En un mundo medieval sumido en la oscuridad, Carter, un hombre joven de 27 años que había aceptado su muerte solitaria a causa de un cáncer, se encuentra resucitado en un bosque desconocido. Conserva sus recuerdos del pasado y un error en su curiosidad le hace ser rescatado por unos hermanos de un pueblo cercano.
A medida que busca respuestas sobre su resurrección, Carter descubre que la humanidad lucha por sobrevivir contra criaturas terroríficas y que la magia es su única esperanza. Sin embargo, su búsqueda de propósito se convierte en una lucha con múltiples emociones ante sucesos inesperados y múltiples traiciones.
Con cada paso, Carter se sumerge en un abismo de violencia y venganza, cuestionando su propio destino y el futuro que le espera. ¿Podrá encontrar una razón de por qué fue traído a un mundo que parece estar al borde del colapso?
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Derrotado
Carter se incorporó después de que Rala lo haya devuelto de aquel sueño. Era algo tarde, el sol se iba ocultando, pero aún así aprovecharon el tiempo para entrenar. Rala le indico diversas posiciones para meditar, si lo conseguía de forma adecuada, dormiría profundamente y podía acceder a su "reino de sueños" como le dijo Rala a aquel lugar. Supervisado por Rala, de igual forma, fue obligado a comprobar su estado físico ejercitándose con múltiples ejercicios. Su rendimiento físico era miserable y su capacidad para concentración era mucho peor; con ello, Rala le indico que debía prepararse así por un tiempo indeterminado hasta que lograra acceder al "Reino de sueños". <
Carter estaba más que decidido, al final de cuenta su mentira sobre su amnesia le había traído aquí y pensó que después en un futuro no sería necesario seguir con ella.
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Carter regresaba a casa de Lia y Brand como de costumbre. Pensaba con ansiedad en como todo había cambiado tan rápido desde que llegó al mundo. Considerar que solo en cuatro días todo era tan caótico y apresurado. Observo por la izquierda y a la distancia a los últimos hombres de Samantha trabajando en la construcción antes de bajar el muro de considerable tamaño e ir a sus carpas. La noche parecía bastante oscura y suspiro con entereza antes de tocar la puerta.
—Ah, Carter, bienvenido—decía Brand después de abrir la puerta—. Lia preparó la cena, yo ya he comido, pero puedes acompañarla a ella, ya he comido—termino, mientras Carter entraba a casa completamente cansado.
—Me gustaría darme un baño después de ti Brand.
—No hay problema con eso amigo, ¿que tal el entrenamiento? ¿Difícil?—preguntó.
—Ah, bastante. Fue demasiada información, pero supongo que no importa mientras lo intente.
—Eso está bien Carter, tenemos esperanzas en tí—dijo dando unas palmadas en la espalda de Carter y riendo antes de ir directo al baño.
Carter entro en la cocina y vio a Lia.
—Oh, aquí estás. Toma—dijo, estirándole un plato de comida—. ¿Qué tal el entrenamiento, Carter?
—Severo... Orbes aquello, algo de movimientos para meditar, una escuela de magia, colores...
—Basta, entiendo. No necesitas ponerte ansioso—dijo, y sonrió. Carter tomo el plato.
—Gracias Lia—dijo sentándose a la mesa.
—No es nada, de todos modos, somos pacientes con la esperanza de nuestro pueblo. Al menos así te llama Samantha—terminó y soltó una pequeña risa—. Aunque mira que ponerse así por un entrenamiento que es básico para niños...—dijo mirando a Carter de forma pícara.
Carter se enfureció un poco y se levantó para darle un golpecito en la cabeza, pero Lia corrió y ambos parecían estar jugando. Gritaba "ayuda" de forma infantil y riendo. Parece que ambos estaban empezando a forjar lazos.
—¡Lo dices como si tú fueras capaz de usar magia!—vocifero.
Lia se detuvo de golpe y Carter también antes de chocar sus cuerpos.
—Ah, pues...—comenzó Lia—Sí que puedo. Mira—dijo y se acercó a la repisa, abrió uno de los cajones y saco un cuchillo. Antes de que Carter pudiera hacer algo en su asombro, Lia se había hecho ya una herida profunda en el dedo.
—¿¡Que carajos te pasa!? ¿¡Acaso estás mal de la cabeza!?—gritó y tomo a Lia de la muñeca.
Antes de que Carter pudiera decirle algo más, Lia coloco su otra mano sobre su herida y una ligera luz verdosa emanó. A los pocos segundos Lia retiró su mano y la herida había desaparecido. Carter quedó atónito.
—¿Lo ves? Sí que puedo—dijo y sonrió con alegría mirando a Carter.
Carter mantenía los ojos bien abiertos y sin decir palabra.
—Oye... Carter... ¿Podrías soltarme?
—Ah, si, si, lo siento...—dijo Carter y la soltó.
Ambos se sintieron incómodos, pero finalmente se sentaron a la mesa después de que Lia se sirviera y comieron en silencio hasta que Brand salió del baño.
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Carter estaba sentado ya en su habitación secando su cuerpo. Dejo la toalla a un lado de su cama y se dejó caer, respiro profundamente y suspiro sin darse cuenta de que estaba cayendo dormido completamente desnudo.
Sus últimos pensamientos mientras se cambiaba era sobre lo increíble que fue ver a una persona, y en especial a una adolescente como Lia, usando magia.
