¿Cómo inició? como para terminar de este modo. Frente al Archiduque Maximilian yacía la mujer que creyó muerta.
Aquella dama que todo el mundo creyó muerta. Pero ante la conmoción de todos en aquel banquete Imperial, la voz del principe heredero que no ocultaba su molestia frente a la situación resonó en todo el salón.
«¡¿Cómo te atreves?!»
Él era un hombre que estuvo en la guerra desde hace 15 años, pero lo que los sorprendía no era la cara del principe heredero lleno de un aura asesina, sino el niño pequeño que traía en sus brazos, uno que tenía su mismo cabello blanco.
Y para Maximilian la cara de la dama no era lo que él conocía.
Ella no podía ser Jadella, ella no podría ser su difunta esposa, ella no podía serlo, por qué la Jadella que él conocía... jamás lo miraría con tanto desprecio.
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UNA SEMANA DE TREGUA
Un año después unos nuevos soldados llegaban a las montañas nevadas para continuar con la guerra que ya tenía casi 11 años.
El Capitán Kevin les daba un Tour por el campamento.
«allí se sirve la comida, por allá se entrena, ahí está la enfermería y... estos son sus dormitorios, ¿Alguna pregunta?»
Un recluta levantó la mano muy emocionante.
«¿Si?»
«soldado Harret señor, quisiera saber ¿Cómo es el príncipe heredero? existen numerosas historias sobre como es en el campo de batalla»
«les daré un consejo que seguro los hará vivir más tiempo»
Todos estaban emocionados, pero su cara brillante se esfumó con la continuación que el Capitán daba de forma pálida.
«si quieren vivir tranquilos, mejor ni miren al príncipe. Es un demonio en vida, con sólo un silbido su jauría de lobos mata a decenas de bárbaros y ni que hablar de su resistencia en el campo de batalla, él no es humano»
«...»
«¡Se los digo, mejor no lo provoquen por que ese ser humano no tiene corazón con nadie!» [excepto...]
.
.
.
«Jadella»
Jadella volteó a ver a la entrada de la tienda de campaña y vió entrar a una figura conocida. sonrió con ligereza al verle la cara luego de semanas sin verlo.
«bienvenido de vuelta Eliot, ¿Terminó el conflicto por hoy?»
Eliot sonrió de forma brillante.
«hablé gentilmente~ con el Rey Atlas, nos tomamos una semana de tregua»
«¿De verdad?»
«si»
Eliot se acercó curioso a la mesa de Jadella.
«dejando eso de lado, ¿Qué éstas haciendo?»
«hum, aún me cuesta crear medicina, es difícil medir las cantidades correctas»
«ya veo, te falta un poco de ruda aquí»
Eliot mezcló las plantas y rápidamente tuvo algo cremoso y verde.
«listo, una medicina básica perfecta»
«estuve cerca»
Jadella sintió la caricia de Eliot en su cabeza, lo hacía tanto que se volvió algo a lo que se había acostumbrado.
«lo harás perfecto la próxima vez, ¿Qué tal tu entrenamiento con la espada?, ¿Avanzaste mientras estuve en guerra?»
«¿Por quién me tomas?, te lo aseguro, esta vez podre tocarte»
«¿Quieres comprobarlo ahora?»
«¿Tienes tiempo?»
«por supu-»
«¡Príncipe!»
Interrumpió Kevin y Jadella lo saludó muy amistosa.
«Kevin, ¿Qué te trae aquí?»
«si..., ¿Qué te trae aquí Kevin?»
Kevin sudó frío cuando el príncipe volteó a mirarlo de forma terrorífica, pero sólo el podía verlo ya que Jadella sólo veía la espalda de Eliot.
«b-bueno, se está reportando que las espada y flechas tienen muy baja calidad, se rompen con facilidad»
Kevin era conocido por ser la mano derecha del príncipe heredero, así que a pesar de solo ser Capitán, muchos generales lo trataban como igual.
Fue el primero que conoció Jadella al llegar al campamento y siempre la cuidaba, le hacía recordar un poco a Yair. Pero ahora, Jadella ya no necesitaba ser demasiado protegida, al menos no dentro del enorme campamento.
Eliot estaba de mal humor, aunque claro, Jadella no podía ver su tenebrosa cara.
«otra vez ese problema, los mercantes son un maldito lío o es que acaso los herreros están haciendo mal su trabajo, tendría que bajar otra vez ¿Quieres que haga eso Kevin?»
«¡No!, ¡No!» [la última vez que se fue los bárbaros por poco llegan al campamento, no me voy a confiar de nuevo, además si baja otra vez ¡Tal vez se traiga a otra mujer!]
Lo pensó de más.
[Claro, el príncipe nunca había traído una mujer antes, fue la primera vez. Pensé que la había secuestrado o algo así, el príncipe es capaz]
«Kevin»
Kevin reaccionó ante la voz del príncipe.
