Adiós Para Siempre Amor Mío!

...Mi TÍA ARANZA ALAUE

...

Luego de más de doce horas de vuelo, finalmente aterrizamos en la hermosa Beirut, capital de El Líbano. Agradezco a la tripulación y a los diplomáticos su cortesía y compañía. Algunos me dan sus tarjetas con su identificación y números de teléfono por si llegara necesitar de ellos.

Desciendo respirando el agradable aroma a cedros que se percibe en el ambiente. Un cálido viento me termina de despeinar jajajajaja. Debo estar horrible, sin bañarme, todavía huelo a Christian. Veo varios carros y algunos hombres, entre los que se destaca un joven que viene hacia mi con una espléndida sonrisa, - Dayana ALAUE?

Sí, soy yo. Tú eres Elí ALAUE?

-Si querida prima. Seas bienvenida, las estrellas están felices porque tú has venido a morar entre nosotros hermosa mujer.

Elí me abraza y besa mi mejilla y me dice que vaya a su carro mientras él retira mi equipaje. Emprendemos el camino hacia la salida del aeropuerto y luego avanzamos por unas calles llenas de muchos comerciantes. Elí me dice que está ansioso por hacerme muchas preguntas pero que esperará hasta que lleguemos a su hogar.

Soy bien recibida por la servidumbre y una elegantísima pareja, quienes dicen ser mi tía ARANZA y su esposo Elihú. Josué el hermano de Elí está casado y vive en otra ciudad. Aún no hay nietos por lo que parece. Como es el medio día, dice mi tía ve a darte una ducha y luego vienes a almorzar. Luego, si lo deseas podemos salir por la ciudad o puedes descansar, como prefieras.

Me enseñan cuál será mi habitación, Elí sube mi equipaje. Y yo me lanzó sobre la cama. Tomo la almohada y le hablo. Christian amor, aún no me he bañado. Toda tu esencia aún está en mi. Qué estarás haciendo hermoso mío. Para haber sido mi primera vez, no me duele nada. Fuiste tan caballeroso, tan galán, tan dulce. Y tú, harás el amor con Lorena o con otra mujer? Puedes hacerlo amor mío, no hubo compromisos, no firmamos nada, no hubo acuerdos. Solo una entrega sublime, limpia y pura propia de poetas y soñadores.

El ambiente del almuerzo fue muy familiar. Conté todo acerca de mis padres y hermana. Hablé de New York y su gente. Ellos también me contaron su vida, su trabajo y proyectos. Una hermosa familia llena de amor y respeto. Probé la gastronomía libanesa la cual un poco conocía, gracias a que mi madre se esforzaba por prepararle a papá porque sabía que a él le encantaba.

-Bueno hija, qué quieres hacer?

-TÍA, tienes algún hermoso jardín donde podamos hablar a solas? Quiero contarte algo muy privado. En New York tengo una confidente pero por el horario y otras circunstancias pienso que nuestras conversaciones se van a ver limitadas, y de verdad que necesito más que una amiga, una madre que me escuche, me aconseje y me fortalezca. Podemos?

-Si, por supuesto Dayana, ven.

Me toma del brazo y caminamos hacia el jardín. Elihú y Elí comprenden y nos dejan solas. Cuando ya estamos cómodas cerca de una gran fuente, empiezo.

-TÍA, estoy acá porque..... Saqué todo lo que tengo en el corazón desde que conocí a mi hermoso. Sin omitir detalle. Mi tía llama a una mujer y pide dos aguas aromáticas y continuamos conversando. Tía, yo lo amo desde lo más profundo de mi corazón. Como te dije, ni él hizo algo para provocarlo ni yo di señales de lo que sentía. Hasta esa noche y luego escapé.

Mi tía se levantó y me abrazó y luego arrodillada a mi lado me dice: No estás sola hija. Cuenta conmigo. No será fácil que continúes tu vida como si nada, pero eres valiente y lo conseguirás. Deja que el tiempo transcurra, las cargas se enderezan en el camino. No somos dioses para saber lo que el futuro traerá. Si son rosas florecerán, reza un dicho.

-TÍA, él ama a Lorena. Tienen un compromiso. Yo no imagino un futuro al lado de él. Lorena lo ama y los dos siempre se vieron felices, por eso hice lo que hice. Y cual cobarde hui después de la bajeza que me atreví a llevar a cabo. Aunque me duela mi vida, solo quiero recordar por siempre esa noche.

Tía fui tan feliz esas once horas junto a él que no las cambio por nada. Solo 11 horas de placer y ahora quién sabe cuantos años de remordimiento y pesar. Pero valió la pena tía, valió la pena. Valió la pena, me levanto y grito: Valió la pena!

-Dayana jajajajaja esa es la actitud. Solo una pregunta más querida mía. Y SI ESTÁS EMBARAZADA?

-Valió más la pena tía Jajajajajajaja. Me toco el vientre y miro al cielo y digo QUE HAYA VALIDO MUCHO MUCHO LA PENA POR FAVOR DIOS MIO.

-Vamos a la mejor heladería de Beirut Dayana, probarás unos ricos helados, y luego entraremos en un gran centro comercial. Cuando las mujeres vamos de shopping olvidamos las penas. Yo invito.

-Vamos tía!

Luego de doce horas de vuelo aterrizamos en la hermosa capital del Líbano.