Aquí conoceremos a los personajes de la saga "mundo post-apocalíptico", donde veremos su día a día antes del accidente fatal. Dónde la humanidad fue invadida por un virus que para algunos fue letal, como para otros solo parte de su día a día, sé dará a conocer el comienzo del fin del mundo como lo conocemos.
Aquí estoy escapando del peor error humano cometido, estamos yendo a refugiarnos todos los del laboratorio en cuarentena, que tedioso el protocolo que debo pasar por esta maldita fuga. Solo los que trabajamos hasta este horario en la noche debemos seguir el protocolo, miro como la noche estrellada está transcurriendo y mi amado esperándome en su casa, mi celular sonó avisándome que no tengo batería. Ahora puedo ver con claridad como la gente muere y se levanta ocasionando caos.
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Amor Prohibido.
******Vista de Daniel "El Chino".******
Después de visitar a esas dos despreciables personas, decidí sumergirme en los documentos que tenía que ver en mí oficina sobre las nuevas inversiones, estaba tan tenso que tenía una gran migraña. Me molestaba revivir una y otra vez la manera en que ella me despreciaba, aunque no haya sentimientos entre ambos, odio que me hagan de menos y que no sean capas de mostrarme un mínimo de respeto.
Aunque no me guste la circunstancia en la cual hoy pude verlo, sentí como mi corazón latío ferozmente al escuchar su voz, por más que esa voz era con enojo. En mí mente era a mí a quién defendía, sé qué sólo está en mis más grandes deseos, ya qué esa lo enredó en sus telarañas teniéndolo totalmente cegado y distanciado de mí. Aún no comprendo que le vé o que es lo que tiene esa mujer, para que él sea capas de querer destruirme y destruir a mí familia si no suelto este compromiso, me deja entre la espada y la pared. Ya que mi plan en un inicio era casarme con ella y separarla de su libertinaje, obligándola con las reglas de la alta sociedad y el matrimonio, así yo poder tener camino libre y poder de a poco conquistarlo.
Pero no lo voy a negar hoy estaba tan imponente, esa camisa de alta costura pegada a su cuerpo tallado a mano por los mismos dioses, esa mirada feroz que me gustaría verla en otra situación más candente. Me hubiera encantado ser ella en aquel momento que los encontre en el observatorio, dónde él estaba saciando sus instinto de manera tan feroz, viendo como la transpiración de su cuerpo le daba ese toque tan sensual.
Mientras estaba en mis pensamientos, dónde mis deseos más ocultos eran reflejados, llega mí asistente interrumpiendo mí momento tan satisfactorio.
Mirándolo con molestia exclamo—¡¿CUANTAS VECES, MATÍAS, TENGO QUE RECORDARTE QUE TOQUES LA PUERTA ANTES DE ENTRAR?!— No aprende más este chico, las reglas básicas de un asistente, tendré que conseguir a alguien más calificado.
Él me responde con esa mirada de perro mojado, que me canso de ver cada vez que hace mal su trabajo—Perdón señor, no volverá a pasar, vine a dejarle esto— y me deja una carpeta en mí escritorio. —Con permiso señor, si ya no me precisa, me retiro—y se va.
Al ver la etiqueta decía "Disolución del contrato", ya podía imaginarme de que contrato se trataba, por lo visto esa sucia está desesperada por librarse de mí y así arruinando todos mis planes que tengo desde hace un tiempo atrás. Al abrir la carpeta puedo llegar a ver ya su firma, falta solo la mía, incluso la de mis padres y los suyos ya están. Creo que también Zeool está moviendo sus hilos, queriendo que deje libre a su amada rápidamente, sigo sin comprender que le vé.
Firmo después de leer todo el contrato y llamo a mí asistente, le entrego la carpeta con un dolor profundo en el alma, con mis planes arruinados tan solo por un maldito contrato y el amor de mí vida casándose con mí mayor rival sin poder hacer nada para evitarlo.
Una vez solo en mí oficina, sin poder manejar mis sentimientos, decido salir a despejar mí mente yendo a un bar de alta categoría.
Una vez en el bar tomando un whisky a las rocas en la barra, se sienta a mi lado una persona dándome una tarjeta y me susurra al oído, "si quieres vengarte, ya sabes que debes hacer". Y así procede a irse sin darme tiempo a preguntar nada, miró la tarjeta y tiene una dirección, dudo si ir o no pero mí despecho es más fuerte y decido dirigirme allí.