«¡Si!»
«¿En que piensas?»
«no, nada señor»
«¿Que tal si yo me encargo de eso?»
Se ofreció Jadella a lo que Eliot la miró preocupado.
«¿Estas segura?, eso significa dejar el campamento»
Jadella le tomó las manos con cariño.
«estuviste a mi lado durante un año, cuidandome a pesar que tenías que pelear, esto es suficiente para desear ayudarte con todo lo que pueda»
«¿Estaría bien si te acompaño?»
«el propósito de que yo vaya es por que tienes que concentrarte en ganar la guerra, deja que yo me encargue de los comerciantes»
Jadella lo dió un beso en la frente y se fue con su espada en mano.
«es hora de mi entrenamiento, te veo luego»
Eliot se volvió desanimado y Kevin ya había visto esa expresión muchas veces, el príncipe siempre lo hacía cada vez que era rechazado por la dama.
«ya confiesese de una vez»
«¡Como si fuera tan fácil!»
«la señorita está soltera y a usted le gusta, ¿Cuál es el problema su alteza?»
Un silencio fue la respuesta, Eliot estaba seguro que le gustaba Jadella, pero lo más probable era que ella no tuviera ese mismo sentimiento.
Después de todo supo por la boca de la propia Jadella la historia de cómo había llegado a amar a Maximilian. No era muy agradable escucharlo, pero lo tolero por ella para ayudarla a desahogarse.
Eliot no sabía bien si Jadella seguía con aquellas heridas en su corazón, tenía miedo de arruinar la relación que tenían, la que se había vuelto sólida en el sólo año que se conocieron.
Pero la guerra también era un problema, siempre estaba luchando al frente y en todo ese año apenas si pudo ver a Jadella en seis ocasiones. Todo ese tiempo ella permaneció en el campamento, mayormente escondida en la tienda de campaña preparada para el príncipe heredero.
***
Jadella entrenaba con una caballero que tenía la expresión demasiado indiferente.
Su práctica terminó al anochecer.
¡CLANCK!
Su maestra le hizo soltar la espada lastimado su muñeca, aunque Jadella no se quejó para nada, ni siquiera emitió un gemido.
«ya has dominado lo básico señorita, no dudo que muy pronto ya no necesitará mi guía»
«muchas gracias Evona»
La caballero Evona, era una hábil usuaria de espada y aunque no era expresiva, solía dar halagos a Jadella de forma sincera.
«estaré de guardia por un mes, así que practicaras sola por ese tiempo»
«si»
«ve a descansar, ya es muy tarde»
Jadella se inclinó con ligereza.
«le deseo la mejor de las suertes en su misión, esperaré su regreso maestra»
Evona se fue y con un suspiro, Jadella levantó su espada. Miró su reflejo en la hoja del arma junto al viento helado al cual se había acostumbrado.
«mírate Jadella...» [¿Alguna vez pensaste que sostendrías una espada?, que aprenderías a usarla]
La guardó en su funda y regresó a la tienda de campamento, ni bien entró vió a Eliot revisando documentos en una mesa llena de comida caliente.
«Eliot»
Él sonrió al verla.
«¿Terminaste?»
«...si»
«justo a tiempo, mandé a traer comida buena, ¿Estás muy cansada?»
«uh..., no, espérame un momento, voy a lavarme las manos»
No demoró mucho y en poco tiempo estuvieron sentados en la mesa en dónde Eliot ofreció:
«escoge lo que más quieras comer»
Jadella levantó una pierna de pollo y lo mordió reconociendo al instante el sabor.
«al príncipe heredero le sale bien todo lo que cocina, sabe delicioso»
Eliot puso su índice en los labios susurrando..
«shh, shh, habíamos quedado en que fingiriamos que fue el cocinero»
«jajajaja»
«siempre te ríes»
Jadella trató de calmarse, pero no lo logró del todo y mantuvo la sonrisa en su rostro.
«lo siento Eliot, pero de verdad creo que es un desperdicio que el mundo no pruebe tu comida»
Eliot quedó embobado y sus manos se movieron para agarrar el cabello rubio de Jadella con añoranza.
«no importa el mundo, me basta con que tú lo disfrutes Jadella»
Jadella por un momento levantó su mano para tomar la mano del peliblanco, sin embargo, se detuvo casi al instante cambiando rápido de tema.
«¿Qué tal si mejor me cuentas como lograste una tregua de una semana con los bárbaros?»
«ah»
«en casi 11 años nunca hubo descanso, ¿Qué hizo nuestro príncipe heredero?»
«no te había visto mucho y estaba preocupado, así que pensé en esta forma para al menos pasar una semana contigo. Quería compensar el tiempo que no estuve a tu lado»
«oh»
«así que ¿Me dejarías estar a tu lado toda esta semana?»