La historia de una chica llamada Sol quién conoce a su amor a través de los sueños y viajes a través del tiempo, una historia que te hará suspirar de amor en cada capítulo donde la fantasía y la realidad van más allá de tu imaginación.
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Trabajando con Dyen Zu
Al llegar a casa después del brindis sentía una especie de decepción por Dyen Zu, como podía ser tan grosero el hombre con el que tanto había soñado, la verdad las palabras que había dicho unas horas atrás me habían causado mucho dolor.
Me acosté pensando en él y todo lo que en este poco tiempo ya habíamos vivido hasta caer en un profundo sueño. Soñé con él después de varias noches sin hacerlo, y ha diferencia de los sueños anteriores dónde solo aparecía de noche, el apreció junto a mi en una tarde soleada sentados a la orilla del mar mientras esperábamos el atardecer, reíamos sin dejar de mirarnos ni un solo segundo como sí solo por estar ahí en aquel maravilloso lugar fuéramos los seres más felices del planeta.
Ya estaba ocultándose el sol, y él tomándome de las manos con la mirada más tierna, la sonrisa más dulce que jamás había visto de su rostro se acercó a mi y me dió un beso que hizo que mi cuerpo se estremeciera, fué como si el sonido de las olas, el canto de las aves y el cálido clima se hubieran puesto de acuerdo para acompañar aquel tan esperado beso. Podría decir que lo sentí tan real.
Cuando desperté me sentí sonrojada y aún estaba recordando el sueño que tantas noches atrás había esperado. En ese momento hasta olvidé que estaba molesta con él, llegué hasta imaginar como sería un beso con el hombre de mis sueños solo estaba deseando que se volviera realidad.
Hoy era mi primer día trabajando con Dyen Zu, pero antes de llegar a su empresa tenía que buscar algunos documentos en mi oficina. Al llegar a la empresa fui directamente hacía mí escritorio en busca de los papeles y en unas de las gavetas encontré un llavero algo inusual, era el dibujo o caricatura del rostro de un hombre y extrañamente me daba la impresión que se parecía al rostro de Dyen Zu lo mire detenidamente y lo volví a colocar otra vez en el mismo lugar porque estaba apurada, ya iba algo retardada a mi primer día de trabajo en la empresa del presidente Zu.
Ya en camino me encontraba algo nerviosa de encontrarme a Dyen Zu, porque la noche anterior había intercambiado algunas palabras con el incluida una abofeteada, la verdad no habíamos quedado en los mejores términos sin contar que el sueño que tuve con él no podía sacarlo de mi mente. Solo recordaba aquel hermoso beso y me sonrojaba cada vez que me acordaba de ello, como lo iba a mirar a la cara ya no sabía si estaba molesta, apenada o felíz.
Al llegar a la empresa la secretaria de Dyen Zu, me dirigió a mi nueva oficina mientras se cumplía el famoso contrato. Ya acomodando mis cosas en el escritorio que me habían asignado llega aquel hombre al que tenía miedo de ver.
__Dyen Zu; Bienvenida productora Sol. (Con una cara apenada, y me miraba con ganas de decir algo más)
__Sol; Gracias presidente Zu
A lo que salió la secretaría, se acercó más.
__Dyen Zu; productora Sol, le pido disculpas por lo que sucedió anoche, y le aseguro que eso nunca más volverá a pasar.
__Sol; Está bien presidente Zu, acepto sus disculpas. Y me parece perfecto que lo sucedido no vuelva a pasar. Aprovecho también para disculparme con usted por la abofeteada.
__Dyen Zu; tranquila no tiene por qué disculparse reconozco que todo lo que pasó fué por mi error.
Después de esa pequeña charla salió de la oficina, no lo volví a ver durante las horas laborales. Hasta que ya estaba de salida, dónde ofreció llevarme a casa pero me negué porque todavía no dejaba de pensar en aquel sueño, me despedí y emprendí mi regreso a casa.
Antes de llegar a casa paseé por el mirador dónde me gustaba ir a mirar las luces de la ciudad. Estando allá pensando en todo lo que le estaba sucediendo a mi vida empecé de repente a sentir otra vez aquel mareo que había ocurrido anteriormente en mi primera reunión con Dyen Zu.
No pude resistir más mi cuerpo y me desmayé.