Mi Galán De Telenovelas

Al entrar a la casa de seguridad Lucia se recostó sobre el sofá de dos cuerpos y se cubrió con una manta que colgaba sobre respaldo de este.

-No volteo ni una vez… ¿Por qué voltearía? Ya nos habíamos despedido… pero, podría haber volteado. – Los pensamientos le salían de la boca y su mirada estaba fija en un punto del yeso blanco que cubría el cielorraso. Luego pestaño, volviendo su mente al cuarto donde se encontraba ahora y sonriendo se dijo - ¿Quién diría

Lucia que te encontrarías cenando con una celebridad? –  Cerró sus ojos y se quedó dormida.

El despertador del celular se escuchó irritante al dar las 7 de la mañana. Había sido muy corto el descanso. Se estiro para intentar despertarse, abrió los ojos y sonrió. Se encontraba extrañamente muy feliz.

Un rato más tarde llego su relevo y se retiró de allí, no sin antes dar una ojeada a la casona.

(- ¿Qué buscas?) Se preguntó y volvió a sonreír.

 Al llegar a su casa tomo un ligero baño y salió rápidamente rumbo al local.

Más tarde, después de abrir y acomodarse en la oficina tomo el celular y telefoneo a su amiga

-Hola preciosa- contesto Brisa del otro lado

-Buen día- dijo Lucia- ¿Cómo te encuentras hoy?

-Bien ¿Vos? - Con esta pregunta, la empleada de la agencia de seguridad, le dio lugar para que relatara su gran aventura con el famoso Marcos Aragón.

Al finalizar Brisa se encontraba totalmente sorprendida

-Y ahora… ¿Cómo sigue esto? - Quiso saber

- ¿Cómo sigue qué cosa?

-Por Dios Santo muchacha. ¿No me digas que no piensas volver a hablar con él? -

Las palabras de su amiga la sacaron de su fantástico relato. Tenía razón. Y ahora ¿Cómo tendría que actuar?

-No lo sé- Dijo Lucia- No creo que allá sido muy importante para él. Era su cumpleaños, se encontraba solo, cosas que surgen en un momento y que quedan ahí. En realidad, no pienso volver a tener contacto.

- ¿Qué? ¿Estás loca? Saliste con un supermodelo y piensas dejarlo en la nada. - el cuestionamiento de Brisa le provoco mucha gracia a Lucia

-No tuve una salida. Solo cenamos, hablamos un rato de la vida y volví a mi trabajo.

- ¿Eso no es una salida? - pregunto la mujer que se encontraba escuchando del otro lado del celular.

-No, claro que no. Solo fue un instante en común que tuvimos. - Lucia estaba negando algo que parecía evidente.

-Gracias a todos los santos el celular no tiene cable, sino ya me estaría colgando sola- bromeo Brisa- Está bien, suponiendo que aquello no fue una salida y que solo fue un instante. ¿Cómo vas a actuar ahora? Hoy a la noche debes volver a la casona. ¿Iras a verlo?

-No ¿Por qué haría eso? - La voz de Lucia se entrecorto.

La realidad era que no sabía que quería hacer. No le parecía correcto llegarse hasta la casona y golpear la puerta. Tal vez podría caminar “descuidadamente” por el parque y, posiblemente lo encontraría. Pero solo eso se arriesgaría a hacer.

 Al finalizar la conversación con su amiga, salió del local rumbo a la fábrica de uno de sus proveedores. El día estaba muy agradable y, como era medianamente cerca, decidió hacer el recorrido caminando.

Llevaba puesto unos jeans rectos y un suéter liviano. Colgaba de uno de sus hombros un enorme bolso azul tejido al crochet de trapillo, que iba muy bien con las cómodas zapatillas que había elegido, ya que con lo poco que pudo dormido, no era un buen día para andar de tacones. Su cabello lacio estaba suelto y una suave brisa jugaba con él.

Se detuvo por un momento en la vidriera de una casa de ropa de alta costura, su mente se distrajo con un encantador vestido color azul.

De repente, sintió como alguien la tomaba de la mano y le decía

- ¡Corre\, corre!

Su corazón dio un salto y solo por instinto comenzó a correr con aquel individuo.

Al mirar a su lado pudo ver que el desesperado hombre que corría junto a ella era, nada más ni nada menos, que Marcos.

Este miraba hacia atrás mientras seguía repitiendo

- ¡Corre\, corre!

-Pero … ¿Qué es lo que sucede? ¿Por qué corremos? - quiso saber ella.

Al llegar a la esquina y, luego de haber corrido casi una cuadra completa, Marcos se detuvo en seco. Sin soltarla y acomodando su postura, tomo un mechón de cabello de Lucia y se lo llevo detrás de la oreja.

-Buen día. ¿Cómo estás? - le dijo con una tranquilidad avasallante.

-Bien, bien, pero… ¿De quién huías?

- ¿Quién huía? - pregunto el hombre

La respiración de Lucia estaba acelerada y su corazón le golpeaba con una furia desmesurada el pecho.

-Vos… ¿Por qué corrías? ¿De quién huías? - Necesitaba estar al tanto de lo que pasaba, ya que no sabía que esperar. Hasta que, por fin, dejo de mirar a su alrededor y presto atención en la cara de Marcos. Este la observaba con una sonrisa muy grande en su rostro.

-Es un día hermoso para correr y, por lo que percibo, estas muy fuera de estado. – le subrayó.

Lucia no podía entender que pasaba, así que siguió interrogando al hombre.

- ¡Por Dios! ¿Qué tiene que ver eso?… ¿Quién te persigue? ¿Te robaron?

Marcos soltó una carcajada

-Solo te invité a correr, no dije nada mas- respondió

La mujer lo miro con los ojos muy abiertos, estaba confundida, no podía creer lo que estaba oyendo.

(-Esto no puede ser real-) Pensó

- ¿Vos sos así o te dan apagones? – Intento ser suave con sus palabras ya que\, en realidad\, lo que se cruzaba por su mente era millones de veces más ofensivo.

- ¿Apagones? Jajá ¿Qué significa eso? Tu castellano a veces es muy raro. ¿Te has enfadado? - Le pregunto Marcos que seguía riendo

Lucia por un momento aspiro hondo y luego comenzó a reír también.

-Si tu intención es no llamar la atención, deberías comportarte más “normal”- le remarco

-Vamos, tomemos algo. Esta carrera me ha dado sed- Contesto el famoso actor, y tomándola de la mano ingresaron a un bar que estaba cerca.