Vuelve

Ahora que Paola se aseguró de estar en brazos de Santino, le hizo una propuesta aprovechando de su condición disque miserable por tener la muñeca rota.

- Mi amor, te siento algo distante. Tú solo reaccionas cuando yo te beso.

- Soy un hombre muy ocupado – intenta beber su copa de vino en paz – en media hora, debo estar en el lugar de la cita.

- Pero mi vida dedícame un poco de tu tiempo. – hace pucheros para distraer a Santino – Un beso mi amor.

Santino se dejó besar, el beso fue muy provocador, él empieza a perder la cabeza cuando Jason llamó.

- Señor presidente, su cita.

- ¡Voy! – le gritó desde el interior.

Ahora se dirige a Paola con una mirada fulminante.

-Tú no entiendes cuando uno tiene que ir a trabajar. – su voz era gruesa y muy ronca - voy a llegar tarde por tu culpa.

- Yo solo te pedí un beso.

- Deja de manipularme, tus intenciones son otras. Tú quieres arruinar mi empresa satisfaciendo tus caprichos.

- Es que tú no me besas.

Santino se fue sin decir más, pero al cerrar la puerta, la tiró con tanta fuerza que Paola se estremeció. Ella se puso de mal humor, su plan de hacer que caer Santino y hacer que se acostara con ella fracasó. No le importa si él tiene agenda, ella quiere acostarse con él y recibir el trato de señora, para de ese modo ejecutar su plan.

Por la tarde, Paola pasó a ver a Santino a la salida de la oficina, aunque no tenía el permiso para ingresar, se las arregló para esperar afuera. Su traje era revelador, y de mal gusto, tenía mucho de prostituta.

La jornada laboral había culminado para Santino, pero se quedó en la oficina contemplando la fotografía de su boda, más la mira, más se queda pensativo, y sin darse cuenta piensa en voz alta y tiene la segunda botella de vino a medio vaciar.

- “Belice, ¿Por qué me has hecho esto?... Te he amado con locura y tú me engañas… Dime, en qué fallé, hago los cambios y volvamos… ¿Qué será de mi si te dejo ir? Te estás llevando una parte una de mí… yo no quiero un divorcio, yo quiero fundar una familia contigo… Belice…deja ese hombre y yo dejo a Paola”.

Santino secó el resto de la botella en un solo trago, está ebrio, dos botellas es bastante, se hunde en la depresión y se refugia en el alcohol. Intenta salir de la oficina, pero está mareado, Jason tuvo la santa paciencia de esperar a su jefe.

- Señor presidente, lo llevo al hospital para su lavado gástrico.

- A casa, quiero ir a casa. Mi mujer me dejó. - esta tan borracho que depende por completo de Jason

Jason no podía decir que vio a Belice entrar al hospital, ¿Cómo reaccionara su jefe? ¿Golpeará? ¿Irá al hospital hacer escándalo? ¿Irá a casa de ella para exigir una explicación?

-Sí, señor, iremos a casa.

Al llegar al subterráneo, Jason se apresura en sentar su jefe dentro al auto para que no se exponga mucho al aire dado a su mal estado. De inmediato asegura su jefe con el cinturón seguridad, cierra la puerta. Y él va al volante. Al pasar por la entrada de la empresa, el vigilante le da un saludo a Jason y entiende que es hora de cerrar la oficina.

Paola, de inmediato paró el auto parándose en frente.

- ¿Usted está loca? – Le gritó Jason a Paola.

- Escúchame bien estúpido, soy la novia de Santino y me respetas, ok.

- ¿Qué son esos gritos? Me duele la cabeza.

- Mi vida ¿Qué pasó? – finge estar preocupada por él, ahora se dirige a Jason con voz mandona. – Ábreme la puerta imbécil, no ves que mi novio está mal. Tengo que atenderlo.

- Déjala que suba, necesito ayuda y mi esposa no está. – Santino habla con voz muy vaga.

Paola no lo pensó dos veces, está noche se hará realidad su sueño. Jason estuvo callado todo el trayecto, no soporta a Paola, mantuvo el ceño fruncido cómo muestra de su desagrado. Una vez en la residencia, Jason ayuda a Santino entrar en casa y Paola se impone y le da órdenes.

- Llévalo a su habitación y ten cuidado.

- Sé hacer mi trabajo.

- Más te vale.

Los señores Casiraghi estaban atónitos al ver como Paola ingresó a la casa.

- ¿Con que derecho vienes a mi casa? – don Nicola está molesto con esa actitud de mandona.

- Miré bien señor, Santino está mal y por suerte lo encontré. Agradezca que por mí su hijo está en casa.

