Rowellin sólo quería una familia, un hogar propio y un esposo amoroso, pero, en lugar de eso, se encontró con demonio, el mismísimo diablo llamado; Artemis Winchester.
Atención, esa historia es moralmente cuestionable, no apto para sensibles. Rowellin es la hija de Kendric Maynard (Historia de "Ya no te amo").
NovelToon tiene autorización de Nix Agriche para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 11
Luego de lo que ocurrió en el hotel, regresamos a la mansión Winchester. Me bajé unas cuadras antes, para que nadie sospechara que el señor Artemis y yo habíamos estado juntos.
Con respecto al vestido y los zapados, le pedí que los guardada para mí, no quería Nana o Buford lo vieran, porque se lo dirían a la señora Malenka. Tampoco sabría cómo explicarle a Chris de dónde saqué tales cosas.
El collar me lo quedé, prometí nunca quitarmelo, y yo siempre cumplo mis promesas. Volví a ponerme mí uniforme de sirvienta, el collar estaba oculto bajo mí ropa, así que estaba tranquila. Pero, también me sentía decepcionada, porque al volver a ponerme mí ropa de trabajo, la magia se acabó. Por un momento me sentí Cenicienta, cuando baila con el príncipe, ahora soy, simplemente, una sirvienta de nuevo.
Fuí a mí habitación, en donde Chris continuaba durmiendo. Tomé su temperatura y, afortunadamente, la fiebre había bajado, pero continuaba con vómitos.
Dios, no soporto esto, si no se mejora, lo van a echar. Y si lo echan a él, me iré también porque no pienso quedarme en éste lugar sin Chris.
«Nadie va a echarte, Rowellin...»
Las palabras del señor Winchester resuenan en mí mente, y me hace sonreír como una tonta. No debería sentir mariposas, ya que él es un hombre casado. Pero ya admitió que no ama a la señora Malenka, así que no hay problemas en que me meta con él, ¿Verdad?
Ya no quiero ser pobre, tampoco quiero trabajar en un lugar en donde me denigran día a día, él prometió darme muchas cosas si aceptaba salir con él, quise aceptar al instante, pero tenía que pensarlo bien, no puedo simplemente tirarme de cabeza por un hombre casado, quien casualmente es conocido por ser un demonio.
Al día siguiente, comencé a hacer mí rutina normal. Le preparé el baño a la señora Malenka, su ropa, zapatos, el desayuno, ¡Todo! Estaba apunto de ir a atender a Chris cuando la escuché hablarme.
—¿Ese mocoso aún no se mejora? –Me detuve al instante y mí sangre comenzó a hervir, una cosa es que me hable mal a mí, pero no voy a permitir que se dirija de ese modo a Christian–.
—¿Perdón? –Fingí no saber de quién estaba hablando, ella conocía bien su nombre, ¿Por qué no podía actuar como una maldita persona normal?–. ¿A quién se refiere, señora? –sonreí falsamente, pero en mis pensamientos quería matarla–.
—Ya sabes, el mocoso que vino contigo –repitió, mientras bebía un sorbo del café que le preparé–. Nana me dijo que está enfermo.
—Sí, está enfermo, espero que pronto se mejore –Ya no quería seguir escuchando sus estupideces, así que me media vuelta, intentando salir de allí lo más rápido posible–.
—Sí, más le vale que se mejore pronto, porque si no lo hace, lo echaré a la calle.
Esa maldita bruja anda toda altanera por la vida, si supiera que su esposo está detrás de mí, su fachada de perra arrogante se le caería al instante.
Fuí de regreso a la habitación, Christian seguía en cama, ya me estaba hartando verlo en éste estado, por su culpa tenía más trabajo, ya que lo había empezado a cubrir en el jardín, ¡Pero yo no sé nada de jardinería!
—¡Ya mejorate, maldito imbécil! ¡La bruja me respira en la nuca, estoy agotada, yo también necesito descansar y no puedo hacerlo ahora que estás en este estado!
Sabía que decirle esas cosas era en vano, él no pidió enfermarse y tampoco le gusta tardar tanto tiempo en recuperarse, pero aún así sentía mucha frustración con nuestra situación actual. Lo llevaré al doctor, para que lo revisen y me confirmen que se trata de un maldito resfriado y nada más.
Afortunadamente, Chris podía caminar un poco, sólo que estaba tan débil que se tambaleaba para todas partes. Lo saqué de la mansión y el señor Buford nos vió, solicitó al chófer de la casa, Leonard, que nos llevara al hospital y este accedió. Dios, me sentí agradecida, porque sabía que nunca podríamos llegar si tuviera que arrastrar a Chris hasta el centro de salud.
Llegamos y lo llevé dónde un médico que conoce Nana, afortunadamente, éste hombre lo revisó, lo pusieron en atención por 48 horas, en todo ese tiempo no fui a la mansión, no podía dejar solo a Chris. Luego de las 48 horas, el doctor se acercó a mí.
—Ésto no se trataba de un resfriado como usted creía, señorita. El niño Chris es alérgico a las rosas, ¿Ha estado en contacto con alguna recientemente?
No podía creer lo que escuchaba, ¿Se trataba de una reacción alérgica? Dios mio, él pudo haber muerto.
—Sí, si... Él es jardinero, siempre está en constante contacto con flores de ese tipo –Expliqué, tratando de calmar la ansiedad que comenzaba a formarse en mí interior, si Chris es alérgico, lo despedirán. Si lo despiden, vivirá en la calle y, lo que es peor, estará lejos de mí–.
El médico me observó con seriedad, sabía lo que significaba esa mirada, estaba diciéndome que Chris no podría volver a trabajar de ese modo.
—Si el niño vuelve a estar expuesto a otra flor, su alergia empeorará y, muy posiblemente, morirá.
Ya lo sabía, ¿Pero qué diablos se supone que vamos a hacer ahora? No podemos vivir sin trabajar, y en la mansión no existen otros puestos para un chico como Chris.
Solté un largo suspiro y asentí.
—¿Puedo verlo?
—No, ahora mismo está descansando. Puedes venir mañana, ve a casa a descansar también, has estado despierta durante dos días seguidos y no es bueno para una niña.
—Sobre el dinero, yo...
—No te preocupes, Nana es mí tía, ya lo he arreglado con ella.
Suspiré aliviada y salí del hospital, tenía muchas dudas sobre qué pasaría cuando llegara a la mansión, y más aún sobre nuestro futuro. Ahora todo estaba arruinado, claro que no quiero que mí amigo muera, y tampoco pretendo dejarlo solo, pero encontrar un trabajo hoy en día es tan difícil. Dios, no sé qué hacer.
Gracias a q la despediste ,fue q se decidió handar con tu esposo!!
Ella no gusta de Rowellin