**Saga Vannecelli**
Sandra es una joven encantadora y divertida, apasionada por las carreras ilegales de motocicletas. Es hija adoptiva de Santiago Vannecelli, sublíder de la mafia italiana, y de la empresaria María Romero. Desde los 15 años, Sandra se enamoró de su primo Thyler Vannecelli, y juntos hicieron una promesa: informar a su familia sobre su relación cuando ella cumpriera 17 años. Sin embargo, el gran día llegó y nada salió como esperaban. A partir de ese momento, la vida de Sandra se convierte en un caos, repleto de traiciones, lujuria, odio y amor.
NovelToon tiene autorización de Daniella cantillo para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 13 Sólo fue una promesa rota.
Thyler Vannecelli
...****************...
- Es una culpa que siempre cargaré conmigo. Al llegar a mi habitación, organizo la maleta para mi viaje. Al finalizar, miro mi teléfono y encuentro varias fotos de la discoteca en las que aparece Sandra, feliz, disfrutando con los chicos y, especialmente, con Renzo. Me alegra saber que está divirtiéndose. Mañana iré a buscarla. Pasados aproximadamente treinta minutos después de darme una ducha, me recuesto en la cama hasta quedarme dormido. Al día siguiente, escucho vibrar mi teléfono; al responder, mi tío Santiago me dice: Sandra no aparece, si ella estaba conmigo, así que le afirmo que no. Me comenta que ni Caeli ni Gian saben dónde se encuentra. Está tratando de comunicarse con Renzo, pero él no responde, y en ese momento hay un silencio. Luego me dice que está llamando Renzo, por lo que cuelga. Corro hacia el baño, me doy una ducha y me cambio. Mi tío me envía un mensaje informándome que Sandra había pasado la noche en casa de Renzo y que él la llevaría. Respiro más tranquilo, pero eso no me inspira confianza, ya que me pregunto por qué decidió quedarse a dormir en casa de Renzo. Tomo las llaves de mi motocicleta y salgo. Al cabo de unos 15 minutos, llego a la mansión de mis tíos, quienes se encuentran en la sala desayunando. Ellos me invitan a unirme al desayuno, pero luego se despiden de mí, ya que tienen un viaje de negocios programado. Salgo de la mansión y los espero afuera durante cinco minutos. En ese momento, veo cómo el automóvil de Renzo se detiene frente a mí. Él se baja, rodea el vehículo y abre la puerta para que Sandra salga. Al acercarme a ellos, noto que sus ojos están rojos, como si hubiera estado llorando, y al verme, ella baja la mirada. Dirigiéndose hacia el interior de la mansión, él intenta seguirla, pero yo me interpongo en su camino.-
Gracias por traerla. A partir de ahora, yo me encargaré de su cuidado-le digo con determinación.-
-Él me observa con una expresión seria y, con voz irritada, responde-¿Tú la cuidarás? No creo que seas la persona adecuada para eso.
-Me pregunto por qué él está tan irritable por ella y, con cierta duda, le pregunto-¿Hay algún problema por Sandra?
-Él se acerca a mí de manera amenazante y dice-¿Debería haberlo, Thyler?
-Estaba a punto de responder cuando un automóvil se detuvo; observé que se bajaban Dimitri y Caeli. Ellos nos saludan y nos invitan a pasar, pero Renzo menciona que tiene algunos compromisos, por lo que decide retirarse. Yo ingreso junto a Caeli y Dimitri, quienes se dirigen a la habitación de mi prima, mientras yo me dirijo al cuarto de Sandra. Tras tocar varias veces y no escuchar respuesta, decido entrar. Noto que está terminando de peinarse y, al verme a través del espejo, me dice- Thyler, vete, por favor.
-Me acerco a ella, la abrazo con fuerza y le digo- Perdóname, pequeña Esmeralda, sé que he fallado. Permíteme explicarte mis razones. -La giro hacia mí, mientras ella baja la mirada. Tomo su rostro con delicadeza, levanto su barbilla y, al ver sus ojos inundados de lágrimas, le digo-Por favor, no llores. Me duele verte así. Te pido disculpas por el sufrimiento que te he causado; no mereces esto. Reconozco que fui cobarde por no enfrentar a nuestra familia, pero cariño, lo haremos en el momento adecuado. - Suspirando y buscando las palabras correctas, continúo - Mi padre me ha otorgado un cargo muy importante en la organización, algo que siempre he deseado. Permíteme que pase un tiempo prudente y te prometo que hablaremos con nuestros padres. Dime que sí, mi pequeña.
-Su expresión de tristeza se transformó en una seria, carente de emoción. Con firmeza apartó mi mano de su rostro y, con un tono neutro, me dijo- Thyler, no debes preocuparte por hacerme una promesa Rota. Lo nuestro ha terminado; ya has dejado claro cuáles son tus intereses. No tengo intención de ser un obstáculo.
-Sus palabras me dolieron, ya que sé que está herida y llena de rabia. La comprendo; soy un egoísta, pero esta es mi sueño. Tal vez, con el tiempo, pueda perdonarme. Anhelo que podamos estar juntos nuevamente, porque sé que me ama como yo la amo a ella. le digo -Mi pequeña, te amo profundamente. Perdóname, no quiero perderte, pero debes comprenderme.
-Ella toma su peinilla y se arregla el cabello. Con un tono sarcástico, me dice- No te preocupes, no me perderás. Soy tu prima, somos familia y estamos unidos, ¿no es así? Sin embargo, lo que alguna vez sentí por ti ha desaparecido; ya no eres ni la sombra de ese amor que me prometiste.- Luego, sonriendo, añade- Entiendo que tienes un gran puesto en la organización y que no podrías arriesgarlo por un amor juvenil e inmaduro. ¿Quién sería tan estupido? Ahora relájate, todo estará bien.
-La observo dirigirse hacia el baño y cerrar la puerta con llave. Me acerco a la entrada, intento tocar, pero me detengo. Salgo de la habitación mientras las lágrimas recorren mis mejillas. Abandono la mansión y me subo a la moto; sé que cuando regrese de este viaje, lograré conquistarla.-