odiaba tanto, pero tanto que se sentía terriblemente atraído, era como brujería, hechizo, era una atracción que nunca se imaginó sentir ni siquiera por aquella que él juraba amar.
Dylan se acercó a su oído sacándola del trance "Esa es mi respuesta a la pregunta que me hiciste anteriormente"
Sophia volvió en sí y lo empujó "Idiota, solo tenías que decir que no eras gay, no tenías que hacer esto" Dijo limpiando su boca con el dorso de su mano.
"Quería que no tuvieras dudas" Dijo a su defensa.
"No seas tonto ¿Sabes cuantos bisexuales hay en este mundo?" Preguntó Sophia.
"¿Quieres más?" Preguntó el hombre acechándola nuevamente.
La rubia lo detuvo con las manos en su pecho "No, no, no, me quedó claro, hay bisexuales, pero tu eres un mero macho"
"Bien, que te quede claro que esto no cambia para nada lo que siento por ti" Dijo Dylan caminando por los pasillos dirigiéndose a su auto.
"No te preocupes, eso no significó nada, he tenido mejores besos y esos si me quitarían el sueño" Dijo Sophia, estaba harta de sus humillaciones.
"Parecías disfrutarlo cuando me suplicaste que no me detuviera" Dijo Dylan triunfante.
"¿Suplicar yo? A mi defensa por un momento creí que eras otra persona"
La respuesta que le dio Sophia sacó a flote su enojo nuevamente "Bien sea lo que sea eres mi títere, el títere de los Volkova, si tuviera otro hermano te compartiera con él"
"¿Compartir qué? Si no has podido hacerme nada, en eso Mylan te llevaba una buena ventaja" Dijo la mujer tomando un taxi.
"Señor ¿Qué hacemos?" Preguntó Randy.
"Envía a alguien a seguirla, aunque con su madre en la mansión dudo mucho que escape" Dijo Dylan con furia.
¿Quién creería que un hombre a sus 26 años no había tenido relaciones sexuales? Nadie. Por eso cuando la mujer lo comparó con su hermano, seguramente tendría razón, lo más probable es que ella hubiese disfrutado del mejor sexo con su hermano
El temperamento de Dylan era mayor que el de su padre, tenía muchas chicas a su alrededor que querían llevarlo a la cama, pero nunca aprovechó ninguna de esas oportunidades solo por pensar en Luna Phriston, en el fondo a pesar de saber que la pelirroja estaba comprometida, guardaba la esperanza de tenerla en sus brazos. Cuando Luna se casó, sus esperanzas se fueron al piso y entonces optó por enterrarse mucho más en su trabajo y ver por su familia.
Hacían tres años su amiga de infancia Dasha Tosheva había vuelto a Rusia convertida en toda una abogada. Empezó una relación íntima con ella, pero sin títulos, a pesar de la mujer insistir en tener sexo, nunca accedió. Eso no lo hacía un inexperto en el tema, sabía perfectamente como complacer teóricamente a una mujer y esperaba llevarlo a la práctica al casarse con Dasha y así formar una familia. Pero Sophia y su hermano habían cambiado todos sus planes.