Prisionera Del Sultán

Akram estaba durmiendo cuando golpearon la puerta.

— ¡Adelante!, exclamó molesto.

— Su Alteza, perdone, pero acaba de llamar el consejero del Rey Rai'f, pide por su presencia su suegro está delicado.

Akram salió de la cama — Que le avisen a la princesa Rai'f.

Mientras volaban hacia Marambit Akram observó a su esposa se veía afligida.

— No le dirás una palabra a tu padre de lo que está pasando entre nosotros, no quiero que nuestro matrimonio sea motivo de preocupación para él exclamó Akram.

— No pensaba hacerlo exclamó ella...

Horas después Aziza ingreso a los aposentos de su padre y permaneció a su lado durante horas. En cuanto Akram ingreso a la habitación su padre le ordenó que se retirara quería conversar a solas con su yerno.

El Rey Rai'f había ordenado que se preparará la coronación de Akram Hassan, no dejaría a Marambit envuelto en un caos político.

Aziza estuvo a su lado durante la coronación, ella fue coronada como Reina de Marambit, un título acartonado, ya que el poder solo pertenecía a Akram.

Como si su padre supiera lo que estaba pasando veinticuatro horas después de la coronación de Akram Hassan, Rai'f falleció en la tranquilidad de su habitación acompañado por su hija.

La ceremonia de fallecimiento de Rai'f, Rey de Marambit, un respetado jeque árabe, fue un evento solemne y majestuoso que reflejaba la rica tradición y cultura de su pueblo. La escena se desarrollo en un oasis rodeado de dunas doradas, donde se levantaba una tienda de campaña adornada con telas de seda y alfombras persas.

En el centro de la tienda, sobre un pedestal de mármol blanco, descansaba el cuerpo del Rey Rai'f, envuelto en un sudario de seda blanca bordado con hilos de oro. A su alrededor, se encuentraban sus más cercanos el Rey Akram, consejeros y dignatarios extranjeros entre ellos Karim Bakhur, Khalil Hazbun, Malek Al-Halabi, todos vestidos con túnicas negras en señal de luto.

El aroma de incienso de sándalo y mirra llenaba el aire, mientras un grupo de músicos tocaba melodías suaves y melancólicas con instrumentos tradicionales como el oud y la flauta árabe. Las mujeres lloraban en voz baja, cubriendo sus rostros con velos de seda.

Akram como lider de Marambit, se acerco al cuerpo de Rai'f y pronuncio una oración en árabe, pidiendo a Alá que reciba al Rey en su misericordia y le conceda el paraíso. Luego, los asistentes se inclinaron haciendo una reverencia, mostrando su respeto al fallecido monarca.

Después de la ceremonia, se sirvio un banquete en honor a Rai'f, con platos tradicionales árabes como cordero asado, arroz con especias y dulces de miel y dátiles. Los invitados compartieron anécdotas y recuerdos del Rey, honrando su legado y su contribución a la comunidad.

La ceremonia de fallecimiento de Rai'f, Rey de Marambit, fue un testimonio de la profunda devoción y el respeto que su pueblo le tenía, y marco el inicio de un período de luto y reflexión mientras la nación se prepara para seguir adelante sin su amado líder enfrentando los nuevos cambios...

Quince dias despues Aziza estaba recostada ya no tenía familia solo su hermana, sentía deseos de estar junto a ella .

La puerta de la habitación se abrió Akram ingreso hacía días que no lo veía.

— Mañana regresamos a Jaddara exclamó él.

— Yo no regresaré, no olvido lo que le dije. Me quedaré aquí exclamó ella.

— No tengo paciencia para tus caprichos, regresamos mañana.

— No es un capricho y no regresaré. Esta es mi casa exclamó Aziza.

—No dejaré que me avergüences delante de mi familia y mi pueblo —le advirtió Akram con los ojos brillantes de fiereza—. Porque no te lo perdonaré nunca. ¿Dónde está tu respeto? Ella se puso pálida. —Tus modales son reprochables y tienes peor carácter que un niño malcriado. Lo descargas ciegamente sin preocuparse lo que insultas. No puedo creer que tú padre criara una hija así.Sospecho que eso proviene de los genes occidentales de tu madre, pero eres muy ingenua si crees que permitiré esas manifestaciones.

— Los genes de mi madre no tienen nada malo. Me mintió y ni siquiera está avergonzado por lo que hace exclamó Aziza.

— Silencio, de ahora en más solo hablarás cuando yo lo permita. No permitiré que te rebeles. Mientras seas mi mujer me tratarás con respeto.

— Yo no quiero ser su mujer, porque no me repudia y me abandona.

—Haciendo un esfuerzo he soportado los peores insultos y te he perdonado una y otra vez. También he tolerado gritos y ataques de histeria que hubieran hecho asesinar a cualquier otro hombre. Pero te aseguro ahora que no lo seguiré haciendo... mi generosidad ha llegado a su fin. Voy a encerrarte y mantenerte aislada.¡Eso es lo que te has ganado!. Con cada palabra ofensiva, haces que mi respeto por ti disminuya. Te miro y me pregunto: ¿Es esta la mujer a la que le he dado mi apellido y mi honor? Eres una maldición exclamó él saliendo de la habitación airado.

Aziza se dobló del dolor, y un médico fue a verla al palacio.

Finalmente, Akram la dejó en Marambit, ya que Aziza no podía viajar y debía permanecer en reposo. Él no había cumplido su amenaza de encerrarla.

De regreso en Jaddara Akram visito el harén pero lo cierto es que no tenía interés alguno. Su humor solo empeoraba con el paso de los días.

Una tarde se encontraba en su oficina se asomó a la ventana y vio el jardín, debía hacer que lo demolieran. Ella ya no estaba ahí para sonreírle, lo había hecho construir ahí para poder observarla como si ella fuera un exótico pájaro quería tenerla ahí para sí deleite.

Esa noche ceno con sus hijos y Dalia, pero no se quedó con ella.

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Por su parte Aziza pensaba lo que haría no permitiría que él la encerrara, mucho menos la apartara de su bebé. Solamente le quedaba una opción escapar por el bien de su bebé...