Matrimonio asegurado. COM es una aplicación para todas esas personas que necesitan un matrimonió bajo contrato.
Anelis es una chica humilde que trabaja en una cafetería y se encuentra en una encrucijada cuando su madre sufre un accidente y debe depender de cuidados intensivos, quedando postrada prácticamente en una cama. Anelis recurre a esta aplicación como última medida para poder ayudar a su madre.
Adonis es un empresario muy conocido por su comunidad, pero su amigo y socio le juega una broma casándolo con una desconocida por medio de una app.
La escusa era el donativo mensual que realizaba para caridad que termino ayudando a una chica con sus problemas económicos.
el trato es simple, matrimonio por dinero, pero será capaz Adonis de fingir un matrimonio feliz cuando descubra que su esposa no es un espantapájaros, como el la llama en la intimidad de su mente o querrá que sea un matrimonio verdadero comenzando con un beso casto.
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capitulo 7.3
Mis pensamientos son interrumpidos cuando unos oficiales llegan e interceptan al médico. Lo que un poco de dinero puede hacer. Lo sacan esposado y veo a mi amigo y socio entrar detrás de los oficiales que salen con el medico esposado.
—Rápido —digo al tenerlo cerca.
—Resulta ser que ese gusano tiene más de una denuncia —dice mi amigo y mi cejo se junta.
—¿Y seguía libre así sin más? —pregunto irónico.
—Al parecer nada tenía peso, pero que el hijo de un reconocido empresario denuncie que el medico se ha propasado con su esposa, tiene mucho más peso —dice y quiero disimular la rabia que pugna por salir de mí, si no hubiera estado en el momento justo. Todo gracias a una aplicación y una broma de quien me acompaña.
—Maldito infeliz —farfullo apretando los dientes. Mi amigo me mira con picardía.
—¿Qué paso? ¿Ya te cautivo el espantapájaros? —preguntó divertido.
—Espero que nos ahorres el dilema de tener que declarar —evado sus preguntas y el rompe a reír recibiendo las malas miradas de las enfermeras.
Y no, nos salvamos de declarar. Luego de hacer el traslado a la clínica familiar, mi madre se encargó de recibir a la madre de mi esposa. Fue todo un logro que no rompa en gritos al recibir a la madre de su nuera y actuara de manera profesional.
—Recuerda mama, la señora Felicia no sabe que su hija está casada conmigo —aclaro por enésima vez—. Ella cree que soy un amigo benevolente.
—Si, sí. Tranquilo que yo me encargo —dice golpeando mi hombro restándole importancia—. Tu ve donde tu esposa y luego tráela ante mí, ya quiero conocerla —dice emocionada y casi puedo ver como sigue escribiendo en su mente una historia de amor.
Salgo del sanatorio para dirigirme a la jefatura donde le están tomando la declaración a mi esposa junto a mi abogado. Llego y luego de que ella sale entro yo hacer mi parte y declarar.
Luego de todo el tiempo perdido en la jefatura llevo a mi “esposa” a la clínica de mi familia, esta tan ansiosa por ver a su madre que parece que en cualquier momento se quedara sin uñas.
—Mi madre está ansiosa por conocerte —digo para romper el ensordecedor silencio.
—¿Tu madre? —pregunta sorprendida.
—Si, es la directora del sanatorio y ella misma se encargará de supervisar a tu madre —aclaro.
—¿Tu madre es Marion Robinson? —pregunta con asombro, asiento—. Guau, admiro su trabajo como neurocirujana.
—Creí haber mencionado que mi madre es neurocirujana —digo dudando.
—Si, lo hiciste, pero no dijiste quien era, es sorprendente —puedo notar un brillo en sus ojos al hablar así de mi madre, me encojo de hombros.
—Espero que esa admiración no nos lleve a nada malo —espeto con desconfianza, ya veo que es una loca admiradora.
—¿Cómo crees? Estaba estudiando enfermería y su trabajo es uno de los que llamo mi atención, quisiera estudiar medicina —declara dejándome anonadado.
—¿Estudias enfermería? —pregunto sorprendido.
—Tuve que dejarlo, pero espero poder retomar mis estudios, ahora que cuento con el dinero —dice con timidez—. Por cierto, gracias.
—¿Por esto? —asiente— no es nada, pero ten en cuenta que todo tiene un precio y como mi esposa deberás actuar como tal.
—Ya me informo tu socio que debo de fingir que somos una pareja feliz que come perdiz —dice con cierto tono de sarcasmo.
—Si bien ese tema sé que lo llevas bien claro, pero también te advierto que no soy un hombre que se va a dormir solo de noche y cuando todo esto explote voy a necesitar que seas mi esposa en ese ámbito también —digo y miro como su cara de asombro la pone roja.
—Me estás diciendo que.... que.... deberé... hacer eso.... eso... contigo.... —dice apenada. No puedo creer que haya vuelto a tartamudear.
—Te prometo que será tan placentero que no te arrepentirás —farfullo sabiendo como mis mujeres disfrutan a mi lado. Su ceja se alza y creo ver una sonrisa.
—Además de arrogante, creído —dice mirando por la ventanilla hacia la calle.
—No dirás lo mismo luego de que te tome —afirmo y veo como se acentúa el carmesí de sus mejillas.
—Eso está por verse —dice con tono serio—, esposo —termina mirando mis ojos y puedo asegurar que hasta un escalofrió me recorrido la columna vertebral. Algo me dice que no será fácil tenerla a mi merced.
¿Debo empezar a tartamudear también?
Muy divertida tu historia, un amor de dos locos
felicidades
continúa escribiendo así