El Amante

Capítulo 13

Nace una esperanza

Eliana

Me quedé en silencio un rato en casa de Raúl. Sentada sobre esa gigantesco sofá, Sintiendo el frío de la soledad que ahora me arropa sin clemencia.

Veo el piso y en silencio, pensando en lo que debo hacer a partir de ahora. Ese hombre no puede seguir viendome la cara de imbécil y seguir con su vida normal como si nada pasara mientras me alejó de Fabio arbitrariamente en aquel entonces y no le importó que yo lo amaba, ahora es momento de devolverle la jugada.

No me importa si ella es mujer que el ama, simplemente no permitiré que sea feliz con ninguna.

Tampoco voy a limitarme a hacer lo que crea que es correcto ante los ojos de los demás. Seré feliz, seré libre y él va a lamentar haber puesto un desliz por encima de la seguridad que tenía en su hogar.

Pensé en aquel encuentro de ellos dos, en ese beso que ella le dio y que al verlos juntos mi corazón se hizo pedazos y volví a romper en llanto

«Debo hacer algo, pero... Ellos no pueden estar juntos, ella no puede robarme lo que es mío y ser feliz como si nada pasara»

Juro que voy a cobrarme todas las que me hicieron, y si de algo estoy segura es que esa mujer va a saber de mi existencia y espero que también se aleje voluntariamente, como lo hizo la mujer del café.

Juan David está confiado de que tiene en casa a una mujer tranquila, una que seria incapaz de salir a investigar lo que sea que él decida hacer afuera. Y gracias a eso es que podré cobrarme las que me ha hecho ese maldito infeliz.

Volví a mi casa, no podía quedarme de brazos cruzados a esperar a que mi vida se solucione por si sola, además, si Juan regresa y no estoy en casa, no podría hablar con él.

Este día no me provocó a hacer nada más que quedarme en mi habitación en silencio y pensar. Reflexionar en lo que debo hacer, si recupero mi vida de antes o asumo que lo perdí todo y vuelvo a empezar de cero yo sola.

Ambas decisiones suenan aterradoras para mi en este momento, porque aunque me cuesta pensar en que ya perdí a Juan David, creo que recuperarlo sería un gravísimo error. Raúl tiene razón, me engañó una vez, si lo dejo pasar seguirá haciéndolo y no dejaré que ese hombre trapee el piso conmigo.

Lloré todo un río y mentalizaba ser fuerte aunque por dentro sabia que estaba rota, ese hombre jugó con mis sentimientos como si no valieran y esto es algo que jamás podré perdonarle.

No podía evitar pensar que sería de mi vida de ahora en adelante, No, no puedo permitir esto.

Son veinticinco años junto a Juan David y es esa mujer quien debe alejarse, no sé desde cuando están juntos, pero él y yo estamos desde que éramos casi unos adolescentes y no debería dejarlo ir...

¿O si?

Me duermo de tanto llorar, pensando en que puedo hacer o que es lo que debo hacer, mejor dicho

A la mañana siguiente me despierto con los ojos un poco hinchados y un dolor de cabeza de los mil demonios, él no volvió a casa.

Cada día está siendo mucho más descarado, antes solía regresar muy tarde, luego de madrugada y ahora... Ahora no llega sino hasta el día siguiente y se va casi de inmediato. ¿Qué pasará luego de todo esto? ¿Se va a mudar con ella?

No, no lo permitiré. No serán felices a costa de mi desgracia.

Aprovecho este repentino arranque de ira que me dio al recordar lo que ocurrió el día anterior y llamó a mi abogado, le pido que redacte los documentos de divorcio y debido a que pude demostrar con evidencias físicas que Juan David me fue infiel aproveché la ocasión para dejarlo sin dinero a ver si esa mujer lo sigue queriendo tanto al saber que ya no cuenta con la misma cantidad de dinero en sus cuentas bancarias.

Estoy segura de que esa jovencita lo quiere soñó por interés..

Luego de pensarlo un par de veces, me arrepiento de haberlo hecho. Pero mi hermana llega justo a tiempo para detenerme, ya que había decidido echar atrás todo este procedimiento.

—Eli hiciste lo correcto, ese infeliz no merece que sufras por él, no puedes revocar el divorcio y no vas a hacerlo —aseguró—. Sabes que no permitiré que seas el hazmerreír de estas personas. Si el se dedicó a humillarte y burlarse de ti es hora de que sufra por imbécil.

—Siento que me estoy muriendo Elsa, este hombre acabó con mi vida y yo sigo pensando en protegerlo.

Lloro con todas mis fuerzas y mi hermana me abraza.

—Eso demuestra que no estás a su nivel. Deja que todo pase, no vuelvas a hablar con el, cambia la chapa de la puerta y no permitas que él vuelva a entrar a tu casa. Me llevaré a Eliot unos días a casa de Elisa, pero debes prometerme que no irás corriendo a buscar a ese hombre.

—Trataré de no hacerlo, pero te lo juro que lo único que quiero ahora mismo es ir a donde sea que él esté y darle una buena bofetada. Es un infeliz. Yo nunca le he fallado, nunca he besado a otro hombre luego de nuestro matrimonio.

Al soltar estas palabras recuerdo el encuentro que tuve hace unos días con Fabio, la culpa se cierne sobre mí, así como el deseo de vengarme de Juan, utilizando a Fabio.

Sacudo mi cabeza tratando de alejarme esos pensamientos turbios, Fabio no merece que yo lo use de esta manera y yo tampoco soy una cualquiera como la nueva mujercita de Juan David.

