Todos dicen que ella es la villana, que su pobre hermana, la heroína, es una victima de sus maldades y envidias, así que ella les demostrará lo que en verdad es ser villana y les arrebatará todo, a los que se atrevieron a menospreciarla. Layla Amary, los hará desear haberla tratado mejor...
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capítulo 12...
Era un día tranquilo, Layla bebía el té en la sala principal, en compañía de su abuela, cuando la duquesa llega furiosa, mientras Felicia intenta calmarla. Ambas suben pero la duquesa andaba tirando todo a su paso, mientras que Layla solo ríe.
— me pregunto que travesura hizo mi nieta.— menciona Celestine.
— una muy divertida y que hará que la prestigiosa duquesa reciba su merecido.—
La duquesa estaba furiosa, porque en la fiesta de té a la que fue, ella misma comenzó a criticar el compromiso de Layla, y lo avergonzada que estaba por ser su madre, mencionando que ella intento educarla, pero Layla siempre fue rebelde y actuó mal, prueba de ello, es ese compromiso que estaba teniendo con el duque Mondragon. Insinuó que Layla y Hades se veían desde mucho antes, faltando al compromiso que tenía con el príncipe.
Fue así como una mujer mayor, conocida de Celestine menciona sobre el actuar de Felicia, quien arruino el compromiso de Layla y el príncipe.
"Pero que se puede esperar de la hija de una mujer que salió de un burdel." Menciona aquella mujer sin necesidad de ocultar nada.
Todos en esa mesa se asombraron, incluso no podían creer que la anciana dijera algo así tan directo. La duquesa no aguanto esa humillación y salió de ese lugar mientras era juzgada por las miradas de aquellas mujeres. Pero lo que no se explica la duquesa es como es que esa mujer sabía eso, ¿acaso Celestine le contó? La ex duquesa es la única que sabía sobre su origen. Corrió hacía el despacho de su esposo para decirle que Celestine había difundido de donde venía ella, así que el duque no demoró en ir en busca de su madre, al llegar, vio que Layla estaba presente así que le pide retirarse, ella no quería al ver tan molesto a su padre, pero Celestine le pidió salir. Apenas Layla estuvo fuera, el duque comenzó a reclamarle por decir de donde venía la duquesa.
— nunca he dicho nada, pero, con el escándalo de su hija, algún día se iba a saber.— responde tranquila.
— no hay forma de que eso se sepa, la saque de la capital y la traje de regreso como una noble de otro imperio. Solo tu sabía eso.— le reclama.
— tu bastarda se metió con el prometido de mi nieta, es obvió que estando en el ojo público, investigarian sus antecedentes, si quieres reclamar algo, reclamale a tu hija por ser una ramera igual que su madre.— Celestine habla ya molesta.
El duque levanta la mano con intenciones de golpear a Celestine, pero ella le tira la taza de su té con la cara, el ruido hace que los guardias y Layla entren.
— ¿te atreves a levantarle la mano a tu madre? Dile a tu mujer y tu bastarda que cuiden su reputación, no vengas a mi a culparme de sus idioteces.— grita golpeando la mesa con el puño.
El duque estaba esta pasmado ante la reacción de su madre, mientras que Felicia, se escondía tras su madre, pero estaba impactada al escuchar a su abuela, quien la llamaba bastarda, ¿por qué?, ¿por qué solo Layla recibe la amabilidad de su abuela?, dirige su mirada a Layla y frunce los labios. Celestine le pide a sus guardias que saquen al duque de su sala, mientras que ella es escoltada a su habitación, Layla se para de frente a la duquesa y Felicia.
—¿ves lo que has ocasionado, Felicia? Todo por meterte con mi prometido, eres igual a tu madre.— menciona Layla.
La joven estaba por irse, pero la duquesa la sujeta del brazo.
—¿que significa lo que has dicho? A mi me debes respeto y a tu hermana también.— menciona furiosa.
— el respeto se gana, ustedes, solo han ganado ser la burla de la sociedad y una vergüenza para los Amary.— Layla mira con molestia a la duquesa.
La duquesa aparta la mano rápidamente al sentir una breve descarga en ella. Layla sigue su camino, irá con su abuela para asegurarse de que este calmada, pero la duquesa sabe que Layla conoce la verdad, debido a su forma de hablar. ¿Tal vez fue ella quien lo contó?, va con el duque, pero este la saca de su estudio, no la quiere ni ver, ni escuchar lo que tenga que decir, pues debido a lo que paso, sabe que su madre jamás le cederá el poder del ducado.
