LO QUE DIGA EL DESTINO

             CRISTINA

Mis hijos son tan maduros, que siendo su madre me admiro por su madurez y desesperación para no preocuparme, pero la vida y las enseñanzas de Darío lo tengo muy presente, no hay enemigo pequeño y más si hay alguien que lo manipula.

Así que me pongo a pensar, un niño no nace siendo malo, ni abusa de sus compañeros, de seguro que hay alguien quien lo inculca que abuse de los que considera débiles.

Así que el encargado de seguridad es Fausto, así que cojo mi celular y marco su número y me contesta.

- Sí, dime hermana en qué te puedo ayudar.

- Hermano, están maltratando a tus ahijados en su nueva escuela y ellos no desean que se metan y desean resolverlos ellos mismos.

- ¡Quien se atrevió a tocar a mis ahijados! - Dice Fausto, muy enojado.

- No lo sé, sé que es un niño que hizo su grupo de abusadores, deseo que me ayudes a poner cámaras de videovigilancia camufladas hasta en los baños, pero claro en zonas que no inflija su privacidad.

También quiero que civiles al personal de dirección y contabilidad, porque sentí su nerviosismo del director cuando mencioné sobre las cámaras de videovigilancia y de hecho pondrá seguro su oficina y demás áreas que puedan ser un peligro para él.

- Muy bien, déjamelo todo a mí, sabes que tengo un contacto dentro de ese centro educativo, me pondré en contacto con él, para qué vigilé a los niños, no te preocupes él me debe muchos favores y pensaría muchas veces traicionarme y saber que le costaría la vida, eso lo haría pensar muchas veces.

- Muy bien Fausto te dejo en tus manos. - Claro, pero cuando se entere Noelia querrá quemar el centro educativo, sabes que adora a sus ahijados.

 - Si, por favor contrata al mejor en defensa personal, deseo que mis hijos sepan defenderse cuando sientan que están en peligro, yo también tomaré esas clases junto a ellos.

- Muy bien, me alegra que desees protegerte.

POR OTRO LADO,

                  DORA

Estoy tan nerviosa, desde que mis nietos me entregaron el mechón de cabello de su madre y acudí a la clínica para hacerme el examen de ADN para saber si soy compatible y si en realidad es mi hija, estoy realmente tan nerviosa.

- Madre tranquilízate, yo de antemano tengo por seguro que es tu hija, el parecido con ella es realmente extraordinario, es como si fueran hermanas.

- Señora Dora Mussolini. - Escucho el llamado de la señorita de informes, siento que mis piernas me tiemblan espere este momento por más de 22 años y hoy pueda que encuentre a mi hija.

- Señora los resultados están listos, aquí tiene. - Me entrega los resultados en mi mano temblorosa, Enrique me ayuda a llegar a la silla, para sentarme, ya que no puedo mantenerme en pie.

- Madre abre el sobre, sal de tus dudas de una buena vez. - Me dice Enrique muy ansioso.

- Por favor Enrique léelo tú, no puedo ni levantar el brazo de tanta ansiedad, por favor hijo ayúdame en eso.

. Muy bien madre. - Me contesta Enrique, coge el sobre y lo habré.

- En la prueba de muestras de cabello de ambos pacientes, se puede evidenciar varias semejanzas y.....

- Por favor hijo me estás matando con esta angustia, ve directo en el resultado final.

- En un 99.99% de compatibilidad de madre e hija, Cristina García es tu hija.

-Mis lágrimas corren a mares, tantos años esperé encontrarla a mi pequeña bebé, pero nunca pude encontrarla, me lanzó sobre Enrique, porque si no fuera por él jamás la hubiera encontrado, ahora tengo nietecitos, gracias Dios mío por regresarme a mi hija.

- Madre ahora tenemos que pensar, como llegaremos a ella, debe de haber sufrido mucho por mucho tiempo, en una oportunidad los niños me contaron que su madre creció en un orfanato de Canadá.

- Lo siento hijo, por lo que te voy a decir Pero tu padre fue un hombre muy cruel, por robar a mi hija y abandonarla en un orfanato, me negó el derecho de criar y ver a mi hija crecer.

- Lo sé, de seguro también lo fue con mi madre, estuve investigando y su muerte fue muy extraña y como ella no tenía familia y yo apenas era un bebé, todo quedó en nada.

- De seguro tu padre, debe estar en el infierno por ser un hombre tan malvado, pero todo lo dejo a Dios, lo que me queda ahora es acercarme a mi hija y ganarme su perdón por ser tan débil con mi padre.

- Si, yo te ayudaré y de hecho tus propios nietos, amo a tu hija más que nadie en este mundo, así que haré todo lo posible para ganarme su amor.

- Ojalá hijo, no sabes que feliz sería, que mis dos hijos formen una familia, aunque suene extraño y muchos lo vean así, ustedes son mis hijos, tú por corazón y crianza y Cristina por ser mi hija de sangre, a ambos los amo mucho.

- Gracias madre, yo te amo mucho como si fueras mi verdadera madre, ahora no sé cómo te llamaría madre o suegra.

- Tú eres y serás mi hijo, así te unas a mi hija, ambos serán mis hijos.

- Así será madre.

MIENTRAS TANTO EN LA ESCUELA

-Miren a quienes tenemos aquí, a los hermanitos zarrapastrosos, muertos de hambre, váyanse de esta escuela, que no son para niños pobres y apestosos.

- Como sabes que somos pobres, acaso sacaste nuestro reporte socioeconómico para que asegures que somos pobres.- Dice Darío con toda la tranquilidad del mundo.

- Eres idiota o te haces, ustedes son unos becados, se supone que están aquí por su inteligencia y no por tener dinero, sino porque ustedes creen que estarían acá, solo por una beca.

- ¡Que sucede acá! - Grita el secretario del director. - Usted que cree, no ve que solo conversamos con estos dos niños. - Dice Alexandro, con gestos de burla.

- Yo no vi que conversaban, pero bueno Ángela y Darío, regresen a su salón de clase y usted Alexandro no quiero verlo nuevamente intimidar a sus compañeros y lo mismo les digo a ustedes quien a diario los veo molestar a sus compañeros.

- Que puedes hacer tú, si solo eres su lambe botas del director, mi mamá paga mucho dinero a esta escuela y esos dos, son solo becados, o sea nuestros padres pagan para que esos dos estudiantes estudien, no somos beneficencia.

- Eres un niño perverso, si así como hablas pusieras más empeño en tus estudios yo pensaría, que serías un gran orador, Pero solo eres un niño que escupes el veneno.

- ¡Eres un miserable! Date por despedido te acusaré con mi madre y ella hará que te despidan. - Dice Alexandro haciendo una rabieta.

- Lo que usted diga patrón. - Dice el secretario y le sonríe a Alexandro y se retira.