- A ti nadie te ha dado derecho de dar órdenes al guardaespaldas.

- Escúchame bien, yo amo a Santino, se lo que le hace falta y yo me encargo de él.

- Más respeto a tus mayores.

- Sí hubieran criado a Santino cómo se debe, él no se deprimiría ante una ruptura amorosa.

- ¡Eres una insolente!

La conversación fue tensa y cargada de rabia. Paola no tiene ni un poco de educación, no respeta en absoluto los mayores. Para golpe de suerte, Jason ya había entrado a la habitación, Santino ya estaba bien acostado. Al salir de la habitación, Jason cierra la puerta y esconde la llave en uno de sus bolsillos. Paola sube, empuja al guardaespaldas, se dirige a la habitación de Santino e intenta abrir la puerta, al no abrirse forcejea.

Jason entregó las llaves al señor Casiraghi, éste entendió de inmediato lo que hizo, le sonríe y le da un gesto de aprobación con movimiento de cabeza. Don Nicola da las llaves al mayordomo quién de inmediato desaparece de escena apenas recibió la llave. Doña Stella suspiro de alivio, la loca no podrá cuidar de su hijo.

Santino fue noqueado por Jason, está quieto como una roca, no puede oír absolutamente nada, y menos reaccionar, sólo parece ser un bebé grande. Eso, Paola no lo sabe, piensa que Santino no la quiere ver, pero forcejea la puerta, la golpea y hasta reniega.

-Santino, abre la puerta. Mi vida necesitas ayuda, déjame entrar, ¿Por qué te has encerrado?... No ves que algo te puede pasar, mi vida por favor abre la puerta… te lo pido… Santino abre de una buena vez… maldito seas Santino te estoy hablando, soy tu mujer, contéstame.

Paola está desesperada por entrar y estar con él, aprovechar de su borrachera sería el plan perfecto para unas fotos picantes y dárselas a Belice, para que ella se aleje de una vez por todas. Jason se fue rápidamente de la casa de los Casiraghi, los señores Casiraghi invitaron una cena como agradecimiento por su lealtad, el mayordomo guardó celosamente llave y continúa con su labor. Paola baja y busca a todos gritando como una condenada.

- ¿Dónde están todos? ¿A qué están jugando?

- Disculpe señorita.

- Escúchame bien vejestorio, responde con la verdad ¿Dónde están?

- No lo sé señorita, yo sólo hago mis deberes. Los señores dijeron que necesitaban salir.

- A mí nadie me miente, o me dices la verdad o verás el infierno.

- Señorita – hablando con toda firmeza – con el respeto que merece, yo sólo soy el sirviente mayor. Por lo tanto, los señores Casiraghi jamás me darán información de la salida.

- ¡Que irresponsables! Dejar un hijo ebrio. La puerta se bloqueó, Santino necesita ayuda, tengo ayudarlo, está ebrio, se puede caer y hacer daño.

- Sí el joven Casiraghi no quiere atender, tendrá que respetar su decisión.

- Él me necesita, está ebrio. Y no me iré hasta que él se encuentre bien.

- Qué más puedo hacer, si el joven Casiraghi ha tomado una decisión de no querer ver a nadie, pues tendrá que volver mañana.

- No eres capaz de hacer bien tu trabajo.

- Como usted diga señorita, la puerta está abierta.

- ¿Me está botando? ¿Un sirviente de quinta me está echando? Le recuerdo que soy la mujer de Santino, soy la nueva señora Casiraghi.

- Señorita, si no le importa, tengo deberes que hacer.

El mayordomo se fue sumamente disgustado de la sala, no soporta la pésima educación de Paola. Ésta se fue con un golpe en su orgullo y muy provocada, su plan fue frustrado una vez más. Ella tiró la puerta y se fue, el mayordomo soltó todo el aire retenido, por fin vuelve la paz en el hogar. El mayordomo esperó una hora antes de abrir la puerta y revisar las condiciones del joven Casiraghi.

Los mayores Casiraghi, fueron a cenar con Jason, como pago extra por su lealtad.

- Pide lo que quieras, será la recompensa por tu lealtad.

- Señor Casiraghi, el joven Casiraghi me paga muy bien.

- Tu acto de hoy, ha salvado la vida de mi hijo de la trampa de Paola, eso es algo que puede favorecer para salvar su imagen. La conducta de esa muchacha lo dice todo.

- Sólo hice mi deber.

- Aquí está el menú. Escoge cualquier plato, eres nuestro invitado.

- Muy agradecido, señora Casiraghi.

Jason escogió un plato por insistencia y la cena fue amena.