Se conocieron una noche, la vida de ella estaba destruida y él no pudo sacarla de su mente. Le ofreció un contrato...
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Capítulo 9
Máximo
Lisa no ha tenido absolutamente nada en ésta vida, noto que además ha sufrido demasiado y no solo por los golpes que son tan visibles, sino por su mirada perdida, fría y sin vida. Me hubiese gustado conocerla antes para verla al menos una vez sonreír.
Recién tiene veinte años, es súper linda sin siquiera una gota de maquillaje, cualquier hombre estaría a sus pies dispuesto a complacerla pero ella no cree en el amor, no desea casarse ni nada de lo que toda mujer planea para su vida.
Las veces que vi un brillo de emoción en sus ojos es a causa de la venganza que llevara a cabo contra mis empleados. Ahora está herida y frágil pero se que cuando sane y comprenda su posición será implacable. No me interesa que alguien me demande en la oficina, pagaría las multas correspondientes con tal de que se quite esa pesada carga de sus hombros
Tengo la habilidad de trabajar y a la vez planear mil cosas, pero para ayudarla hará falta pulir detalles acerca de éste matrimonio. Primero que nada, si me caso en ésta ciudad todos se enterarían en menos de una hora y el país en menos de medio día y eso no la ayudaría a Lisa. Por lo cual pensé en llevarla a viajar, casarnos en algún registro civil de otra ciudad y luego cuando demos a conocer el matrimonio seguramente mí familia preparará una celebración así como también la empresa. En el peor de los casos tendríamos que volver a casarnos en una ceremonia familiar.
Mandé a investigar el ataque de mí futura esposa pero no hay información. No hay nada en las cámaras de seguridad de la calle ni tampoco las más cercanas. Todo indica que ocurrió dentro de la que era su residencia. ¿Habrá sido su madre? ¿Una pareja de esa mujer? No tengo idea pero tarde o temprano me enteraré y esa persona lamentará lo que hizo cada día de su vida.
Pasé el día con ella, por la tarde durmió un momento y debí despertarla
-Lisa es el momento de tu medicina- la toqué en el hombro ligeramente
-Mmmm
-Lisa despierta, debes tomar tu medicina- la sacudí suavemente
-NOOOOO!- gritó completamente asustada y fuera de si al momento que se intentaba incorporar mientras temblaba
-Perdon no quise asustarte, es hora de tu medicina. Quédate acostada, se que tienes dolor pero esto ayudará a qué mejores
-Gracias, lo siento
-Descuida todo está bien
Le di la medicina y salí de la habitación para calmarme. Su reacción es normal en una víctima de maltrato. Prefiero que me mire fríamente o que me ignore pero ver el terror en su mirada y reflejado en su rostro me hace querer entender que sucedió con ella. ¿Fue mí empleado, el que fue su novio? Quizás por eso no cree en el amor
Pedí la cena y subí a la habitación con una bandeja. Ella permanecía despierta aún y con cuidado la ayude a sentar. Comí mientras de reojo la observaba comer y no me explicaba como podía comer tanto. Seguro pasaba muchísimas necesidades.
-¿Donde te gustaría ir de luna de miel?
-Donde tu quieras pero creo que es demasiado caro, podríamos quedarnos aquí
-El dinero no es problema, ¿Hay algún lugar que siempre hayas querido conocer?
-Elige tu, yo no sé
-Por cierto, cuando nuestro matrimonio sea anunciado tendremos que ir para que conozcas a mí familia y quizás mí madre desee planear ella una boda, lo más probable sería que organice una gran fiesta. En la empresa también lo harán pero esperaré que estés lista para anunciarlo y presentarte
-Gracias, pero ¿Tendremos que casarnos de nuevo?
-No lo sé, nunca sé que se le puede ocurrir a mí madre
-Ya lo averiguaremos- bostezó
-Estas cansada, te dejaré dormir. Si me necesitas grita estaré en el cuarto que está junto a éste
-Gracias, buenas noches Máximo
-Buenas noches Lisa
Salí del cuarto y me fui a descansar, fue un día demasiado intenso. Puse la alarma en mí teléfono para darle su medicina, cerré los ojos y me quedé profundamente dormido. Dos de la madrugada, suena la alarma y miro el teléfono sin comprender que hago en un cuarto que no es el mío y por qué me desperté a esa hora. Reaccioné y fui a buscar un vaso de agua, fui a mi cuarto para darle a Lisa su medicación. Ella dormía profundamente pero rápidamente se despertó asustada
-Lisa es hora de tu medicina- se me cerraban los ojos
-¿Qué hora es?
-Las dos, tómala y sigue durmiendo
Ni bien se tomó la medicina me fui al cuarto, me tiré en la cama y me volví a dormir