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Felicia por su parte, había salido a llorar en el jardín, su familia estaba siendo arruinada y todo por culpa de Layla, ella siempre esta causando problemas, todo comenzó porque decidió romper su compromiso. Justamente cuando iba regresando a la mansión, ve un carruaje parar en la entrada, este era elegante y de él baja el duque Mondragon, al verlo, Felicia decide algo, no dejará que su hermana se case con el duque, ella no lo merece. Felicia se acerca al duque, aunque con los ojos llorosos y le pide hablar.
El duque le dice que hable.
— se que Layla es mi hermana, pero usted duque, no merece tener que casarse con ella, con una mala mujer.— menciona con tristeza.
— ¿que le hace creer que ella es mala? La mala sería usted, ¿no? Se metió con el prometido de la señorita Layla.— responde sin restricciones.
Felicia se sobresalta ante tal acusación.
— no es verdad, su alteza y yo, no hicimos nada malo, solo somos amigos, pero Layla, es mala, engaña y pone a todos en nuestra contra, ahora nuestra familia, en especial mi madre ha sido humillada.—
— eso es por usted, fue quien puso a su familia bajo el escudriño público, no culpe de sus errores a otros.— responde Hades ya irritado.
— y-yo no hice nada, fue ella quien comenzó a mentir sobre el príncipe y yo.— solloza.
— no, ella no mintió, ella vio la realidad de las cosas, dese cuenta, su vida y a su familia, la arruinó usted por no saber mantener la distancia.—
Dicho esto, Hades sigue su camino hacía la mansión, mientras que Felicia intenta seguirlo, pero los guardias de Hades no se lo permiten.
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Minutos después, Layla y Hades estaban en el invernadero, bebiendo el té y degustando algunos postres, Layla ríe, ya que Hades le contó lo que Felicia le dijo, no cabe duda que esa chica, esta desesperada por hacerse la víctima.
— tenga cuidado, podría aparecerse donde usted va y dirán que también es su amante.— se burla.
— jamás pasaría, no me muevo en los mismos círculos sociales que ella y de hacerlo, la llevaría a usted.— responde Hades.
— me halaga. Por cierto.— le entrega un sobre.— mi cumpleaños será pronto, debe asistir y ofrecerme un buen regalo, solo acepto lo mejor.
Hades puede ver la sonrisa coqueta de Layla, sin duda esa chica sabe como hacerlo sentirse atraído a ella.
— ¿que clase de regalo le gustaría? ¿Joyas, vestidos o zapatos?, ¿tal vez una espada de oro?— pregunta curioso.
— un beso...— sonríe mirándolo a los ojos.
—¿un beso? Eso es un regalo poco común.— responde confuso.
— no un beso cualquiera, excelencia, será un beso único, uno que será el inicio de nuestra unión.— Layla se relame los labios.
Hades sin duda estaba siendo tentado por esa chica, nunca espero que ella le pidiera algo así y aunque era un solo beso, pensar en cumplirle su petición, era en cierto modo, tentador.
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Y así, pronto llegó el día del cumpleaños de Layla, Celestine es quien se ha encargado junto con Layla de preparar todo en el gran salón de la mansión principal, algo que ha la duquesa no le ha gustado, para ella, Layla no merece celebrar nada en tan prestigioso lugar, pero aunque quiso, el duque no pudo hacer nada, su madre era quien tomaba la decisión. Todo ya estaba listo, pronto sería la hora de tan esperada fiesta.
— esto es demasiado lujo, por todos lo problemas que ha causado no lo merece.— expresa la duquesa.
— más bien, es Felicia no merece nada, ella ha humillado a esta familia.— responde Celestine.
— yo hablo de Layla, el mimarla tanto nos ha causado problemas.— expresa molesta.
— mencionas a Layla, pero todo lo que dices, es lo que Felicia ha hecho. Si no te callas haré que te encierren en tu alcoba, no mereces presenciar esta fiesta.— habla, Celestine ya estaba harta.
La duquesa no tuvo opción que callarse. Celestine continúa con los últimos detalles, pero ordena que vigilen a la duquesa, si arruina algo, sabrá lo que es que ella este molesta. Felicia por su parte, estaba feliz, porque el príncipe acudiría a la fiesta y le pidió ser su acompañante.
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