La Venganza De Un Marido.

_ No hay modo fácil de hacer las cosas, y quizás sea doloroso. Pero ha llegado el momento de que utilices tu ingenio, tu valentía y osadía, y te conviertas en una mujer fuerte y luchadora_ Continuó su tía Katherine_ Casandra, el no casarte con James Jones es la verdadera razón por la que no quieres volver a casa?_ La joven se sobresalto_ Monique me hablo de tu interés por el señor James Jones, desde mucho antes de que empezara todo este embrollo.

Casandra dejó escapar un gemido de sorpresa. y se sentío frustrada.

_ Que te dijo Monique tía Katherine? Como pudo hacer tal cosa_ la joven se sentía mortificada.

_ Casandra, cariño, no hay nada malo en que una joven se enamore de un apuesto hombre, aunque sea mayor que ella, o de distinta clase social. Todas las chicas sueñan con su príncipe azul. Pero es tan irónico que lleves tanto tiempo queriéndolo, enamorada en silencio, desde lejos, y que ahora que el quiere casarse contigo seas tú precisamente la que este huyendo de él.

_ Tía Katherine por favor¡_ exclamó la joven_ Que joven sueña que su príncipe azul la drogue y la viole_ dijo Csandra amargamente.

_ Eres una chica inteligente Casandra, tu misma dices que no recuerdas nada de lo que pasó esa noche, y él dice que tu lo alentaste, que en ningún momento te forzó, ni te dió ninguna droga. Entonces eso a mi parecer los deja a ambos en un punto muerto. Lo que yo veo aquí, es una terrible confunsion. Y escapando no resolveras nada_ le dijo Katherine firmemente.

_ No estoy lista aún tía Katherine_ dijo Casandra con voz trémula.

_ Y no lo estaras nunca, si sigues escondida como un conejito asustado. Debes afrontar las dificultades de la vida de frente Casandra, que clase de mujer esperas convertirte si en el primer obstáculo que se te cruce en el camino, huyes. A veces solo necesitamos dar un salto de fe_ le espeto Katherine.

La joven no respondió nada. Pero en su interior sabía que su tía Katherine una vez más tenía razón.

Una esbelta y frágil belleza en un vestido rojo, piel transparente, melena de vibrantes cabellos rojizos en tono fuego, y ojos grises bajo una mascara de seducción. Voz débil y profunda, lo suficientemente profunda como para llamar la atención, pero mas dulce que la miel…

Esa era la imagen que lo perseguía dia y noche sin parar. Ninguna mujer lo había descontrolado así. Ninguna habia pretendido de él simplemente una aventura de una noche, todas siempre habían querido de él un anillo y una propuesta.

Pero Casandra le había provocado un profundo desconcierto, sin embargo el ardor de ella entre sus brazos pareció contradecir aquellas palabras… hasta que comprendió a la mañana siguiente que su ardiente amante, era una cinica mentirosa.

Los recuerdos de aquella noche desastrosa en el baile de máscaras lo perseguían, seguían corroyéndolo por dentro como una herida abierta llena de sal.

James Jones observó el expediente cerrado y etiquetado con el nombre de Casandra Howell sobre su escritorio. Se resistió a abrirlo apresuradamente con la impaciencia de un adolescente ansioso, y espero con la autodisciplina que lo caracterizaba como un reputado hombre de negocios. Llevaba esperando lo que parecía para él mucho tiempo aquel momento, podía esperar un poco mas.

_ Donde la has encontrado? Estas seguro que sigue allí?_ preguntó calmadamente.

Walton Henderson estaba orgulloso de su investigación, aunque le había perdido la pista en una ocasión, Casandra Howell era una chica escurridiza. Asi que le dió cada detalle a su cliente, quien lo escuchaba con atención.

_ Ahora mismo esta en Birmingham. Inglaterra, se encuentra alojada en la casa de un pariente, una tía de nombre Katherine Hughenden, una respetada viuda. Ahora mismo tengo un contacto cerca para no perderle la pista_ dijo Walton arrogantemente.

_ Estas completamente seguro?_ inquirió James suspirando y abriendo la carpeta finalmente para examinar la fotografía de la joven.

James frunció el ceño y su mandibula se tensó como el granito. Walton se le quedo mirando, impaciente. La chica de la fotografía llevaba unos jeans rasgados, una chaqueta amarilla para protegerse de la lluvia, y tenia la mirada perdida en algún punto de la verde pradera.

_ Se ha cortado el cabello…_ dijo James_ Lo hiciste con discreción como te indique?_ le espetó al hombre.

_ Si señor Jones, la chica no sabe que esta siendo vigilada_ respondió walton en tono triunfante.

_ Buen trabajo_ dijo James tendiéndole la mano_ Ahora tengo otro tabajo para usted_ le indico james al hombre_ Está demás decirle que todo bajo estricta discreción.

James Jones se quedo solo en su oficina mirando la fotografía de Casandra, reparando en cada detalle del rostro de la chica, tratando de mantenerse imperturbable, pero era imposible.

De modo que ella pretendía seguir huyendo, vagando sin rumbo, sin ninguna intención de darle la cara, ni tratar de justificarse por su modo de proceder tan infantil e inmaduro, aquello no era sino otra injuria mas. Fuera lo que fuera lo que ella valorará más en su vida se lo arrebataría. Le enseñaría lo que significaba sentirse engañado, burlado y humillado, le haría exactamente lo mismo que le había hecho ella.

Tomó su móvil y marco un número desde la agenda de su teléfono.

_ Señor Fielding, tenga listo el jet privado iremos a Inglaterra está misma tarde_ dijo y guardo el móvil.

Luego sosteniendo la fotografía de Casandra en las manos dijo_ Te tengo_ y una mueca malisiosa se le dibujó en el rostro_ Pronto te tendré frente a frente Casandra Howell, pronto conocerás al James Jones que muchos temen.

Recogió la carpeta del escritorio y la guardo en la gaveta donde había metido el diario de la chica y la cerró con llave. fue al mueble de bebidas y se sirvió una copa de brandy, la cual bebió de un solo trago, y se dirigió hacia la puerta, al salir de la oficina le dijo a su secretaria que se tomaría unos días y que cancelara todas la juntas que tenía para ese día.

_ Estaré desconectado por unos días, si mis padres llaman, le dices que tuve que viajar a Londres.

Luego salió sin esperar respuesta de su secretaria quien lo miraba atónita, pues era la primera vez que su jefe cancelaba sus citas y se retiraba de la oficina tan temprano.