—Sé cuan vulnerable te sientes, hermana. Pero esto va a pasar y al final agradecerás el haberte alejado de ese hombre. Ya verás. ¿Fuiste al médico? Me aterra la idea que ese hombre pueda contagiarte algo.

—Fui ayer, todo está bien, tranquila —respondo y Elsa me abraza—.

—Todo estará bien. Me llevaré a Eliot, Elisa nos está esperando en el aeropuerto.

Ellos se marchan y yo me quedo en mi cama. Llorando como una imbécil hasta que se hizo muy tarde y me quedé dormida.

...

Amanece y no termino de recibir sorpresas... Resulta que esta imprudencia mía fue tan grande que rápidamente la noticia de mi divorcio se esparce en el trabajo de Juan David y llega a los oídos de su jefe y este no duda un segundo en llamarme.

Escucho sonar mi celular a lo lejos, lo tomo y contesto esa llamada casi con los ojos cerrados, ni siquiera pude percatarme de quien se trataba. Apenas vi que era un número que no registraba en mis contactos. Pensé en ella. En la mujer del café y contesté sin pensarlo tanto.

📲—Hola —hablo en medio de bostezos—.

📱 —Buen día Eliana, lo siento por tomarme el atrevimiento de llamarte a tu celular, debo admitir que no se me hizo nada fácil conseguir tu número personal —sonríe—. Quisiera saber como te encuentras y si puedo ayudarte en algo. Hoy sin querer me topé con la penosa noticia de que quieres divorciarte de tu esposo. ¿Cómo te sientes respecto a eso?

📲—Fabio yo... La verdad, no se que decirte, gracias por estar tan pendiente de mi, pero la verdad es que esto fue algo que hice como por impulso, yo... Ni siquiera estoy segura de que quiero hacerlo —rompo en llantos— Lo siento, no me siento bien ahora, lo del divorcio tengo que pensarlo muy bien antes de seguir con todo este proceso.

📱—No, no lo hagas, te lo ruego —me interrumpe—. No pienses en darle segundas oportunidades ahora por favor. Vi esas fotos que enviaste como evidencias para la demanda, te pido que no sigas dudando más y te alejes de él. Por favor.

Fabio me suplica y su voz hace que mi corazón se acelere en un instante.

📲—Otro día hablamos Fabio. Lo siento. Ahora mismo debo encontrar la manera de evitar que esos rumores sigan esparciéndose en la oficina de Juan o será mucho más perjudicial para mí, no quisiera ponerlo en sobre aviso.

📱—Nadie más sabe al respecto, solo tu abogado y yo. Y sí, lo obligué a hablar, por favor despreocúpate y sigue con todo esto. Te ayudaré a que ese hombre no se acerque más a ti, lo prometo, sabes que siempre puedes contar conmigo.

📲—Gracias, pero no quiero seguir hablando al respecto.

📱—¿Puedo verte? Muero de ganas de verte ahora mismo —me dice haciendo que mis nervios se alteren.

📲—¿Cómo que quieres verme? —pregunto sorprendida— Ahorita no puedo, me acabas de despertar con la llamada, además no tengo ánimos de salir de casa hoy.

📱—No importa, no necesitas salir por que estoy afuera de tu casa, ¿Me dejas pasar? —insiste con un tono de voz muy meloso y un poco seductor—.

📲—¿Qué? ¿Qué haces tú aquí? —pregunté aterrada mientras me levanté de la cama casi corriendo y me asomé al balcón, en efecto el vehículo de ese hombre está estacionado frente a mi casa y no hallo que hacer. Estoy temblando como una gelatina y siento que mi corazón se me va a salir por la boca—. ¿Qué pasa si Juan David llega y te ve aquí? No, mejor vete y hablamos otro día.

📱—Sí eso pasa, que estoy seguro de que no sucederá, fingiré que vine a buscarlo a él, pero por favor, déjame pasar. Quiero hablar contigo un rato, necesito verte y cerciorarme de que estés bien.

📲—Estoy bien, ¿mi palabra no cuenta?

📱—Claro que tu palabra cuenta, mi reina, pero ya estoy aquí y sería una pena que haya conducido casi una hora para que tu no me dejaras pasar a verte. Eres cruel, Dios te castigará si no me dejas pasar.

«Presiento que trata de manipularme con sus palabras, pero en realidad pienso en que fue un buen acto de su parte llegar hasta aquí solo para saber cuan afectada estoy con todo esto, se preocupó por mi y sería una maldad de mi parte no dejarlo pasar »

📲—Está bien, le diré a la muchacha de servicio que te deje pasar, mientras me arreglo. Espera un poco ¿Sí? Y te irás rápido, claro.

📱—Está bien, preciosa. Haré lo que tú digas.

«"Por ti estoy dispuesto a esperar el tiempo que quieras"»

Soltó aquel hombre con una sonrisa en su rostro luego de terminar esa llamada.

Mientras Eliana se arreglaba. Fabio aprovechó para dejar unos dulces para ella, un ramo de flores y algunos detalles para su hijo que mandó a subir a su habitación con la muchacha del servicio.

Luego se sentó en el sillón del recibidor. Impaciente por volver a verla, deseando tanto estar cerca de ella y besarla. Llevarla a vivir lejos de ese hombre y hacer que olvide todo lo que ha pasado por su culpa.

La idea de ir despacio le molestaba, siendo un hombre tan impaciente solo pensaba en raptarla, llevársela lejos, donde Juan David no la encuentre jamás. Justo como él lo hizo hace algunos años.